**KEVIN** Arrojé el anzuelo con intención premeditada, deseando observar su respuesta. La reacción no se hace esperar: es inmediata y arrolladora. Esta mujer desprende un aire de peligro y astucia, y no me sorprendería que su mente estuviera dominada por oscuros pensamientos. Diciéndole que mi acompañante se parece más a la señora de la casa que ella. Fue como si arrojara una bomba. —¡Por supuesto que ella es mi madre! —Debbie casi grita, olvidando por un momento dónde está—. Soy la niña de sus ojos, su hija adorada. ¿Cómo se atreve a comparar a mi madre con esa mujer tan vulgar y ordinaria? Su rostro se pone rojo de indignación. —Odio, ODIO que hagan eso. Mi madre tiene clase, refinamiento, educación. ¿Cómo la tengo yo? No tiene nada, absolutamente nada que ver con esa… esa cualquiera

