Lea Marie Ferrer González, es mi nombre y 17 es mi edad, tenía una vida tranquila, normal entre lo que cabe, pero un error me quito la poca libertad que tenía; una noche mientras caminaba por las solitarias calles de mi ciudad junto a mis amigos, tuvimos la loca idea de darnos un respiro alegre, nos tiramos en la calle y comenzamos a consumir cocaína, era mi primera vez con aquello, mis amigos siempre lo hacían pero yo sentía siempre un poco de miedo, miedo a volverme adicta y lucir como una desquiciada; tanta fue mi mala suerte ese día que la policía nos cacho y pasamos una noche en prisión.
Cuando mis padres llegaron a mi rescate pagaron la fianza y yo sentí un alivio, alivio que fue luego borrado. Por ser una mala hija, irresponsable, y desubicada mis padres me dieron dos opciones, la correccional para menores o un internado de ricachones en donde tomaría una beca de estudios y pasaría mis últimos dos años como una imbécil. No había diferencias tan grandes entre esos dos sitios, viviría encerrada y haciendo lo que menos me gustaba: Estudiar, debo admitir que era buena haciéndolo, cuando me aplicaba sacaba las mejores calificaciones, pero no era lo que me gustaba, la música era lo que llenaba mi vida, mi guitarra y yo éramos una sola en conjunto con mi voz.
Lea no era una chica adinerada, su padre era vicepresidente de una empresa pequeña y su madre una exitosa abogada, eran personas de clase media alta, en comparación con las familias de los chicos del Royal. Tenía dos hermanos Chris y Key, o como ella los llamaba, el orgullo de la familia, eran chicos respetuosos, estudiosos y entregados a lo que sus padres le decían, ella por su parte no compartía ese don, era un alma libre en búsqueda de su centro.
Otra de las cosas que particularmente destacaban a Lea era su condición, había nacido diferente al resto por unos problemas de hormonas que presento su madre en el embarazo; Lea nació con una particularidad, era intersexual y desde sus primeros meses de vida se pudo notar como la que supuestamente era su v****a iba cambiando hasta convertirse en un pene de un niño promedio de su edad.
Con el pasar de los años lo que para ella pensó ser un problema, se convirtió en una virtud, desde muy pequeña fue sincera alegando que sus gustos se inclinaban por las chicas, y fue asi como a la edad de los 14 años tuvo su primer encuentro s****l con una, siendo esto solo el impulso para una larga lista de pretendientes mujeres, aparte de ser muy guapa era lo bastante dotada con lo que para ella era un regalo de Dios.
Ey chica que haces acá sola? – se acercó a ella una de las morenas que había presentado el examen para entrar al Royal, Traice Still-
Me gusta estar sola- le dijo con amabilidad sonriéndole-
Vamos, una compañía no cae mal – se sentó a su lado posando en la mesa su bandeja de almuerzo-
Eso creo- dijo encogiéndose de hombros volviendo a posar su atención en la bandeja de comida-
Oye y quien te toco de compañera de cuarto?- le pregunto-
La verdad no lo sé, al finalizar las clases es que podremos subir a la habitación tengo entendió-
Cierto se me había olvidado – dijo negando con su cabeza- soy olvidadiza.
Lea le sonrió y continuaron esa hora de almuerzo charlando sobre uno que otro tema en particular, no le parecía mala chica al contrario era divertida y le empezaba a caer bien.
Como era el primer día de clases, estas terminaron más rápido de lo que pensaron, todos salieron de las aulas para adentrarse en actividades lo que restaba de día, por otro lado cierta chica popular armaba un escándalo en su pasillo.
¡¡ESTO NO PUEDE SER!! SARA Y ALLI SIEMPRE HAN SIDO MIS COMPAÑERAS DE CUARTO!!- gritaba llamando la atención de todos-
Señorita Cooper, entienda hubo un cambio, ahora debe compartir habitación con una de las nuevas, las señoritas Jackson y Blomer van a pasar a otra habitación de dos – le explico haciendo que entrara en razón-
Pensé que estaría sola- dijo bajando la guardia- pero seguro es una de esas asquerosas becadas – se quejó con expresión de asco, Lea venia caminando a donde la secretaria le había informado que sería su nueva habitación-
Escucho claramente como alguien hablaba fuerte en el pasillo y decía “asquerosas becadas” suspiro y siguió su camino, sabía que eso era muy normal en esa escuela donde los chicos se creían más que los demás solo por el hecho de venir de familias con dinero, solo esperaba que la autora de esa horrible frase no fuera su futura compañera de cuarto, ya de por si era mucho tener que compartir habitación con una chica.
Señorita Ferrer que bueno que llego- le dijo la mujer con emoción, Lea abrió los ojos sin saber qué hacer, la mujer la empujo al frente-
Kendall sentía que era cosa del destino la presencia de la chica nueva misteriosa en el pasillo, pero cuando la secretaria Ana celebro porque había llegado entendió que ella era su nueva compañera, exactamente como lo había predicho, una becada, aunque ella sabía que no era cualquier becada.
Ella es su nueva compañera de habitación señorita Cooper- le presento-
Lea miro a Kendall con una sonrisa nerviosa, de esas sonrisas de amabilidad, pero la Cooper solo no podía despegar sus ojos de esos hermosos verdes que no sabía qué clase de magia tenían, pero que evitaban que ella apartara su rostro del frente.
Yo las dejo tengo mucho que hacer, señorita Ferrer sus cosas ya están adentro- le informo antes de perderse en el pasillo dejando a las dos chicas solas con un incómodo silencio-
Eh bueno yo – empezó diciendo Lea para salir de ese silencio- voy a entrar para arreglar mis cosas.
Una cosa te diré chica nueva becada- Lea tuvo que dar un paso atrás tragando seco ya que Kendall la señalaba con el dedo de forma amenazante- nunca habia tenido otra compañera que no fueran Sara y Allison, asi que espero que no seas una molestia para mí – Lea dio varios pasos atrás asustada por la actitud tan extraña de la chica, entrando de golpe a su habitación-
Ese día fue totalmente entraño para ambas, sobre todo por la extraña casualidad de tener que compartir habitación la una con la otra, Kendall se sentía nerviosa por la presencia de Lea y esta no entendía porque la chica Cooper tomaba esa actitud sin siquiera conocerla. Esa noche Kendall la paso hasta tarde en la habitación de Alli y Sara quejándose de la presencia de Lea, al llegar a la habitación ya la ojiverde se encontraba asumida en un profundo sueño, cosa que fue un alivio para la latina, se colocó su pijama y también dejo que Morfeo la abrazara.
No puede ser te toco Kendall Cooper como compañera de cuarto?- le pregunto con asombro Traice, mientras caminaban por el pasillo hacia la siguiente clase-
Es una pesada- dijo colocando mala cara-
Es obvio, es la abeja reina de aquí, es la capitana de las porristas y no solo eso, es la hija de Katherine Cooper sabes? La famosa diseñadora?- Lea afirmo con la cabeza, conocía la marca de esa diseñadora, su madre siempre vestía con sus diseños, pero no sabía que Kendall era su hija- y de Holl Cooper el dueño de Cooper's Company- Lea coloco un rostro de intriga, si que era toda una suertuda la chica, con razón esa actitud tan déspota al tratar a la gente, era una hija de papi y mami-
La verdad es que no me cae bien, odia a los becados-
Como todos los demás, mi compañera también es muy pesada pero no puedo hacer más que acostumbrarme- dijo encogiéndose de hombros-
Después de todas esas clases Lea se sentía completamente cansada, no quiso quedarse a cenar y solo opto por tomar un jugo y se encamino hasta su habitación.
Entro en ella, cerró la puerta y se lanzó en su cama quedando boca abajo, para su gran suerte Kendall no estaba ahí, la había visto en el comedor con sus amigos riendo a carcajadas.
Se volteo quedando esta vez boca arriba, admirando el gran techo de su habitación, pasando luego su mirada por los alrededores de esta, bastante grande para hacerla cómoda para dos personas, estaba pintada de colores pasteles, y la iluminación era poca, haciéndola cálida para la estadía.
Siguió recorriendo con su mirada hasta que algo llamo su atención haciendo que se detuviera, era un papel pegado en la puerta, no se había dado cuenta de eso, se paró rápidamente hasta llegar ahí para poder contemplar y leer mejor lo que este decía.
Lista De Convivencia Por Kendall Cooper –empezó a Leer-
1.- Respetar mi lado de la habitación
2.- No hablarme al menos que sea estrictamente necesario – Oh vaya eso es un placer para mí – dijo Lea con gracia mientras leía-
3.- No tomar mis cosas por ningún motivo
4.- Mi horario para usar el baño es de 7:00 a 8:30 am en el cual no debes usarlo por ningún motivo. – Miro extrañada, aquello era físicamente imposible, tendría que madrugar para poder usarlo si quería llegar a tiempo a clases, que clase de mala broma era eso – pensó-
5.- No mirarme –Jajajaja- rio sintiendo gracia por eso-
6.- Mientras este YO en la habitación tratar en lo menos posible de estarlo TU.
Se colocó la mano en la frente con frustración, tal parecía que había venido a convivir con el mismisimo demonio.
En un movimiento rápido la puerta se abrió chocando con ella pegándole en la frente, haciendo que rebotada y chocara con la persona que venía entrado.
Auch- se quejó Kendall con su mano en la nariz- que carajos haces ahí parada?- le pregunto de mala manera-
Leyendo la absurda lista que está pegada aquí – le señalo el papel una vez la puerta cerrada-
No es absurda, es lo que harás para que podamos vivir en paz en estas cuatro paredes- entro caminando con rapidez sacando algo de su gaveta-
No me molestan las demás solo una- dijo mirando otra vez la lista-
Cuál?- pregunto de brazos cruzados con una cinta adhesiva roja en sus manos-
La número cuatro, duras mucho tiempo en el baño, como llegare a clases a tiempo con eso?-
Está bien está bien- dijo acercándose a ella dándole un empujón para que se quitara de su camino-
Tomo un lápiz tacho las 7:00 am colocando las 7:30, a Lea le siguió pareciendo injusto que ella tuviera solo media hora para poder prepararse y que Kendall tuviera una hora, no quiso entrar en disputas, en ese tiempo sería suficiente.
Ahora- dijo llamando la atención de la ojiverde- este es tu lado del cuarto- señalo hacia donde estaba la cama que era de Lea- y este es mi lado – señalo el suyo- no vas a pasar por mi lado, al menos que yo te lo pida – se agacho pegando el adhesivo rojo dividiendo la habitación en dos-
Y como rayos pasare al baño?- le pregunto mirando que del lado de la latina estaba-
Bueno – volvió a bajarse haciéndole un mínimo espacio para que pudiera pasar- ahora si listo- celebro juntando sus manos mirando lo que habia hecho-
La ojiverde suspiro sin más nada que poder hacer, sabiendo que su calvario apenas comenzaba.