CAPITAL 1
Mis amigos me llaman Dani porque me llamo Daniela Miler tengo treinta y tres años de edad y estoy felizmente divorciada.
Soy una mujer independiente, después de mi divorcio decidí que con el dinero de mi divorcio cree un pequeño negocio que con mucho esfuerzo fue creciendo. Tengo una tienda, bueno es un supermercado se llama supertodo ¿Porque? Porque hay de todo desde comida hasta inmobiliario para el hogar.
Me casé cunado tenía veinte dos años con el hombre más maravilloso del mundo eso creia yo, el me llevaba ocho años de diferencia y es un médico especialista en operaciones cosméticas. Así que tenía dinero y no me preocupaba por nada.
Nuestro enlace matrimonial sólo duró cuatro años ya que encontré revolcándose con la agolfa de su asistente en nuestra casa de campo. Mientras yo me recuperaba de un aportación estética que hice para complacer a ese desgraciado, el jugaba con otra.
Me operé los pechos y me hice una liposucción. Quedé hecha una reina por lo menos y con dinero, aún continua tras de mí pero Que se joda' como dice mi amigo Jackson.
Lo mejor de esa unión no fueron mis operaciones ni el dinero que me quedé sino mi hijo tengo un hijo de diez años que ya es todo un hombre se llama Liam y es mi razón para salir a delante. Me he dedicado al mil a él y no he vuelto a salir con nadie.
Soy una madre soltera con una belleza muy realzada, gracias a mi operación tengo pechos grandes, firmes como piedra, una cintura pequeña, mi trasero es natural así que es de buen tamaño. Soy blanca con el cabello n***o largo y ojos azules.
Vivo con mi hijo Liam en los Ángeles ,California.
—Madre, ya mi papá viene por mí. Te amo— Me recuerda Liam mientras me da un beso y un abrazo
Hoy se irá a pasar el fin de semana con su padre, aunque ya es costumbre compartirlo no me gusta que esté lejos de mí.
—Cuidate mucho, hasle caso a tu papá y avísame apenas llegues. Te amo mi amor—Le digo y le doy una de mis lluvias de beso.
Liam tiene diez años y siento que crece muy rápido para mi gusto. Cuando el se va me quedo sola en casa, no salgo con nadie, no tengo novio o pretendientes que me gusten. Me dediqué solo a criar a mi hijo y ahora verlo tan grande siento que quedaré sola.
—Mama ya no me beses tanto—Me gruñe mientras lo besó y no me importa la verdad lo besaré las veces que me la gana.
—Buenas, permiso—Saluda el padre de Liam
Dejo de besarla y lo abrazo
—Buenas—Le comento
—Bueno mamá nos vemos luego—Me dice Liam y sale corriendo al automóvil me imagino. Al pasar frente a su padre lo escucho decirle—Bendiciones papá
—¿Cómo estás Daniela?—Me pregunta
El papá de Liam se llama Harris, el Doctor Harris Davis. Tiene en estos momentos cuarenta y un años y no se ve nada mal. Es un hombre guapo no lo voy a negar, es alto mide un metro ochenta, tiene ojos grises y su piel está ligeramente tocada por el sol. Además tiene unas canas que le quedan bien.
El está bien conservado para que negarlo pero hasta allí. No volvería con él ni por todo el dinero del mundo. No quiero volver a ser la cornuda esposa del Doctor.
—Estoy bien y ¿tú?—Le pregunto sin muchos ánimos de hablar
—No tan bien como tú, pero trato de verme bien. Estas hermosa Daniela y veo que tú negocio va muy bien—Me dice
—Gracias, si va muy bien la verdad. Poco a poco pero todo está genial—Le respondo mientras me siento.
Estamos en mi oficina, en el supermercado. Casi siempre estoy aquí, no me gusta descuidar el negoció y hora que Liam no estará pasare más tiempo aquí.
Suena el teléfono de Harris, el responde
—Ya bajo—Cuelga y añade—Liam quiere que me apresuré
Sonrió y le respondo
—Pues ve, vaya a pasar un rato divertido. Porfavor que no coma tantos dulces porque luego no podrá dormir. Cuídense y cualquier cosa me llaman—Le recuerdo
—Tranquila, disfruta tus días libres. Sal diviértete pero con cuidado—Me dice mientras se da media vuelta y se va.
Trato de llevar un abuela relación con el sólo por Liam, pues no quiero ser de esas madres que le hacen la vida imposible a sus hijos envenenando en contra de su padre. Siempre le he hablado bien de Harris y aún no sabe la razón de nuestra separación.
Y creo que aún no lo sabrá es pequeño aún.
Harris sale de mi oficina y apenas sale entra Mirian mi amiga y asistente.
—Eres libreeee—Resopla y comienza a saltar
—¿A caso te volviste loca? ¿O tienes un ataque? Dime para llamar a emergencias—Le bromeó al verla así
—Podremos salir y divertirnos, oye Harris está como el vino. Perdona que te lo diga y que lo mire pero es inevitable, está muy guapo y esas cosas ¡Dios! Es un shugar daddy—Me confieza
Suelto una carcajada al escuchar esa estupideces.
Mariam es mi amiga de infancia y mi asistente. Fue mi madrina de bodas y ella sabe todo de mi vida, trabaja para mí porque su esposo está enfermo y no puede trabajar por ahora. Así que me la traje, no acepto que la ayudara con una mesada. Recuerdo que cuando se lo ofrecí me dijo
—Yo no acepto limosnas Daniela, si quieres que acepte algo solo será trabajo. Quiero ganarme mi dinero amiga, no quiero sentirme como una mantenida.
Aunque eso de limosna me cabreo mucho, la entendí. Me puse en sus zapatos y lo olvidé para traerla a trabajar conmigo.
—Hey pero no enloquescas podemos salir a tomar unas copas o algo pero con prudencia—Le digo
—Hay no. Esa señora no me cae bien, es muy agua fiestas—Me bromea pero sabe bien a qué me refiero
—Te hablo enserio Marian—Le replicó
—Pues le avisaré a Jackson que hoy es noche de chicas—Me dice
—Esta bien, la verdad si lo pienso bien me hace falta salir con ustedes—Le digo sonriendo
—Siiii, si eso es lo que quería escuchar. Amiga necesitas salir y darle uso a tu despampanante cuerpo, muchas matarían por estar así como tú mientras tú te la pasas aquí en estas cuatro paredes—Me dice y siento que me regaña
Se da media vuelta y sale de mi oficina.
Jackson es un amigo de hace años, lo conocí en la secundaria, asi que nos conocemos muy bien. El es gay un hombre gay de de treinta y tres años que aún no sale totalmente del clóset. Su mamá no pierde la esperanza de verlo casado con una mujer y que la haga abuela.
A veces creo que mis problemas son diminutos cuando los comparo con los de Jackson o con los Mirian y le doy gracias a Dios a diario por mi vida pues es casi perfecta.
Cada tanto salimos los tres, ese cada tanto hace referencia a los días en que Liam se va con su papá. Pero últimamente aunque el se va no salimos, siento que me he encerrado más en mi, no sé si es depresión pero no quiero salir, solo quiero estar en casa encerrada.
Miro el reloj y son las once de la mañana, recojo mi bolso y salgo de la oficina
—Marian regreso luego del almuerzo. Ten buen provecho—Le aviso para que sepa que regresaré
Hoy iré almorzar con mi madre, trato de salir con ella todos los viernes a comer afuera. Me gusta hablar con ella, aunque la veo los fines de semana en su casa. Nos gusta salir y cambiar la dinámica los viernes.
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Llegó al restaurante y la veo sentada en las mesas de afuera. No quiere comer adentro supongo.
—Hola mami—Le saludo con un beso y un abrazo
—Hola hija, estás muy bella hoy—Me dice
—Gracias mamá, tu también estás muy linda—Le comento, mi padre es muy actual, muy activa le gusta verse bien y no aparenta su edad.
Ella se llama Pamela tiene cincuenta años y se ve como si fuera mi hermana. Es cliente fiel de mi ex marido y su clínica.
Pues allí hay botox, hidratación, masajes, limpieza de cutis. Todo lo que necesites para verte bella y joven lo encontraras allí.
Mi mamá es voluptuosa y muy bella, aún está casada con mi papá. Tengo un hermano menor Winston tiene treinta años y es militar.
Pedimos la comida y mientras esperamos mi mamá pregunta
—¿Ya Liam se fue con su padre?
—Si, hace un ahora Harris lo fue a recoger a mi oficina—Le comento
—Que bueno ¿Cómo está Harris? —Me pregunta y se por donde viene. Ella sabe muy bien como está el ya que se la vive Mérida en su clínica.
Solo le sigo la corriente
—Esta bien, lo vi bien. ¿Tú cómo estás? ¿Te hiciste algo?—Esa es la pregunta perfecta para cambiar el rumbo de la conversación
—Si, me alegra que lo notarás. Fue un pequeño retoque, vi algunas arrugas y lo arreglaron ¿Te gusta?—Me pregunta
—Claro, te ves muy bien. Más joven mamá, tu piel se ve más suave —Le confiezo
—Me alegra que lo notarás hija, a tu papá le gusto—Me comenta muy feliz
—Perfecto mamá, me gusta verte feliz —Le digo
—Hija la verdad no te traje aquí para que hablemos de mí, oye tu hermano se va a casar—Me dice y eso me sorprende
—¿Qué? ¿Cuándo?—Le pregunto ya que el no ha llegado del cuartel, se que tiene una novia que también es militar pero aún no la conozco.
—Pues creo que será pronto, me llamó ayer y me dijo que este fin de semana vendrá. Traerá a su novia y quiere hacerle la proporción aquí, en nuestra casa en una cena especial y quiero que me ayudes a planear el momento—Me confieza su plan.
—Pamela sabes muy bien que no planeo esa clase de eventos. Ahora no conozco nada romántico ahora, ya se me olvidó su significado—Le replicó
Llega la comida en un muy buen momento. Comienzo a comer pero ella no para de hablar
—Hija por favor es algo importante para tu hermano. Por favor ayúdame, no tengo a quién más acudir por favor, planeemos algo ¿Sí?—Me pregunta
Y no me dejara terminar de comer si no le digo nada
—Hare lo que pueda, pero si necesito ayuda le diré a Jackson—Me advierto
—Perfecto, él es muy creativo así que nos podría dar ideas para la cena. Ves que si eres de ayuda—Me dice sonriendo y por fin comienza a comer.
Reina el silencio solo por un rato
—¿Hija cómo va el negocio? ¿Aprobaron la sucursal?—Me pregunta
—Todo va bien, mañana me darán respuesta pero presiento que sí. Estoy emocionada por eso, poco a poco estamos creciendo más—Le digo
Me causa alegro cómo está lleno mi negocio, ahora estoy a punto de tener otra sucursal y así poco a poco vendrán más.
—Me alegra hija, estoy muy orgullosa de tí—Me confieza y después de eso regresa con sus preguntas
—Hija y él ¿Ya salió del clóset?—Me pregunta
Niego con la cabeza para no dejar de comer
—Es una lastima, es buen chico. Debería tener el valor y confesarle eso a su madre—Me dice
Tomo un respiro y le digo
—Es complicado mamá, es hijo único. Además, ¿Cómo te sentirías si Winston te confiesa que es gay?—Le pregunto y espero su reacción
—La verdad primero sentiría que muero y no lo creería pero luego creo que lo aceptaría. No quiero que ni tú ni el sean infelices, quiero verlos alegres, plenos sea con un hombre o una mujer—Me dice
—¿Osea que me puede gustar una chica?—Le bromeó solo para verla enojar
—No me gustaría la idea ni me haría gracia pero si es lo que quieres hazlo. Pero no hay nada mejor que sentir a un hombre—Me réplica
—Mamaaaa—Le digo al escucharla hablar así
—Tu preguntaste, no me hagas esas preguntas sino quieres escuchar mis respuestas—Me dice
Solo sonrió y pienso que ella está loca. Aunque eso ya lo probé cuando estaba en la universidad y no me gusto, estoy de acuerdo con su comentario pero no sé quizás más adelante. No me cierro a ninguna posibilidad, el mor puede llegar de cualquier lugar.
Luego de comer y pasar un rato divertido con ella, nos despedimos y veo como se va de regreso a casa.
Me voy a la oficina, tengo un sentada independiente a mi oficina para cunado no quiero entrar por la entrada principal.
Me gusta entrar por allí en las mañanas y ver a las familias haciendo sus compras con nosotros, hay muchos supermercados pero pocos traen productos frescos y yo me encargo de que los nuestros sean los más frescos de la región.
Ahora mismo cuento con las de cuarenta empleados que dependen de mi negocio y me gusta que se sientan tranquilos en él. Que sepan que tendrán un buen ingreso para su familia y así cuiden de su trabajo, nos beneficiamos ambos tanto ellos como yo así que debo dar lo mejor para ellos.
Por eso me preocupo en que el negocio siga bien y que mis empleados estén bien.
Estoy llegando a mi oficina y Marian me dice
—Ya llame a Jackson, todo listo para más tarde. Ah llamaron de lo de la sucursal, quieren que los llames—Me dice
Salgo corriendo a mi oficina y hago la llamada.
—Hola buenas habla la señora Daniela Moler la dueña de supertodo—Le comunico a la persona que me atiende al otro lado
—Ah sí señora Daniela, la llaman para informarle que su sucursal fue aprobada. Felicidades—Me dice
—Gracias— Resopló con alegría y cuelgo
—Siiiii, siii, si, si—Grito y Marian entra
—¿Que paso? ¿Tienes un orgasmo?—Me pregunta por mía gritos
—Mejor que eso. Tenemos sucursal nueva—Me informo
—Felicidades amiga, es perfecto hoy tenemos que celebrar—Me comenta mientras me da un abrazo.
Luego de ese maravilloso momento de felicidad me quedo sola en mi oficina y pienso que a pesar de mi éxito en mi negocio al final del día no tengo con quien compartir mi alegría.
Es decir claro que tengo a mi familia, a mi hijo, a mis amigos pero no tengo a ese ser especial con quien hablar al llegar a casa y contarnos cómo fue nuestro día cuando estamos en la cama. Hoy cuando llegue a mi hogar estará sólo, porque ni un perro tengo.
Nadie me espera y eso a veces me entristece. Es bueno estar soltero algunas veces pero no siempre, yo quiero amor en mi vida, quiero volver a sentirme viva y que le importo a alguien.
Me siento triste pero no lo suficiente como para llamar a Harris, no lo haría ni ebria. El me lastimo mucho, me hizo sufrir y aunque me dio la más hermoso que tengo también me quito una parte de mí.
Creí que seríamos cómo mis padres un matrimonio feliz y para siempre pero no fue así. Todo término rápido, de la noche a la mañana y quede sola con un niño.
Llegó y mi casa está sola, oscura, enciendo todas las luces, dejo mis cosa en mi cuarto y me comienzo a desvertir. Preparo mi bañera para darme un relajante baño de espumas y relajarme un rato.
Lleno la tina de agua caliente, con burbujas y le coloco un poco de aceite de rosas, coloco música suave y me meto a la tina.
El agua está en su punto, tibia y huele a rosas. Es lo mejor del mundo, nadie me llama. Aunque extraño a Liam no extraño sus gritos de
—¡Mamá!¿ Donde estas? ¿Donde esta esto? ¿Donde está lo otro?
Amo a mi hijo pero también amo la tranquilidad de la soledad. Digo esto y siento que estoy loca, en un momento quiero tener a alguien y otro estoy diciendo que amo la soledad.
Soy un desastre, eso la verdad. Mi baño de espumas duro media hora donde casi me quedo dormida
Salgo del baño como rejuvenecida y relajada. Mientras me seque el cabello con la toalla suena mi teléfono y es una llamada
Es Jackson y de inmediato recuerdo que quedamos en salir hoy
—Hola mi amor—Le saludo
—Hola reina hermosa, ya me contaron de tus buenas nuevas. Mami ponte más hermosa y sexy que esta noche eres soltera y hay que celebrar tus éxitos. Hoy quiero presentarte a un amigo que está buenísimo —Me comenta
—Si, que bueno y ¿Cómo es?—Le pregunta con curiosidad
—Es guapo, confirmate con saber eso y sabes que no tengo mal gusto—Me recuerda
Y si tiene razón es el muy esquisto para escoger un chico pero espero que haya hecho lo mismo para escoger a mi cita.
—Confio en tí, entonces nos vemos en unas horas—Le confirmo
—Quedamos así, te pasaremos buscando muñeca. Ponte hermosa—Me repite y cuelga
Después que cuelga me quedo pensando
—¿Que carajos me pondré?
No creo tener nada sexy, ya que no he tenido citas no he comprado nada bonito para una salida, comienzo a revisar mi armario para ver qué podría sacar de allí.
—¡j***r! solo tengo pantalones—Replico mientras saco uno por uno y los lanzó a mi cama
Pues no hay más remedio me pondré un pantalón pero será uno blanco y uno de los que me queda muy apretados. De los que casi entran solo si te pones aceite en las piernas.
Creo que sí va más allá de una cita, me será difícil quitarmelos si viene conmigo a casa. Además y ame volví virgen, hace años que no tengo relaciones con un hombre. Lo más cercano a un hombre que tengo es un vibrador que me regaló Jackson en mi cumpleaños, es el único compañero que tengo