Algo que siempre me costó fue confiar en la gente, incluso podría decir que no confío ni en mi misma. Aprendí a golpes que la gente solo te desilusiona y entregar tu plena confianza, sólo es un arma que usarán en tu contra. La vida es como un juego de combate, una lucha individual donde tienes que sobrevivir, para eso tienes que golpear y al mismo tiempo, las personas te golpean también.
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En cuanto abrí los ojos, me cegó la luz que venía de la ventana. Sentí un fuerte dolor en mi estómago, Antonella estaba acostada sobre mí y por eso me dolía tanto. Me levanté enojada y con ganas de vengarme por este dolor que causó mi mejor amiga. Bajé al primer piso y serví un vaso con agua de la heladera, subí corriendo las escaleras y entre en el cuarto, Nell dormía tan dulcemente sobre la cama, silenciosamente vacíe el vaso en su rostro.
Ella se despertó de golpe y se incorporó como si le hubiera dado un ataque, comenzó a toser sin parar y escupió agua por toda la cama. Me comencé a reír a carcajadas, me tomé fuerte el estómago con las manos, el cual me dolía de tanto reír.
Luego de que el ataque de tos de Anto acabará, me observó de una forma que me dejó en claro que si no corría probablemente moriría. Corrí a más no poder por el pasillo y me choque con alguien. Era Federico, el hermano de mi amiga.
—¿Estas bien Juli? —Preguntó mientras me ayudaba a ponerme de pié, yo me caí sentada pero el está intacto.
—Maldita zorra, mejor que te ocultes bien Julieta, porque si te agarró vas a morir. Lenta y dolorosamente —Dijo una furiosa Antonella, la última parte la pronunció en un susurró muy lento.
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—Jaque mate —Gritó el y yo me achique en mi haciendo, suspire molesta y me abrace las rodillas.
Llevamos literalmente cuatro horas encerrados en esta habitación. ¿Les parece normal, que una persona se siente con una manta fuera de la puerta esperando que salgas? Eso es lo que Antonella hizo. Hoy no teníamos clases porque iban a fumigar, entonces yo estoy jugando ajedrez con el hermano de mi mejor amiga, quién no deja de ganarme, y ella esta acostada fuera de la puerta, esperando para matarme. Mi vida es hermosa ¿a ke zy?
—¿Qué estas haciendo querida prima? —Ese es ¿Mariano? Si, la voz de Mariano se escuchó fuera de la habitación.
—Mi mejor amiga me lanzo agua helada y se encerró con mi hermano para que no la mate, pero yo la estoy esperando y no me moveré hasta que se decida a salir —Dijo lo último con ira— Tarde o temprano tendrá que salir, a menos que quiera morir de hambre y mearse la ropa —Lo último lo dijo con un toqué de gracia.
Imaginé que ese era mi momento para escapar, me levanté bruscamente y la mesita con el juego de ajedrez cayó al suelo y yo inicialmente tropecé porque soy súper torpe. Fede me agarró por el brazo para que no cayera y ambos caímos al suelo. La puerta se abrió de golpe y tres rostros nos miraron curiosos, en cambió Antonella nos miraba divertida. La bomba va a estallar en;
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¡Boom!
—¿Qué significa esto Julieta Agustina Curbelo? —La voz furiosa de mi hermano resonó en toda la habitación.
—Hola Bruno —Dije casualmente, como si el hecho de tener a un chico encima, fuera algo de lo más normal.
—¿Que estaban haciendo? —Preguntó otra vez mi hermano, ahora si estaba más calmado.
—¿Enserio quieres que te lo diga? Somos novios Bruno —Fede le contestó con algo de cinismo y lo segundo con obviedad. Lo miré molesta pero el tenía una mirada divertida.
Mi hermano me dio una ultima mirada furiosa y soltó entre susurros algo que habría preferido no escuchar "Mi hermana otra puta más". Supongo que el no notó que yo lo escuché
—Algún día me lo agradecerás —Susurró para que no lo escuchen y dándome una ultima mirada se fue.
¡Voy a matar a este chico!
(Bruno)
Salí furioso de la habitación, no puedo creer que mi hermana se metiera con Federico. Definitivamente es una completa estúpida. No quiero que me cataloguen de machista, porque no lo soy, no tengo nada en contra de que las mujeres experimenten libremente con su sexualidad. Pero me molesta que mi hermana salga con ese idiota.
Escapé de ahí, necesitaba respirar. A los minutos Mariano y Vivían aparecen a mi lado, mi mejor amigo y la chica que amo. No existe mejor compañía, unos minutos después Antonella también hace presencia.
—Prima ¿Sabías de esto? — Preguntó Mariano a Antonella, ella se encogió de hombros.
—No tenía idea, muy extraño. Ayer cuando le conté sobre el chico con el que me acosté, ella no mencionó nada y eso es muy raro, ella siempre me cuenta todo —Contestó muy casual, como siempre.
— ¿Te acostaste con un chico? Ay Antonella, no necesitaba saber eso —Mi amigo estaba asqueado— De todas maneras ella ya es grande, no es una nena para que tomes decisiones por ella. Qué haga lo que le pinte en gana —Sus palabras sonaban muy molestas, se despeinó el cabello y miró en otra dirección.
—Eso si que no, jamás la deje sola Mariano, nunca deje que tomará este tipo de decisiones y siempre estuve para quitarle a los chicos malos, siempre estuve para defenderla y cuidarla. Siento que estoy fallando como... —Mi voz sonó bastante ruda en contra de mi mejor amigo— Estoy fallando cómo hermano ¿Cierto? —Largue mirando a Vivían, quien le observaba con reprobación.
—¿Recién te das cuenta? —Contestó ella molesta— Por favor Bruno, eres el peor hermano del mundo, dudo que haya un peor hermano que vos —La miré mal y ella sólo sonrió.
—¿Crees que hice mal todo con ella? Se que sí, pero... —Me interrumpí a mi mismo, ¿Que pretendía decir?
—Hiciste muy mal hermano, desde el comienzo lo hiciste todo mal. Pero creó que aún puedes solucionarlo, solo si lo intentas —Mi amigo me sonrió y colocó su brazo sobre mis hombros para darme animo.
— Gracias amigo, no se que haría sin ti, mi vida no sería la misma sin mi mejor amigo —Me voltee y lo abracé, tal vez sea muy cursi pero no se que sería de mi sin el.
La miré una y otra y otra y otra vez, no me cansó de verla, es hermosa. Definitivamente no hay chica más hermosa que Vivían. Aprovechamos este mal momento para salir, a Mariano se le ocurrió ir a un restaurante nuevo que se inauguró hace poco. Mientras el estaba en el baño, yo cuidaba la mesa y Viv esperaba la comida.
Pasaron varios minutos y decidí ver si tenía algún mensaje pero nada, levanté la vista para apreciar a Afrodita, pero ella estaba muy ocupada charlando con el que le entregaba la comida. Resople molestó, yo con hambre y ella haciendose la linda con el cocinero que no cocina. Unos minutos después viene caminando con la bandeja, se sentó frente a mi y sonrió.
—¿Estas bien? Creó que el hambre te esta poniendo malhumorado —Dijo riéndose y yo la miré enojado.
—Obvio que tengo hambre, ya iba siendo hora de que te dignaras a venir, coquetea con los trabajadores cuando vengas sola —Lancé molestó, ella se puso seria varios minutos.
—No estaba coqueteando, el es mi compañero de clases. Lo siento si me tarde, no... —Sus palabras fueron interrumpidas por su hermano que se sentó molestó.
—¿Por qué discuten carajo? Ya tengo suficiente conmigo —Lo mire tratando de descifrar sus pensamientos, pero el desvío la mirada.
—El se molestó porque tarde en traer la comida —Dijo ella haciéndose la inocente.
—No es para que te enojes por eso Bruno, la comida siempre tarda y ella solo tardo un poco —Dijo alegando a los diez minutos que estuvo en el baño.
—La comida no tardó, ella fue la que tardó coqueteando con el estúpido ese y me obligó a pasar hambre —En ese momento no pensé, fue mala idea decirle eso a Mariano.
—Creó que acá hay otro enojó —Dijo sonriendo de lado— Pero mejor olvidemos y comamos —Tomó su hamburguesa y le dio tremendo mordisco.
Yo imite su acción y a los minutos Vivían comenzó a comer, por unos minutos me di la libertad de apreciarla comiendo. Llámenme glotón pero su mayor atractivo lo tiene cuando come. Me gustan las mujeres que comen mucho y que no les importa el peso, no digo que este mal que se cuiden, pero esta bueno que de ves en cuando se coman una hamburguesita contigo y no te sientas muerto de hambre porque ella come otra cosa.
Por más que quieras cuidarte, es lindo disfrutar de un asado en familia, de unos chocolates que tu novio te regala, un pancho en una feria, tu hamburguesa en puestos de comida rápida y tus pochoclos en el cine. Creó que la vida es mucho más, que la cantidad de masa corporal que tengas y gran parte de esas cosas están en la comida. Una persona que por su dieta no puede disfrutar un helado, esta mal de la cabeza y es definitivo.
—¿Todo bien bro? —Preguntó Mariano sacándome de mis pensamientos.
—Si, sólo pensaba —Agregué cabizbajo mientras jugaba con las papas.
—Estás muy raro Bruno —Miré a la bella chica que dijo esas palabras, Viv desvío la mirada inmediatamente.
—Estoy bien —No se porque mi voz salió ronca, debe ser debido a la comida.
Pasamos un rato comiendo nuestras papas y tomando el refresco, hasta que el celular de Vivían sonó. Ella ni siquiera se fue a otro lado, contestó ahí, ella y Mariano no tienen secretos y yo no soy nadie para ella.
—Hola Marco —Su voz fue dulce y mi mirada impactó con ella, mi amigo sólo ignoraba la situación.
—Amm si, ahora estoy con mi hermano y un amigo de el —Esta es la primera vez que la notó incomoda.
Espere unos minutos, ella no hablaba, sólo escuchaba lo que el otro idiota le estaría diciendo. Tengo ganas de romper su celular contra la pared.
—Esta bien, dame un minuto —Se dirigió a Mariano tapando el micrófono del celular— ¿Te importa que vayamos luego a la sala de videojuegos —El negó con la cabeza y ella se dirigió a mí.
—No —Fue lo único que pude decir.
No sabía si me negaba a su pregunta o si le pedía que no siguiera hablando con el.
—Claro Marco, ahí estaré —Terminó su llamada rápidamente y guardo el celular.
Los treinta minutos que estuvimos ahí fueron un suplicio, ella prácticamente se atragantó la comida y cada dos por tres revisaba su reloj apurándonos.
—Si estas tan desesperada, porque mejor no te vas a verlo tu sola —Murmure entre dientes, pero tanto Vivían como Mariano me oyeron, ya que me miraron.
—¿Todo bien bro? —Ignore la pregunta de mi amigo, me centre en demorar lo más posible.
—Estás muy raro Bruno ¿Estás con el período? —La fulmine con la mirada y ella comenzó a reírse.
La observe detenidamente, no estaba contento con la situación pero verla reír es una de las cosas mas lindas de la vida. Nadie imagina que un mujeriego pueda enamorarse, pero yo me enamoré. Muchos creen que los mujeriegos no podemos cambiar y lo creó totalmente ridículo. Somos seres humanos y por ende muy distintos unos de otros, puede que hayan muchos mujeriegos infieles pero no todos somos así.
Algunos somos de esos que abandonarían cualquier aventura de una noche, por alguien que los acompañe cada noche en la cama, alguien de con quien puedan tener más que sexo. Es agradable tener sexo si pero no siempre, hay noches que solo quiero dormir abrazado a alguien, alguien que me quiera. Puede parecer ridículo, pero siempre la imagino a ella durmiendo a mi lado.
—Listo, nos vamos —Dijo Mariano levantándose de su asiento.
Llevamos las bandejas a los cestos y tiramos los envoltorios, luego simplemente nos fuimos y caminamos hasta el lugar donde el amiguito de Viv nos espera. A la distancia lo veo y ella corre a sus brazos, se funden en un abrazo.
—¿Cómo estas esposo mío? —Las palabras de Vivían me molestaron, sentí como inconscientemente cerraba mis puños con irá.
—Todo bien esposa mía ¿Y usted? —Ella sonrió, nos apunto con el dedo y el se acercó.
Un abrazó a Mariano quien contento le correspondió, un intercambio de mirada conmigo y la incomodidad se apoderó del momento. Mi amigo me pega un codazo.
—Se amable —Susurra para que solo yo lo oiga.
—Hola —Dije entre dientes.
—Hola soy Marco ¿Tu eres? —Preguntó el susodicho con curiosidad, Vivían palideció rápidamente.
—Bruno, Bruno Curbelo —Contesté y el tal Marco sonrió de oreja a oreja.
—Es un placer conocer al famoso Bruno Curbelo —Agitó mi mano con fervor, pensé que iba a arrancármela.
—¿Famoso? ¿Quien me conoce o que onda? —Me reí de mis propias preguntas, pero vi la cara de metida de pata de Marco y la mirada furiosa de Vivían.
¿Que se traen estos dos?
—Creo que esto ya se volvió algo incómodo, así que nos vamos —Vivían tomó de la mano a Marco y se lo llevó arrastrando; "No te vayas con el" Pensé
Pero ya era tarde...
¡Ella se fue con el!