Al llegar al estacionamiento junto con Aimara, encuentro a Aaron y a Anderson parados a un lado de la camioneta conversando con los escoltas. Al estar a escasos centímetros de ellos, les digo: —¿Qué les parece almorzar en mi apartamento? —observo a ambos esperando una respuesta. —Buena idea Luisa —responde Aimara. No digo nada pues ya suponía que ella accedería sin problemas. La cuestión es la respuesta de los chicos. Al ver que nada dicen agrego. —Cierto que ustedes me invitaron, perdón, Aimara —hago una pausa esperando una reacción—, como bien saben no puedo exponerme más de lo necesario. —Vamos, recuerda que la licenciada tiene el tiempo limitado —responde Anderson dándole una palmada en la espalda a Aaron. —Me voy con Luisa —responde Aimara. Sin esperar respuesta de ellos, al se

