Descongelando tú corazón

Siempre he sido positiva, a veces creo que demasiado positiva, no es que me haya traído problemas antes, mi mamá siempre me ha dicho que nunca tengo problemas por ser bonita, soy la menor de tres hijas, estoy disfrutando mis veintes, trabajo a tiempo parcial en la compañía de modas de mis padres, sueño con ser una famosa diseñadora como mi madre, ella es mi mayor inspiración, dicen que me parezco mucho a ella, tengo el cabello oscuro, lo uso bastante largo, me gusta así, mis facciones con mas delicadas que las de mis hermanas, ellas se ven tan maduras y yo tan despreocupada, yo solo quiero vivir y ser feliz, me gusta pensar que todas las personas son buenas pero mis hermanas siempre me han advertido que debería ser un poco mas cuidadosa, porque no toda la gente en el mundo es buena, aunque yo llegue predique lo contrario, por eso…cuando mi pobre padre me pidió ayuda no pude decirle que no… — ­quiero que sepas que me siento horrible al pedirte esto, hija, nunca creí que podríamos encontrarnos en una situación como esta — mi padre tenia los ojos humedecidos y las manos le temblaban—, confié en las personas incorrectas y ahora nuestro patrimonio esta por irse a la basura, la compañía que construimos tu madre y yo para ti y tus hermanas pende de un hilo… — Papá, por favor, dime que es lo que pasa solo me estas asustando. — Estamos a punto de irnos a la bancarrota, la única solución que tenemos para salvar a la compañía es que accedas a casarte con el hijo mayor de Stephan Nielsen, Emil. — ¿El compañero de escuela de Carolyn? — pregunte al reconocer el nombre— — Si, él mismo, quiero que lo pienses, hija, se que es algo muy extremo lo que te pido y entenderé si no lo aceptas —se coloco en pie caminando a la ventana—, créeme que he revisado todas mis opciones y la más viable es aceptar la ayuda de Nielsen, aunque claro su ayuda viene con una garantía y él cree que lo mejor es unir a nuestras familias con un matrimonio, en un inicio sugerí a tu hermana, Carolyn, me pareció lo más correcto ya que ellos se conocen desde pequeños pero Stephan me pidió que fueras tú quien se casara con su hijo. Yo escuchaba las palabras de mi padre, de verdad lo escuchaba con atención pero a la vez estaba tratando de recordar a Emil, no era un hombre muy sociable, aunque conocía a mi hermana no eran exactamente amigos, convivían pero no podría considerar aquello como una amistad, sin embargo, ella siempre lo describió como un chico correcto, con clase y con buena apariencia, aunque no era así como planeaba contraer matrimonio, pero por otro lado, mi familia estaba en peligro, la compañía lo es todo para mis padres y odiaría que la perdieran sabiendo que puedo salvarla, que puedo salvar a toda nuestra familia. — Lo hare, papá — respondí interrumpiendo lo que él decía—, quiero ayudar a nuestra familia, además recuerdo que Carolyn dijo que no es feo, así que lo veo como un premio — bromee para suavizar el momento. — ¿Estás segura? Creo que deberías pensarlo mejor, hija, no quiero que te sientas presionada, ellos accedieron a esperar por tu respuesta. — Pero es que ya lo decidí, papá, no creo que sea un mal hombre, quien sabe, podría ser el indicado, esto podría ser lo correcto — me conduje hacia mi padre—, además, odiaría no poder ayudar a la familia, la empresa es muy importante para mi también, no olvides que estudie diseño de modas para continuar con el legado de mamá, así que déjame hacerlo, diles que he aceptado, solo tengo una condición — alce uno de mis dedos—, no quiero verlo hasta el día de la boda. — ¿Pero por qué hija? — Porque quiero sentirme en un cuento de hadas, tal vez suene tonto, pero quiero probar si será amor a primera vista — sonreía ampliamente, algo que hizo suspirar a mi padre. — A veces me gustaría tener el mismo optimismo que tú, Amelia — se acerco a besar mi mejilla— ¿Cuándo quieres que sea la boda? — A final de mes, quiero tener tiempo para hacer mi vestido. Sin decir más le devolví el beso a mi padre, volví a sonreír y salí del despacho, fue ahí donde finalmente pude dejar salir mi preocupación, quería verme fuerte ante mi padre, no quería que siguiera sintiéndose mal, pero necesitaba aire fresco con urgencia, así que casi corrí al jardín, mi lugar favorito de toda la casa, yo misma había plantado cada flor que adornaba el sitio, me fui a sentar a una banca bajo un techo de flores, las manos me sudaban, eran nervios, iba a ser la esposa de alguien en unas semanas y aunque las ansias de buscar una foto de él me consumían quería ser fiel a mi palabra de no verlo hasta el día de nuestra boda, me preguntaba si él se interesaría en mi cuando me viera o si seria un tipo arrogante, conocía varios así, al menos mi ex novio era así. No se cuánto tiempo pase ahí sentada hundida en mis pensamientos, pero pronto la voz de mi hermana me trajo de vuelta a la realidad, me llamaba y cuando finalmente alce el rostro ya estaba sentada junto de mí, antes de que pudiéramos decirnos algo me abrazo con fuerza dejándome en claro que ya sabía de mi aceptación al matrimonio con Emil. — Amelia ¿Estás segura de lo que vas a hacer? —preguntó, pero antes de que respondiera ella continuo—: no digo que Emil sea una mala persona, pero no creo que sea exactamente tu tipo. — Si lo dices porque piensas que mi tipo es como Alexander estas completamente equivocada, además no veo porque no podría funcionar — respondí—, dime mejor como es él. — Francamente, Amelia, es un tipo bastante extraño, sonríe y pareciera como un hombre alegre pero no sé…sus ojos siempre te dicen otra cosa, es como si fuera una máscara, aunque es raro porque cuando íbamos en el colegio siempre era alegre, alegre de verdad y cuando volvimos a vernos fue totalmente diferente, como si algo dentro suyo se hubiese congelado. — Tal vez solo es reservado, voy a darle el beneficio de la duda — afirme poniéndome de pie prontamente—, vamos dentro ya empieza a hacer algo de frio y estoy segura de que prefieres hablar con alguien mas que conmigo — la moleste un poco y ella solo desvió el rostro avergonzado. — ¡No digas eso! — exclamo apenada—, es solo un amigo. — Si, seguramente. Me fui caminado entre risas y subí a mi habitación, estaba anocheciendo ya y prefería recostarme, tome asiento frente al tocador para retirarme el maquillaje que usaba ese día, cuando me despoje de, me quede admirándome en el espejo, me consideraba bonita así que me mantenía optimista de que podría gustarle a mi futuro esposo, era raro que me preocupara por eso, aunque me daba cierta emoción tener a alguien con quien poder pasar mis días y vivir experiencias juntos, además de que si Emil se parece a su padre ¡Entonces si me va a gustar! El señor Stephan es un hombre demasiado atractivo, vi fotos de él mas joven cuando estudiaba con mi padre y quede bastante sorprendida, así que espero que se parezcan, sin duda seré una mujer feliz con un esposo guapo ¡Voy a ser la envidia de mis amigas! Me reí ante mis pensamientos tontos y mejor fui a mi escritorio para empezar a diseñar mi vestido de novia. ¡Estoy muy inspirada ahora!