Olena había sido notificada semanas atrás sobre una reunión con uno de los abogados de Fiorell Battista. Según el documento oficial, el encuentro tenía como propósito consensuar qué bienes recibiría la única heredera legítima. Una hora antes, el abogado representante le envió un mensaje de texto con los detalles de la cita. La reunión sería en una cafetería, antes del mediodía. Llegó puntualmente y eligió un asiento cerca de la entrada, junto a la ventana. Pidió un café frío con leche descremada y apenas se lo habían servido cuando un hombre alto ingresó en la cafetería. A pesar de su aspecto juvenil, no era un muchacho. Su cabello rubio, de tono medio, contrastaba con el traje formal n***o que llevaba. Un elegante maletín colgaba de su mano. Con mirada atenta, recorrió cada mesa ocupad

