/Narra Carlos/
Salí del piso sabiendo que la había dejado muy descolocada y absolutamente encantado con ello. Sonreí al recordar la forma tan inocente en la que había asentido ante mi pregunta de si quería complacerme. Aún me maravillaba del autocontrol que había mostrado de mí mismo tras verla con esa actitud. De hecho, tenía un molesto y protuberante bulto en mi entrepierna que era la prueba viviente de que me había controlado más allá de lo aceptable para no asustarla. Ella aún no estaba preparada para todo lo que quería y deseaba obtener de ella, pero estaba en el camino, lo cual no podía resultarme más satisfactorio. Salí del portal y me fui a hacer algunos recados. Me vino a la mente el momento en que la conocí. Fue hace varios años, en una reunión de amigos comunes. Conectamos al m
