Capítulo Trece
Estaba exhausto e indiferente por el calor opresivo del verano tropical, así que las palabras de Raji tardaron un momento en asimilarse. Comencé a desabrocharme la camisa.
"¿Has hecho qué?"
"Alquilé una casa".
"Tomamos su dinero y lo hicimos", dijo Suu-Kyi.
"Tiene camas para todos", dijo Marie, "y una estufa grande muy bonita para cocinar".
"Y también para hacer tu café". Suu-Kyi me dio su sonrisa más linda y extendió una taza de café imaginaria mientras soplaba el vapor imaginario.
"Bueno", le dije, "no sé si..."
Marie tomó mi camisa sudada mientras me hundía en el sofá sin terminar mi pensamiento. Había sido un largo día en el camino de Birmania, y me decepcionó no saber nada sobre el paradero de Kayin. Pero al menos descubrí que no estaba en un campamento de confo
