Fernando Arango

1581 Palabras

El hombre caminó hasta la habitación de Fernando, estaba ubicada al lado contrario de la suya, limitando con la sala de costura que un tiempo pasado, se usó para las reuniones de las damas que visitaban frecuentemente la casa. Antes de entrar al lugar, se detuvo un momento para tomar un respiro, debía hacerlo siempre. Porque, aunque el tiempo pasará rápido, dejando desde hacía varios años ya, a él joven confinado a la tristeza de su habitación, a su padre aun le costaba cada día más, pasar a saludarlo y ver en sus ojos, el rechazo. Sin embargo, su trabajo diario no iniciaba, si no pasaba por esa habitación a saludar y conocer el estado físico y emocional de su hijo.    - Buenos días - Mencionó por lo bajo   - Buenos días señor - Le saludó la enfermera de turno. Una mujer de edad que habí

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