1/? Cuenta regresiva "The End"
Cuando Estefano llegó a su casa, no se encontró con su "novio", suspirando entró dejando su mochila y sacándose la capucha empapada por la lluvia. Lo tiró lejos pero del bolsillo de esta salió la carta que Dante le había dado, agarrando una toalla para secarse un poco, se acercó a recogerla
Examinó el sobre antes de abrirlo, confundido por lo escrito en el sobre de la parte trasera
"Fools" ¿Tonto?, esa palabra la había escuchado muchas veces por su amigo y más precisamente el día de hoy
Abriendo la carta, sacó un papelito y lo desdobló, se sentó en su sofá y comenzó a leer el contenido
"Estoy cansado de este lugar, espero que las personas cambien, deseo cambiar, necesito tiempo para reemplazar lo que regalé y mis esperanzas son altas, debería mantenerlas en pequeño, incluso si sigo resistiéndome sigo queriendo todo
Todo se está destruyendo y es mi error. Nuestras vidas no coinciden como yo quise y estoy consiente de eso, tenemos diferencias e impulsos
Creeme que intenté pero no pude, no pude con la idea de imaginarte abrazando a otra persona y que esa no sea yo, lo peor de todo, no puedo con la idea que estás con la persona la cual te lastimó
Alimenté mis ilusiones con cosas vacías que para ti solo significaban amistad, una amistad que yo ya no te puedo dar.
Disculpame por solo pensar en mi, pero me he convertido en una persona egoísta y desde ahora quiero mi propio bien antes que en el de los demás
Gracias por ser mi mejor amigo en el tiempo que estuve ahí, pero es hora de mirar adelante ¿no? Se feliz con quién crees que es el indicado.
Una última cosa que tengo que escibirte, soy un tonto
Porque sólo los tontos se enamoran de ti, sólo los tontos se enamoran
Te quiero — Dante.
Una, dos, tres y más gotas caían de los ojos del castaño al sobre, se sentía mal, cerrando los ojos con fuerza rompió la carta tirándola al suelo, rápidamente salió de casa, dejando la puerta abierta, sin importarle
En su corazón había un mal presentimiento, corriendo hacia la casa del rubio con lágrimas en los ojos, maldita lluvia que no favorecía en nada. Sus cabellos húmedos y su ropa empapada no eran impedimento para que él siga corriendo sin detenerse
Un mal paso dado para que caiga encima de un charco de lodo, completamente sucio se levantó sacudiéndose un poco, la casa del rubio no estaba lejos de la suya, faltaba poco, él lo sabía
— ¡Dante! —gritó mientras más se iba acercando a esta, una casa de tres pisos pero la luz de la habitación del rubio no estaba encendida
A pasos rápidos se acercó a la puerta marrón, tocando varias veces hasta que fue abierta
—¿si, que desea?
—Señora de Alfonsi, por favor quiero hablar con Dante
— iugh, que asco, tu no puedes entrar a mi casa así, ve a darte un baño y vuelves —respondió la señora queriendo cerrar la puerta pero siendo impedida por el castaño
— Puede ser demasiado tarde entonces, algo me lo dice, por favor llamelo —rogó el menor mirando a su mayor
— Pues no está, acaba de salir de casa, lo vi yéndose con un amigo en su auto con unas maletas, la verdad es que me haría un bien si no regresa
Estefano la miró serio, tantos años viendo a la señora y aún así no se podía acostumbrar como trataba al rubio y ni que hablar del padre, la vida de Dante en casa era un infierno y él lo sabía a la perfección y aún así se encargó de hacerle daño por no ser claro en sus sentimientos
— Gracias
— Si, ahora vete que das asco niño, ve a darte un baño que pareces un pordiosero
La señora de Alfonsi solo cerró la puerta mirándolo con desprecio
En ese entonces Estefano se dio cuenta que Dante no estaba en casa, gritando frustrado se tuvo que regresar a la suya, mañana ya lo buscaría o lo vería en la universidad para por fin poder aclarar sus sentimientos
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Alexandro iba manejando mientras por momentos miraba al rubio quien no despegaba la mirada de la ventana
—Dante...
— Estoy bien, solo quiero recordar como fue mi niñez en esta ciudad —habló bajito, con algunas lágrimas bajando por sus mejillas, pero limpiándose rápidamente
El pelinegro se percató de eso, suspirando estacionó el auto para poder acercarse al rubio
— ¿Por qué te detienes? —preguntó el rubio mirándolo
— Prometeme que ya no llorarás más a partir de lo que nos sobra de camino
La mano del mayor se posó encima de la del menor, quien estaba cubierto por un abrigo grande
— No es fácil ¿sabes? Pero prometo que ya no más lágrimas a partir de ahora —se defendió el rubio haciendo un tierno puchero — si tu prometes no dejarme
Alexandro sonrió y asintió mientras se le acercaba a abrazarlo, siendo correspondido inmediatamente
— Es una promesa entonces ¿vale?
— Vale —asintió el menor acomodándose mejor en el asiento
El pelinegro emprendió nuevamente el camino hacia su antigua casa por solo unos días, fuera de la ciudad porque tenía un viaje planeado junto al rubio
— Te encantará
— Apuesto que si, Alex
Ahora solo quedaba a esperar para mañana, y esta no iba ser una mañana agradable para el castaño. Las cosas suceden y el mundo sigue girando, los sentimientos no siempre se aclaran y todo se complica.