CAPÍTULO 2

1397 Palabras
> –Mire Matteo primero que todo yo soy mayor de edad y segundo usted no es mi papá para darle explicaciones. —Este se para y quedo muy cerca de mi... joder esto es incómodo. —Si tal vez no sea tu papá, pero vives en mi casa. —Por obligación. — Lo interrumpo. —Como sea, pero debes respetar a tu mamá estaba preocupada  —Esa golpeadora no lo creo, o dígame ¿dónde está que no la veo? —Le dije que se fuera a dormir que yo te esperaría y no hables así de ella tal vez se pasó con lo que hizo ,pero ella te adora. —¿Sabe qué? no quiero hablar del tema con usted, si tanto le molesta que llegue tarde a su casa está bien no volverá a pasar. —Michelle esta también es tu casa. — Doy un suspiro algo cansada. —No lo es y nunca lo será, quiero mi casa, mi cuarto, pero mi mamá fue tan egoísta que solo pensó en ella y no en mí. —Eso es mentira Michelle, ella se desvive por ti no sabes todo lo que le costó para decidir que estaba con alguien siempre pensaba en tu reacción. —Ya le dije no quiero hablar del tema con usted. —Está bien, te quería preguntar ¿si quieres trabar en la empresa? —Sí, porque necesito el dinero. —Sabes que yo… no dejo que termine la frase. —No, no puede. Así que acepto su propuesta de trabajo, pero nadie puede saber que soy la hija de su novia ¿entendido? —¿Porque no quieres que sepan? —Porque no así que adiós. — Me subo, pero antes escucho. —Nos vamos a las 8 am —Ok. — entró a mi habitación y me tiro a la cama quedándome profundamente dormida. A la mañana siguiente me levanto temprano y comienzo a buscar qué ponerme, pero no encuentro nada, todo es ropa informal, así como para alguien de mi edad, pero ahora lo que necesito es ropa formal porque soy la asistente de Matteo debo tener buena presentación busco y busco hasta que me acuerdo de la falta tubo que me regalo mi amiga Susana y una blusa elegante, que era de mi mamá cuando era joven. —Bueno creo que con esto bastará, apenas tenga mi primer sueldo iré a comprar algo de ropa. —Bajo las escaleras con sumo cuidado de no caerme porque no estoy acostumbrada a caminar en tacones, cuando llego a la cocina esta la señora de servicio. —¡Hola Mónica! —¡Hola mi niña! ¡Qué guapa estás! —Me río y comienzo a tomar mi café. —¿Y Matteo? —En un momento baja, tu mamá salió temprano. —Ok. — Me concentró en mi desayuno hasta que escucho la voz de Matteo. —¡Buenos días! — Este se sienta a mi lado y veo su mirada pasar por mi atuendo.  —Te ves bien. —Gracias. — No sé porque pero me dio por cruzar las piernas haciendo que mi falda se suba un poco más dejando al descubierto más piel, los ojos de Matteo automáticamente se posan en mis piernas desnudas y veo cómo traga duro, en ese momento me da una idea loca… Vamos a ver qué tanto aguanta las provocaciones de tu querida hijastra, me iré al infierno pero mi mamá me la debe y este también no soy una perita en dulce y no me gusta que quieran pasar por encima de mí y lo que hizo mi mamá ayer fue malo así que ahora me vengaré yo, haciendo que su novio se vuelva loco con mi sola presencia. —¿Nos vamos? — Este quita la mirada de mis piernas. —SÍ, claro. — Nos subimos a su lujoso auto y durante el recorrido nadie dijo nada, cuando llegamos a la empresa todos se quedaban viéndome y la verdad fue lo más incómodo de este mundo. —¡Matteo hijo! — Una señora de unos 60 años muy elegante se apareció en nuestro camino. —¡Hola mamá! ¿cómo estás? —Bien hijo. — Esta posa su mirada en mi—. ¿Y quiénes esta belleza de mujer?, ¿no me digas que es tu novia? — Ambos nos miramos horrorizados y con algo de rubor en las mejillas. —No mamá. Ella es mi asistente, Michelle. — Su mamá hace una mueca de decepción. —Que lastima hubiera sido una perfecta nuera eres preciosa Michelle. —Este... gracias, señora... —Perla, dime Perla. — No entiendo porque tiene tanta confianza conmigo si apenas nos conocemos. —Hijo, ¿cuándo conoceré a mi nuera o es que no piensas tener a nadie a tu lado? — así que sus padres aun no conocen a mi mamá... interesante. —Mamá todo a su tiempo, ahora nosotros no vamos porque tenemos que trabajar. Adiós, mamá. — Le da un beso en la mejilla y luego ella se despide de mí. —Adiós querida espero verte pronto. —Adiós, señora Perla. —Le caíste bien a mi mamá. — Me deja entrar a su oficina y vaya que es grande. —Así que su familia aún no sabe que esta con una mujer 10 años mayor que usted. — me cruzo de brazos y apoyo mi trasero en el escritorio. —Aun no. —¿Y cuando se lo piensa decir?, ustedes se van a casar, ¿no piensa qué ya es hora? —Lo sé, pero no sé cómo se lo vayan a tomar. —Dígame algo Matteo, ¿usted quieres ser papá? —Este me mira como si no entendiera el porqué de la pregunta. —No ahora, pero si más adelante. —Pues déjeme decirle que la única hija que va a llegar a tener, voy a ser yo. —Quien quita que tu mamá termine dándote un hermanito. — Me rio por su comentario. —Mamá no puede tener más hijos, ella se operó para no tener más bebes hace 3 años. — Este abre la boca... creo que no lo sabía. —¿Ella no se lo dijo? —Creo que omitió ese detalle. —Bueno pues ahí lo tiene, así que yo de usted si se va a quedar con mi mamá empezaría a tratarme mejor porque yo soy lo más cercano que va a tener de un hijo. —Siempre podemos adoptar. —Haber Matteo mi madre no quiere más hijos...¿usted por qué cree que se mandó a quitar la matriz?, no quiere más bebes. —Puedo hacerla cambiar de opinión. — Me acerco a él y veo que se pone nervioso toco su hombro y le doy palmaditas. —Suerte con eso Matteo o ¿quiere que mejor le diga papi? — Eso ultimo lo digo de una manera tan sensual que este abre su boca y luego tensa su mandíbula. —Bueno, ¿me mostrará que debo hacer? — Este asiente y comienza a decirme como es mi trabajo, la verdad es pan comido, aunque debo acompañar al inútil a sus reuniones y viajes cosa que no me emociona de a mucho por el solo hecho de compartir más tiempo con él. En la hora del almuerzo bajo a comer algo y veo una mesa vacía así que me siento a comer mi almuerzo con tranquilidad hasta que una chava se para a mi lado. —¡Hola! — Dice de manera inocente. —¡Hola! —¿Puedo sentarme? — Dice señalando la silla vacía. —Claro siéntate. —¿Cómo te llamas? eres nueva, ¿cierto? —Sí, me llamo Michelle soy la asistente de presidencia y ¿tú? —Soy Gabriela, pero todos me llaman Gaby trabajo en la parte de contabilidad. ¡Bienvenida a la empresa! —Gracias Gaby. — Hablamos un rato de nuestras vidas y cuando ya es hora de volver ella me dice. —Oye hoy en la noche vamos a ir unos amigos de la empresa a una fiesta, ¿te gustaría ir? —Sí, me gustaría. ¿Me mandas la dirección y la hora por mensaje? —Claro adiós, Michelle. —Adiós Gaby. — Genial hoy tengo fiesta.              
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR