Me adentré a la biblioteca sin dejarlo procesar. Amaba verlo desorientado, era sumamente adorable. Caminé por el pasillo en donde estaban los libros de alquimistas famosos y vi a Myrtle intentando llegar a un estante alto. Me reí y ella se asustó.
-Oh, hola, Addy. -me sonrió mientras acomodaba sus anteojos- ¿Pasó algo anoche?
-Sí, venía a disculparme por faltar. Tuve unos problemas y se me hizo imposible ir. -la miré con pena- Siento mucho haberte hecho perder tiempo, en serio.
-Está bien. No importa... -miró el libro del estante alto- ¿Ya solucionaste tu problema? -preguntó-
-Sí, ya está todo medianamente bien. -contesté- ¿Quieres que te ayude? -le pregunté- No puedo alcanzar eso, pero puedo ayudarte a subir. -le sonreí. Ella asintió y yo me acerqué para levantarla del suelo. Me agaché, la agarré de las piernas y me volví a erguir- ¿Alcanzas el libro? -pregunté con dificultad-
-Ya casi... -dijo con esfuerzo- Ya. -avisó y yo la bajé- Gracias. -me sonrió-
-Pudieron usar magia, ¿saben? -dijo una voz detrás de nosotras. Tom estaba observando la escena con extrañeza. Yo recordé eso y me golpeé la frente-
-Existe la magia. Lo había olvidado... -dije. Myrtle se rió y asintió-
-Yo prefería hacerlo a lo muggle. -dijo ella-
-Es mas divertido. -comenté. Luego recordé la tutoría- ¿Hoy debo ir a las once de la noche a la tutoría? -le pregunté-
-Pensé que él ya te lo había dicho... -señaló a Tom con confusión. Yo levanté una ceja y miré a la serpiente de labios suaves-
-Yo te daré las tutorías, Adeline... -habló Tom. Yo me crucé de brazos y lo observé con un poco de molestia-
-¿Y quién lo dice? -quise discutir. En realidad me daba gracia la situación-
-Lo digo yo y lo aceptó Slughorn. -contestó él en el mismo tono- ¿Tienes problemas con eso?
-Nos vemos en el aula de Pociones, señor Riddle. -dije, comenzando a caminar por el pasillo- Adiós, Myrtle...
-Adiós, Addy. -contestó ella con su suave y aniñado tono-
***
Mi meta para esta noche era sacar de quicio a Tom para ver hasta dónde llegaba. Era divertido hacerlo enojar. Se veía tan lindo con el ceño fruncido... Aunque, en realidad, se veía lindo con la expresión que sea. Tenía un atractivo gigantesco. Por algo todas las chicas se quedaban viéndolo. Ademas, su aura misteriosa y oscura era lo que volvía locas a todas. Esa peligrosidad que destilaba su mirada. Ese caminar sigiloso y elegante. Esa voz gruesa y varonil... Claramente era todo lo que cualquier chico desearía ser. Pero a él no le importaba eso... Su imagen era lo de menos. Aún no sé qué es lo que él ambiciona para el futuro, debo averiguarlo.
-¡Es la quinta vez que te digo que no va ahí, Adeline! -gritó, exasperado. Ya llevaba hora y media con la misma poción y seguía cometiendo el mismo error a propósito. Era hora de que se enojara... Había aguantado más de lo que esperaba- ¡El polvo de cuerno de unicornio va cinco minutos después, no uno! -se agarró la cabeza y se echó para atrás. La frustración se le escapaba por cada poro de su piel. Era gracioso. Solté una risita, cosa que hizo que él se sacara las manos de la cara y me mirada con el ceño fruncido- ¿De qué te ríes?
-De ti... -contesté, sin borrar mi sonrisa-
-¿De mí? -se puso derecho y tuve que mirar para arriba. Hasta sentado era más alto-
-Sí... Es gracioso hacerte enojar. -me levanté de mi silla y caminé hacia la ventana del aula-
-Un segundo... ¿Fue a propósito? -escuché el rechinar de la silla contra el suelo, así que deduje que estaba levantándose también-
-Podría decirse... -me encogí de hombros-
-¡¿Estás loca?! -me gritó enojado. Yo me reí otra vez y me di vuelta para mirarlo. Me apoyé contra la ventana y me crucé de brazos- ¡¿Por qué lo haces?! -caminó hasta ponerse frente a mí. Yo seguía mirándolo con una sonrisa en el rostro-
-Porque me gusta ver tus expresiones. -contesté. Él se quedó quieto y mudo durante un segundo. Su respiración se normalizó (ya que el enojo lo había hecho alterarse) y me siguió observando con el ceño fruncido- ¿Qué vas a hacer, Tom? -pregunté desafiante- ¿Vas a castigarme? ¿Torturarme? ¿Matarme? -fingí miedo-
-¿Qué quieres que te haga? -preguntó él, siguiéndome el juego. Se acercó un paso más y apoyó sus manos en la ventana, a cada lado de mi cabeza. Yo seguía mirándolo a los ojos. Ahora era adictivo ver sus ojos en lugar de ver el cielo-
-¿Yo puedo elegir? -pregunté, haciéndome la tonta- Quiero un chocolate caliente. ¿Tú me lo harás? Podemos ir a la cocina y prepararlo allí... -me hice la inocente. Él se tragó la sonrisa que amenazaba con escaparse y siguió mirándome con "seriedad"-
-¿Un chocolate caliente? -preguntó, acercándose unos centímetros más a mí-
-Sí. -contesté- Puede ser eso o... -dejé la frase sin terminar-
-"O"... -repitió. Yo sonreí con picardía y lo agarré de la corbata. Esa cochina corbata verde y plata. Lo atraje hacia mí y le di un beso-
-O un zumo de calabaza. -bromeé-
-Ah, no. Ahora te castigaré. -me levantó del suelo y me obligó a rodearle la cintura con las piernas. Yo me reí y me agarré de sus hombros mientras lo miraba a los ojos-
-¿En serio? -pregunté con el ceño fruncido y con gesto retador. Él asintió y atacó mis labios sin ninguna espera. Volvía a tener sus suaves labios sobre los míos. Esto podría convertirse tranquilamente en un nuevo pasatiempo. A la mierda con ir al bosque prohibido. Mejor sería besar estos prohibidos labios de serpiente con corazón de hielo-
-Estás volviéndote tan necesaria para mí... -susurró en mis labios. Cosa que me hizo derretir aún más y besar sus labios con una ansiedad mayor. Sentí que me sentaba en una de las mesas y me di cuenta de que podríamos ir caminando por el medio de la nieve y yo no lo notaría-
-Te quiero, Riddle. -murmuré-
-Creí que estudiarían pociones... -una tercera voz nos hizo sobresaltar y yo caí al suelo-
-Abraxas... ¿Qué haces aquí? -preguntó Tom. Yo me levanté del suelo y vi a Malfoy con los brazos cruzados-
-Pasaba por aquí... -se encogió de hombros- No sabía que estabas con ésta... -me miró con desprecio-
-Cuida tus palabras. -dijimos Tom y yo al mismo tiempo. Yo lo miré, impresionada al saber que él estaba defendiéndome-
-Creí que no valía ni tu tiempo. -comentó. Mi corazón dolió un poco al recordarlo- Eso es lo que Druella me dijo.
-Lo que haga o deje de hacer no es de tu incumbencia. -cortó Tom-
-Estás perdiendo mi respeto, Riddle... -murmuró, negando con la cabeza. Yo me llené de enojo y lo miré con mi peor cara de "Morirás". Él se intimidó, pero trató de no demostrarlo- ¿Y tú qué? -me dijo. Yo rodeé la mesa con lentitud y silencio. Caminé hacia él y saqué mi varita. Él sacó la suya, pero yo fui más rápida-
-Obliviate. -conjuré, sacándole el recuerdo de lo que había visto. Luego lo empujé hacia afuera del aula y cerré la puerta. Me fui a sentar a mi lugar y agarré a Tom del brazo para que hiciera lo mismo- Esta solución está mal hecha. Creo que debo prepararla de nuevo... -sentí la puerta abrirse y vi a Malfoy entrar por allí-
-Veo que no puedes deshacerte de la sangre sucia aún. -dijo Abraxas con asco. Tom frunció el ceño y se acercó a mi oído-
-¿Lo hiciste olvidarlo todo? -preguntó y yo asentí-
-Justo estábamos necesitando un sujeto de experimentos para que probara mis pociones. -me levanté y agarré la poción previamente preparada para luego caminar hacia él-
-Aléjate de mí, loca. -dijo, retrocediendo de nuevo hacia la puerta. Yo puse cara de inocencia y seguí caminando- Me largo de aquí. Prefiero morir de viruela de dragón antes que morir envenenado por ti. -dijo y se fue por la puerta. Yo me reí y volví hasta la mesa. Tom se paró y se acercó a mí-
-¿Sabes que me gusta ver cómo torturas a Malfoy? -me susurró muy cerca del oído. Yo llevé mis manos hacia su pecho y lo acaricié-
-¿Haremos esto público? -pregunté. Él se alejó de mi oído para poder mirarme a la cara. Yo seguí acariciándolo. Subí una de mis manos desde su pecho hasta su cuello y desde ahí hasta su mejilla-
-No es que yo quiera esconderte... -murmuró. Yo sonreí y pasé mi mano por su cabello. Él cerró sus ojos ante mi caricia- Es sólo que no me acostumbro aún.
-¿Qué somos? -pregunté, volviendo a llevar mi mano hasta su mejilla. Él abrió los ojos y me miró con muchas dudas cruzando por sus ojos-
-No lo sé... -contesto frunciendo el ceño- ¿Qué somos?
-¿Amigos? -pregunté, sintiéndome tonta-
-¿Tú te besas con todos tus amigos? -preguntó. Yo negué con la cabeza y sonreí- ¿Eres mi novia?
-No me lo preguntaste aún... -contesté-
-Nunca he tenido una. Yo no había querido a nadie antes... -murmuró. Le di un beso y lo miré a los ojos- ¿Vas a ser mi novia?
-¿Podrías preguntármelo con más delicadeza o romanticismo? Siento que estás preguntándome si voy a ir al baño. -dije. Él se rió y me acunó el rostro con las manos-
-¿Quieres ser mi novia, Adeline? -preguntó-
-¿Quieres perder respeto, Tom Riddle? -contraataqué y me solté. Caminé hasta la puerta y la cerré para que nadie nos oyera- Perdiste el respeto de Malfoy sólo porque te vio besándome. ¿Qué pasará con todo Slytherin cuando se entere que sales conmigo? -me crucé de brazos-
-No me interesa lo que un par de ineptos piense. Sus cerebros apenas sirven y son tan influenciables como un niño de siete años. -se acercó de nuevo a mí- Respóndeme.
-Seré tu novia. Pero vamos a mantenerlo en secreto.