¿Como te enfrentas a alguien que es tan importante para ti?
Ahora no solo debía enfrentarme a Ryder.
Sino que también a mi hermano.
Estaba demasiado seguro que mi hermano tenía demasiadas preguntas sobre que hacía con la chica que le gustaba, que hizo que nos acercáramos o estuviéramos sentados alado, ella no es muy agradable, con la única persona que es amable es con su mejor amiga, los demás somos molestias en su vida, por lo que, la situación es demasiado rara.
Hace unos días, si me hubieran contado que estaría ayudando a esa chica, me hubiera reído, no porque no creo que ayudara a quien lo necesite, ayudo a quien lo necesite pero en el caso de Elizabeth Henderson, creo que se clavaría puñales en los ojos mucho antes de hablarme o pedirme ayuda, no es una mujer que se vea débil o que demuestre sus debilidades, siempre esta sería y fuerte, creo que por eso le gusta tanto a mi hermano, pero es que no es solo su personalidad, me odia, no se la razón pero odia con todo su ser mi grupo de amigos, quizás sea por la popularidad, por lo que representamos o quizás algo en su cabeza que no comprendo tenga sentido para odiarnos, por mucho que mi hermano no lo quiera aceptar, nos odia y es casi imposible que se fije en él.
Pero algo ha provocado que necesite mi ayuda y no solo eso, sino que la acepte.
—¿Que haremos con una cabra?—.
Me acomode en el asiento del copiloto al recibir la pregunta de mi hermano.
—La tendremos unos días en casa para después llevarla a algún refugio—explique.
Mi hermano analizo mi cara, intentando entender que era lo que estaba haciendo o lo que estaba intentando hacer con todo esto.
—¿Como has secuestrado una maldita cabrá?—.
Observe como conducía, no sabía que decir o como explicarle las cosas, como decirle que estaba pasando porque quizás explicarle lo que hizo Elizabeth, debía explicarle lo que habíamos hecho, implicaba explicarle la conversación que tuvimos, cosa que no deseaba, que no quería, que me ponía demasiado nervioso porque no quería tener que explicarle porque no confiaba en el para contarle mis problemas, no era cosa de no confiar en el sino que necesitaba consejos lógicos.
—Eso ha sido cosa de ella, yo solo me he quedado con la cabrá—le deje claro.
Mi hermano se mordió el labio analizando las cosas, creo que estaba intentando analizar las cosas para entender que estaba pasando o como entender las cosas que estaba pasando.
—No veo lógica en eso— aviso.
Le mire en silencio, no sabía bien que pensar o que hacer, quizás estaba loco por coger una cabrá que no me importaba una mierda e intentar salvarla, aunque para ser sincero la única razón por la que le ayudaba, por lo que ayudaba a esta chica era porque así podía joder a Cameron, quien era la persona más insoportable del mundo, a quien odiaba sin poder entender como ni la fuerza con la que lo hacía.
No respondí, no quería tener que soportar un discurso de moral dudosa en la que me recordara que hacer una cosa por odio a una persona no solucionaría nada, no me gustaba para nada que me dieran un discurso dándome lecciones que no necesitaba recibir, se que odiar a Cameron por haber tenido algo que yo no he tenido esta muy mal, odiarle por decir una cosa que era mentira no solucionara nada, hacer que sufra no va solucionar nada, solo me hará ser una mala persona, una persona como ellos que por hacer daño, hacían todo lo que fuera necesario para destruir la moral de sus enemigos y así ganarles de mejor manera.
—No la hay—respondí.
Mi hermano podría haber hecho millones de preguntas sobre que estaba haciendo con Lisi.
Pero no hizo una sola.
No hablo.
No hizo nada.
No se porque lo hizo, quizás teníamos una extraña conexión que hacía que saber al otro cuando hablar y cuando no, quizás nuestras neuronas estaban conectadas y con una mirada sabía cuando podía molestarme y cuando no, aunque siendo sincero, eso sonaba a una película muy mala de terror, más que a una realidad.
La cabrá, no es que sea el animal que hubiera elegido para mi vida pero no puedo negar que era una gran amiga y compañía, estaba todo el rato comiendo o dormida, pero te miraba como si fueras interesante o quizás solo eran mis imaginaciones, realmente llevaba unos días más perdido que un pollo sin cabeza, no paraba de pensar en que debía hablar con Ryder pero una parte de mi, quizás la que siempre llevo mi vida, esa parte de mi, me gritaba que no dijera nada, que no hablará con él, que todo se iba a ir a la mierda si lo hacía.
No quería joder todo por eso, por una cosa que quizás nunca se haría real.
Era jueves.
Los dos días del medio se me pasaron demasiado lentos, me quede en casa, no estaba malo y no necesitaba estar en la cama, al menos que contáramos cuidar una cabrá como algo por lo que no ir a clase, creo que a nadie le importo que no fuera a clase, nadie noto que no estaba, la gente solo veía en mi, el chico popular que destacaba, los profesores veían en mi un buen estudiante pero si faltaba, no importaba porque era uno más de los millones de estudiantes que había, realmente, no importábamos.
Hoy era el día del partido.
Por mucho que lo evitara, hoy vería a Ryder y seguramente tendría que hablar con él, éramos parte del mismo equipo por lo que teníamos que vernos pasara lo que pasara, fingir una enfermedad a estas horas, no era viable, y seguramente me haría perder cosas en el colegió, había luchado mucho por mis horas de descanso o permisos como para perderlos ahora por miedo a que alguien me hable.
Y eso era lo único que importaba, que fuera al partido y ganáramos, gracias a mi o por mi, eso no importaba, lo que importaba, era el trofeo que llegara al colegio, lo demás, eran puras tonterías, la gente no te recordaba por muchas cosas, cuando nos íbamos, cuando dejábamos este mundo, la gente solo recordaba lo que habías hecho mal, en el funeral se podía solo aceptar las cosas bonitas, las cosas que hemos conseguido pero esas cosas a la larga esas cosas se olvidaban, los logros de las personas se olvidaban, eran recuerdos que se olvidaban, recuerdos que molestaban, la gente solo recordaba lo que no pudimos hacer, lo que no logramos, una maldita mierda, esforzarse toda la vida para ser solo un mal recuerdo de la gente, para que hagas lo que hagas seas como todos, un conjunto de huesos en un fuego, enterrado alado del criminal o del buen hombre, para que todo lo hecho no sea algo que importe.
—Ethan—me llamo mi hermano.
Le mire.
Connor se sentó a mi lado en el vestuario, a lo lejos pude ver a Dylan y Ryder que estaban hablando sin mirarnos, por lo que supe que mi hermano hizo algo, hizo que Dylan hablara con Ryder para que no me dijera nada antes del partido, sabiendo que eso me volvería loco aunque quizás, el miedo a saber que me podía decir, era lo que me volvía mucho más loco que otra cosa.
—¿Que necesitas?—le pregunte.
Connor me miro.
—Pone el uniforme—me ordeno mi hermano.
No pude evitar fijar mi vista en mis dos amigos, me mataba la curiosidad de saber que estaban diciendo, que estaba pasando en esa conversación, me daba demasiado miedo que estuviera diciendo que no me quería, que estuviera pidiendo a Dylan la forma de alegarse sin hacerme daño ¿Como íbamos a poder ser la mejor banda del mundo sin él? Era imposible, él era parte fundamental en nuestras vidas, en el objetivo de vida que teníamos, en vivir en general, Ryder era una pieza demasiado importante.
—¿Le has contado algo a Dylan?—.
No hubo respuesta a mi pregunta.
Conocía a mi hermano por lo que sabía que su silencio era claramente una afirmación, cuando no quería que alguien supiera algo, cuando sabía demasiado bien que responder era peor que callar, mi hermano hacía silencio, mi padre era una persona que siempre que las cosas no le gustaban, actuaba mal, nos gritaba o se iba por no hacer algo peor, mi hermano aprendió a callar, a identificar cosas que seguramente le llevarían a un conflicto, a no molestar a la gente para evitar un conflicto. Cosa que yo nunca he tenido que aprender, ya que siempre evito el conflicto, siempre me quedo callado por mucho que este sufriendo.
—Tengo que hablar con él—.
Creo que esa afirmación que dije sin saber bien lo que estaba pensando sorprendió demasiado a mi hermano, no estoy seguro de si las cosas se vayan a solucionar o solo voy a volverme loco, quizás toda esta situación es una señal de que debo rendirme, de que el amor no es algo hecho para mi, siempre he creído que el amor no esta hecho para todo el mundo, hay personas que por mucho que sean buenas, no están destinadas a ser amadas, no por algo en concreto simplemente creo que hay demasiadas personas en el mundo, dudo que haya parejas para todo el mundo, es casi imposible que todos tengamos una persona con la que estar, no creo que sea posible que todos tengamos a alguien para nosotros.
Se que mi hermano me quería decir algo por su cara pero se callo, no dijo nada.
—A ver grupo de idiotas—nos grito el entrenador, me puse rápidamente la camiseta del equipo y mire al entrenador que seguramente si veía que alguien no estaba listo, le haría salir desnudo a jugar el partido porque el tema enseñar humillando era lo que más gustaba hoy en día—He acaba de decir el imbécil del entrenador del otro equipo que alguien les ha robado su cabrá—tras esas palabras note la miraba seria de mi hermano en mi, no le había contado de donde había salido la cabrá, no por nada en concreto pero apreciaba demasiado mi vida como para ser asesinado—Quien lo haya hecho, tiene toda mi aprobación—estaba claro que mi entrenador odiaba casi tanto como yo al equipo rival—Como no ganéis este partido, os haré limpiar el gimnasio con la lengua, esos putos pijos se han llenado la boca por meses diciendo que nos harán morder el polvo, así que quiero que aplastéis su cabeza para que vean que somos mejores—.
Aplausos.
Gritos.
Mis compañeros alabaron ese mal discurso como si fuera lo mejor del mundo cuando solo era una mala versión de algo que nadie debería escuchar, si, yo era quizás el primero que quería ganarles, quería que Cameron se sintiera mal por todo lo que nos fastidio estos días, por no decir que estos meses, este año que estuvo en nuestra vida, por hacer que Shana se fuera sin poder abrazar a Ryder, por tener que aguantarle todo un año como besaba a Ryder delante mío sin importarle ser asqueroso o molestar, fue quizás la persona que más afecto a que empezáramos a ensayar, siempre había algo que impedía que ensayáramos, que impedía que siguiéramos nuestro sueño, quizás si el nunca hubiera estado, ya seríamos las mayores estrellas del país, pero éramos unos simple locos tocando en un garaje.
Debíamos ganar este maldito partido, pero no solo eso, sino que debía hablar con Ryder, debía dejarle claro que si, era gay, que me gustaban los chicos pero que no me gustaba cualquier chico sino que me gustaba él, no cualquiera, no el vecino del quinto o una persona que vi por la calle, si sabía que me gustaban los chicos es porque me había enamorado de él.