Dragón

1987 Palabras
Después de eso que le dije a Henry, el se quedó conmigo un buen rato, nos íbamos hacia un restaurante, pero antes y tocamos en la puerta de la habitación de Saúl y Annie. El elfo abrió la puerta, se veía algo cansado. —Ah…. Deicy…que tal… —Vamos a un restaurante, vienen. —Eh…si… El se veía muy cansado, y sus orejas estaban algo bajadas. Parecía que había dormido en el piso y eso le había afectado mucho. Yo lo tome de la cabeza un poco, nunca le había tocado el cabello a un elfo. —Mmmm, ¿Por qué haces eso? —Es algo curioso, tienes el cabello liso como el de un animal. —Sara…¿te sientes bien? Creo que Henry tenía razón yo comencé a delirar de la nada, no sabia porque. Antes pensé que había sido el. El me ayudó a entrar a su habitación, allí estaba Annie dormida. —Solo recuéstate no salgas. Al parecer, estaba muy mal para que él me dijera eso. Aquí no se encontraba Annie así que no tenía con quién hablar. Me empecé a dormir y de la nada llego el resto del equipo. Henry me tomo de la mano. —Solo cálmate, vamos a comer, solo debes seguirnos, no hables en ningún momento. —¿Por qué?. —Lo que tienes lo pudo haber hecho Arnold y su grupo, o alguien más de el pueblo. Solo mírame y sígueme a mi. —Esta bien. Con ayuda de el me levanté, los dos elfos me miraban muy preocupados. Lo que tenía parecía peligroso. No hable más, solo camine con ellos por el pueblo hasta que llegamos a un tipo de bar-restaurante. Los cuatro nos sentamos en una mesa redonda, ya debía algo vieja, pero estábamos en un pueblo, no había mucho que exigir en este lugar, aunque Annie estaba algo incómoda, se apoyo en el elfo para poder tranquilizarme un poco. La comida que nos trajeron fue conejo, con una que otra legumbre. Yo jamás había comido eso, me dio mucho pesar ver ese animal. Los elfos estaban igual de tristes, pero no podían dejar la comida así tirada. Henry suspiró un poco y como si nada empezó a comer. Todos lo seguimos aunque no nos gusto mucho hacer eso. […] La comida fue algo rica, pero deprimente, para ellos los conejos son animales que pertenecen a su naturaleza y vi muchos en Bert, eran más mascotas que alimento. Saúl quiso cambiar ese momento de tristeza y empezó a hablar de lo que sucedió. —Bueno, no iremos con el grupo de Arnold, debemos evitar peleas, que obviamente el buscara, por poco deja sin hijos a Henry, así que mañana nos iremos, posiblemente el acabe con todos ellos hoy. Ah…habrá cambios en las habitación… —Yo me quedaré con Sara, creo que es lo mejor. —Henry… —Sabes que eso se inhabilita un poco cuando la persona afectada recibe cariño. —No sabemos que tipo de pócima recibió. Posiblemente fue uno de los hombres de Arnold, lo que no sabemos es el porque hizo eso. Mientras ellos discutían yo me sentía perdida, esto era fastidioso yo estaba totalmente confundida, no sabía nada de mi. Me quería parar y irme de allí. Henry me tomo de la mano y beso. No sé porque lo hizo, pero de inmediato Saúl hablo. —Te estás aprovechando de ella… —Tal vez si, pero se que esta sintiendo, yo pasé por algo igual, solo necesita pequeñas muestras de cariño….al principio pensé que tú Saúl habías hecho algo así. El elfo bajo una ceja algo confundido. —Yo…¿Por qué?. —Creí que querías apresurar las cosas entre los dos, lo siento. El me abrazo, y poco a poco me calme. Deje de sentirme confundida y empecé a mirar a este chico como algo mas, aunque él no lo noto. Solo agache la cabeza y me también lo abracé. […] Cómo había sido por los últimos días yo dormía en la cama y Henry en el piso. Era algo más por cortesía y caballerosidad. Esa noche parecía normal, pero no lo seis por mucho tiempo. Yo me baje de la cama, y me senté a su lado. —¿Lo que te sucedió a ti como fue? —Sara, pensé que estabas dormida. Bueno, me enloquecí y casi la desposo sin casarme, me pelee con los guardias, con Saúl y todo el mundo. Esa chica medio algo que me hizo pensar cada minuto solo en ella. No podía dormir, no comía. Fue difícil para mi. Desde allí empecé a tenerle miedo a las mujeres y me fui de Bert por algunos meses. —Y como te quitaste eso —Me encerraron por un mes en una celda oscura, yo era muy violento. —Mmmm, entiendo…. Yo lo bese en la boca. Y me alejo un poco con las manos. —Sara, no hagas más eso, tu me gustas, y es demasiado para mí. Lo hice allí para que estuvieras tranquila, te vi perdida. Solo abrázame si te sientes mal. Yo no le respondí nada y me apoye en su hombro, pero no todo iba. A ser tranquilidad, de la nada sonó una explosión. Herny tomo su espada y se levantó me acaricio la cabeza y me beso en la frente. —Solo quédate aquí. Yo no lo seguí, solo me asome por el corredor. Vi humo en la parte más alejada del pueblo. Era un a zona algo boscosa, con un tipo de árbol de pino. El fuego se hacía más grande cada minuto. Me asuste mucho, los dos elfos también salieron. —Annie cuida a Sara, no dejes que vaya para allá. El elfo tenía la túnica verde que traía algo desabrochada, y salió corriendo hacia ese lugar. En mi mente estaba imaginando lo que probablemente estaba ocurriendo. El no aguanto más y se dejó llevar por la tentación. No podía decirle nada para no incomodarlos, pero tenía cierta incertidumbre de lo que pasaría de ahora en adelante. Éramos caía dos parejas de enamorados en un grupo de aventureros, era malo ya que exponíamos nuestra vida y era probable que muriéramos. […] El fuego se extienda y ni Saúl, ni Henry volvieron a salir. Yo me quedé muy intranquila, Annie me tenía del hombro, para evitar que me fuera, aunque obviamente yo no iba a hacer eso, yo era consiente de lo que me estaba pasando. De un momento a otro se escuchó un ruido, impresionante. Me quedé muy asustada. Pensé en mis dos compañeros y me quedé totalmente confundida. En los cielos del pequeños pueblo vimos a un dragón rojo gigante volar por el cielo. Yo sentí que era el final para todos. Si ese ser escupía todo está puedo desaparecía. Ese ser tenía una seria de es más en cuello de color gris y café oscuro. Sus ojos eran amarillo. No te que tenía un corte en una oreja, parecía que se la habían cortado. Oí un canto de elfo y esa criatura cayo a la tierra de un momento a otro. Los aldeanos que había se reunieron para amarrarlo y cerrarle la boca. Media tal vez 15 metros. Era increíblemente largo y a aterrador. Arnold vino solo al pueblo, parecía que había perdido a todos sus compañeros. Henry y Saúl, no le dijeron nada. Me empecé a sentir mal al verlo, y abrace a mi compañero. Muchas personas se reunieron por el lugar a presenciar lo que pasaría. Aquel hombre guapo y ahora solitario, frente a todos saco su espada y mató al dragón. Se oyó un coro de felicidad. —Si….¡el dragón ya no está,,! En medio de esa confusión el se quitó el casco y dejo ver su rostro, se vía agotado. Las quemaduras de su cuerpo eran muy evidente. Me dio tristeza verlo así, trate de concentrarme. Algo no estaba bien en nadie lo no sabia. Por si las moscas yo llevé la espada que me dio Henry. Y ocurrió lo impensable, un dragón mucho más grande que este apareció. Todos corrieron la ver esa mirada tan siniestra, Saul y Annie hicieron una barrera para proteger al pueblo. De la nada ese dragón soplo y todo se puso rojo, a un con eso se sintió un calor tremendo. Era algo impensable para a todos vivir algo así.. Los elfos se resintieron al usar tanta magia, pasamos casi una hora así. Henry no dejaba de abrazarme con fuerza, el también estaba asustado y decidió besarme. Yo no me enoje le seguí sus muestras de cariño y lo toque en la mejilla. Pasaron tal vez quince minutos y de la nada la barrera se hizo ceniza. El panorama aterrador que tuvimos que ver fue desesperante. Todo lo que no estaba en la barrera se quemo. Solo ví carbón y ceniza alrededor y el fuego seguía avanzando a kilómetros de aquí. […] Salimos de ese pueblo horas después, la gente del pueblo solo pudo mandar cartas para intentar retomar las cosechas y los bosques que se quemaron totalmente. Nos fuimos en nuestra carroza, tanto Saul y Annie, estaban cansados de por todo el esfuerzo que hicieron en ese lugar, pero ambos no parecían despertar ahora. Yo tenía a la chica recostada a mi lado y Henry también estaba igual, los dos a pesar de todo debíamos estar en guardia y protegerlos a los dos. Nos dirigimos a Dresdeft la una ciudad en el país de los elfos rindavík, era lo mejor, aunque a mí me tenía algo inquieta, yo era una humana y debía estar tranquila. Todo era para buscar ayuda por la aparicion repentina de monstruos y ese mega dragón. Henry y yo nos mirábamos, ambos estábamos a apunto de dormir, pero debíamos estar despiertos. —Sara puedes descansar, yo estaré despierto y los cuidare todos. —Bueno, lo haré un rato y me despiertas para que descanses. Yo cerré los ojos y puse mi mano en el hombro de la Annie. […] Me desperté temprano por el sonido de la gente. Henry se había dormido, yo me levanté recosté bien, y me levanté. Estábamos en un puente, atrás de otras carrozas. El hombre que conducía la carreta estaba algo cansado, no durmió en toda la noche. El traía una armadura así que no podía ver su rostro. El no iba a dormir en los hospedajes se quedaba cuidando la carroza. El se quitó ese casco y pude ver su rostro. El era de cabello café, y ojos verdes, una carita redonda, algo apuesto, pero muy joven ni tenía más 20 años. —Eh…hola, señora de Pernía. Eso me hizo sentir extraña, aunque así como todo iba sucediendo, lo más probable es que yo me iba casar con el aspirante a héroe y debía a acostumbrarme a que me dijeran eso. —Eh…hola…. —Ya casi entramos a ese lugar, debe hablar con el señor Saul, el debe presentarse y hablar. —Entiendo, eh…voy a decirle. Volvía a entrar y toque al elfo. El se veía fatal, sus ojos estaban rojos del cansancio y trato de hablar. —Sara…¿Qué pasa? —Estamos apunto de llegar a la ciudad de los elfos, necesitamos que salgas y hables con los guardias y nos dejen pasar Saúl trato de acomodarse un poco y salió del carruaje. Se veía demasiado cansado, así que tuve que ayudarlo a caminar, el se apoyo en mi hombro y fuimos hasta la entrada, no quise despertar a Henry, ni al Annie. Este viaje había sido un poco pesado, toso terminamos con olor a carbón por lo que pasó. La entrada de este lugar estaba separado del resto por una especie de rio, y la única parte donde se podía ingresar era por el puente. Además habían dos grandes murallas lizas, imposible de escalar. Cuatro elfos con armaduras se encargaban de recibir a las personas que querían ingresar.
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