JOSHUA Estefanía se fue a trabajar luego de haber desayunado con Iñaki y conmigo. Esta vez me había levantado yo a hacer el desayuno porque había notado que mi mujer estaba sufriendo de insomnio. No sabía qué era lo que la tenía con una preocupación tal que no la dejaba dormir. No iba esperar respuestas, estaba convencido que tenía que buscarlas por mi cuenta. Presentía que se trataba de algo grave. Iñaki seguía con su pijama puesta comiendo los waffles con chocolate que le había preparado. Estefanía se encontraba frente a mí. Noté que se habia cubierto las ojeras con maquillaje. — ¿Has visto a Marcelino? —Le pregunté porque no haía tenido noticias de él. — ¿Marcelino? No, no he sabido nada de él —. Frunció el ceño sin dejar de verme— ¿Por qué la pregunta? — Nada más. Solo quier

