Seis

251 Palabras
Mi amiga me regañaba siempre que íbamos a alguna fiesta y me posicionaba cerca de ti intencionalmente. En mi defensa esto solo ocurría apenas al principio cuando mi corazón galopeaba por verte, luego ya me enfocaba en otra cosa, lo juro. Quizás era un poco acosadora. Pero sentirte a poca distancia me reconfortaba. Sentir tu tranquilizadora presencia. Inhalar tu aroma dulzón que recorría mis pulmones dejando cosquillas de fragancia a su paso. Tocar tu piel cuando rozaba la mía y encrespaba mis vellos que felices se despertaban al palparte... Ese día si mis sentidos no me engañan, noté que chocaste con mí de manera intencional, ahora tú eras él que quería descifrar por qué te analizaba, me lo decías a gritos con tu mirada, estoy segura. El juego había cambiado y ahora no solo yo necesitaba comunicarte mis pensamientos, también tú lo necesitabas. Y no había quizás otra opción que hacerlo con una mirada o un roce intencional. Escuchar el sonido de tu voz al filtrarse por mis oídos y estremecer mis sentidos... Hablabas a lo lejos pero también querías ser escuchado, lo noté en el momento en que te vi que levantabas la voz y girabas tu cabeza hacia mi dirección para ver si había estado prestándote atención. Admirar el movimiento de tu cuerpo al bailar que daba la misma sensación de paz que ver una cortina ondearse levemente cuando la brisa la empuja en un ida y vuelta hipnótico. Y por desgracia, lastimarme con el filoso chasquido de los besos que le dabas a ella...   
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR