Entró en The Fountain , uno de los muchos bares de lujo que salpicaban Atlanta. The Fountain , llamado así por la gran y elaborada fuente de agua en el centro, era frecuentado por jóvenes modernos y adinerados. Un lugar favorito de abogados, empresarios y famosos, siempre había mucho que ver y mucha carne tentadora lista para ser penetrada.
Dejó su R8 cerca de la carretera y entró como si fuera el dueño del lugar. Pidió su habitual Hennessy XO y merodeó por la barra mientras saboreaba su coñac. Vio a una morena corpulenta sentada en una mesa con un par de mujeres que parecían interesantes. Vestía de una forma que demostraba buen gusto y dinero, pero al mismo tiempo proyectaba la imagen de una zorra promiscua. La miró fijamente, asintiendo en señal de reconocimiento, pero no se acercó de i
