Se me viene a la mente esa tarde llena de amor, que luego se convirtió en noche y en todo un día. James desconectó todo, luego de dejar las tareas claras para cada uno. Se dedicó a atenderme y hacerme el amor como nunca. Me toco los labios, recordando sus besos llenos de una dulzura mayor a la que podría sentir en toda mi vida. Un suspiro se me escapa, pero lo dejo atrás de inmediato, porque ese fue un momento de debilidad que nunca más debe volver a pasar. Me entierro en el trabajo otra vez y continúo revisando las nuevas propuestas de diseños. En eso escucho un murmullo fuera de mi oficina y levanto la cabeza, veo que James está deteniendo el paso al desgraciado de Sanders… maldito infeliz. Me pongo de pie y camino con decisión a la puerta, esto se termina ahora mismo. -¡¿Qué está p

