Los disparos no se hicieron esperar. Los guardaespaldas de Ashera la defendían de su atacante, pero, ellos eran más y por ello, el silencioso cementerio se volvió el lugar de enfrentamiento entre los guardaespaldas de Ashera y la gente que trajo el mayordomo de su familia sanguínea. Esa de la que quería liberarse rápidamente.
Los disparos hacen que varios guardaespaldas caigan al suelo mientras otros llegan donde está Ashera y la cubren con sus cuerpo.
— Vaya a un lugar seguro, señorita — le dice el jefe de los guardaespaldas y ella asiente mientras Mauricio la ayuda a caminar.
Desesperada, mira a su alrededor y ve como los chicos intentan ocultarse con Nara y el señor Ángel. Por lo que suspira aliviada. Pero aun preocupada por lo que pueda suceder. Ella ya no quiere asistir a más ent
