Prologo
Theo
A los 15 años
Era la esposa de mi entrenador de rugby y aunque la tipa tenía más de 35 años yo había pasado la mejor tarde de mi vida. Acaba de perder mi virginidad pero me sentía tan feliz de que haya sido una mujer hecha y derecha que ni siquiera me preocupaba por que mi madre se pudiera enterar, además ella también estaba con un hombre mucho mayor que ella y mi abuelo lo había terminado aceptando todo así que tenía tejado de vidrio conmigo.
-fue algo sublime.- le comenté a Rob, que era mi compañero de locuras.
-sabes que Sam se va a volver loca cuando le cuentes esto ¿cierto?- mi amigo era el eterno enamorado de mi casi hermana pero para mí Sami era solo eso, como mi melliza aunque de diferentes madres.
-Samantha no tiene por qué decirme nada ya que ella no es nada mío.- estaba cansado de que dieran a entender que ella y yo éramos algo más que amigos.
-no es que sea algo tuyo, es que ella es demasiado correcta como para aceptar que estés engañando al entrenador Ross con su esposa, ni siquiera con su hija ¡CON SU ESPOSA!
-amigo tienes que probar estar con una mujer mayor, son lo mejor. Lo digo por experiencia propia.- le guiñe un ojo y me fui a la clase de biología que era la que teníamos juntos Samantha y yo.
Al entrar al salón me di cuenta de que Sam aun no llegaba pero teníamos un puesto fijo así que camine sin esperar más por ella, estaba leyendo un libro que pronto mi padre llevaría a la pantalla grande cuando sentí que alguien se sentó a mi lado.
-hola cariño.- dije sin mirar por que supuse que sería Sam pero me lleve una sorpresa.
-gracias por lo de cariño.- me dijo Ashley, mi ex novia y primera novia de siempre aunque con ella no logramos llegar más allá porque ella “no se sentía lista”, bueno pero eso es tema aparte. -¿esperas a la nerd de tu amiga?- coqueteo tocándose el cabello y batiendo sus pestañas llenas de rímel.
-sí, y te agradecería que te levantaras de su puesto porque en cualquier momento llega y no quiero que se tope con tan desagradable sorpresa.- dije mirando con asco, así que pueden imaginar que las cosas no terminaron muy bien entre nosotros.
Ella rápidamente se levantó pero para sentarse en mí regazo.
-¿Qué estás haciendo?- pregunte con una ceja arriba y con mis manos en alto.
-solo quiero que arreglemos las cosas.- y sin darme algo de ventaja se lanzó contra mi boca.
¡j***r con las adolescentes de hoy en día!
Samantha
Iba tarde para encontrarme con Theo pero no podía llegar sin la sorpresa que le llevaba porque después de más de 7 años de amistad me había cansado de ser la “chica con barba” o “el amigo con pechos” de Theo, yo había estado enamorada del desde que me dio mi primer piquito a los 8 años, recuerdo ese día como si fuera ayer, desde ese día había tenido la esperanza de estar con él como más que una amiga pero no había encontrado las palabras ni el momento para decirle como me sentía. Pero ya era el momento.
Abrí la puerta del salón y en mi pecho se rompió algo cuando vi que Ashley, su ex, que según él era la peor persona en el mundo estaba sentada en su regazo y parecía que quería tener una probada de la faringe de mi amigo.
Mi corazón se rompió en mil pedazos y quise irme de la sala pero cuando me di vuelta choque con el profesor.
-¿va a algún lugar señorita?- pregunto serio pero luego se dio cuenta de que tenía los ojos llenos de lágrimas.
-¿puedo ir al baño? Le prometo que estoy aquí en menos de 15 minutos.- mi mentón tiritaba y mi voz sonaba quebrada pero era lo mejor que lo podía hacer justo segundos después de que mis esperanzas y sueños se habían roto.
-en 10 minutos.- fue lo único que dijo el profesor antes de dejarme salir.
Me lave la cara y luego me quede mirando unos segundos la flor, era la primera flor que me Theo me había regalado, la tenía desde los 8 años que fue cuando me la regalo después de ese fugaz beso que me cambio la forma de verlo. Mi idea era regalarle la flor para decirle que ahora era yo quien quería darle un beso. Me reí de mi estúpida idea.
-¡como si fuera a tomarme enserio!- dije en voz alta solo para mí. –soy una estúpida.
Me mire al espejo nuevamente y negué con la cabeza.
-que nunca más te vuelva a pasar.- seguí hablando conmigo. –Theo Myhrvold desde hoy te destierro por completo de mi corazón y de mi cabeza. - y después de esas duras palabras para mi tire la flor ya seca al primer basurero que encontré y me fui a clases como si nada hubiera pasado, ya tendría tiempo para llorar en casa.
Volví al salón como una mujer renovada y aunque el profesor me miro al entrar no me dijo nada. Como siempre me senté al lado de Theo, pero no lo mire a lo que el reacciono diciéndome algo al oído sin quitar la mirada del profesor.
- ¿te sucede algo, cariño? - já, cariño, siempre me había dicho de esa forma y yo tontamente pensaba que me decía de esa forma porque sentía algo por mí, ¡dios, que tonta había sido!
-nunca más me vuelvas a llamar de esa forma. - dije entre dientes tratando de que el profesor no se diera cuenta de que estabas hablando.
Una vez que tuvimos el receso para almorzar Theo se acercó rápidamente a mí y me detuvo agarrándome del brazo.
- ¿Qué fue eso en la clase de biología Sammy? - parecía realmente preocupado, pero no quería que me importara como se sentía él.
-no quiero que me vuelvas a llamar de ninguna forma remotamente cariñosa, recuerda que solo somos amigos y no quieres que nadie siquiera piense en que somos algo más que solo amigos… ¿Cómo dices tú? Ah sí, somos como hermanos. - sin decir nada mas seguí caminando y me fui a sentar con Rob.
-creo que acaba de quemar el cerebro de Theo. - dijo Rob divertido mirando a nuestro amigo que aún estaba parado donde yo lo había dejado mirando a la nada confundido. - ¿Qué le dijiste?
-lo que él siempre quiso escuchar de mi boca. - me encogí de hombros. –que somos como hermanos.
- ¿ósea que te puedo invitar a salir? - pregunto emocionado Rob.
-claro…- no pude decir nada más.
-claro que no.- respondió Theo a mi espalda. –si no te dejo invitar a salir con Chloe menos te voy a dejar salir con Samantha.
-por favor. - me estaba comenzando a molestar realmente. –Chloe tiene 11 años y yo no estoy ni cerca de ser tu hermana biológica así que no respondas por mí.
Ese fue el final de la conversación. Ese fin de semana salí con Rob y le deje claro que no quería nada serio con él pero que me encantaba hacer enojar a Theo, él me ayudo durante lo que quedaba de año escolar para hacerlo enojar muchas veces más y a pesar de que siguió en sus andanzas y yo seguí con mi vida aburrida seguimos siendo mejores amigos, sin mayores problemas siempre y cuando él no me dijera como yo le pedía que no me llamara.
Las cosas poco a poco se volvieron una nueva normalidad y sin ir más lejos llegamos, como siempre soñamos, a la universidad juntos.
Como mejores amigos o como hermanos…