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Katie
Nos detuvimos ante un conjunto de puertas dobles, las cuales se abrieron para revelar una gran sala de conferencias. Era del tamaño de una pequeña sala de cine en la Tierra. Un hombre se encontraba al frente, rodeado de soldados y armas, cada uno de ellos con blindaje. Estaban todos armados… y no eran las pequeñas pistolas que los everianos ataban a sus muslos. No se entretenían, ni perdían la concentración. Cada hombre de la habitación estaba severamente atento, como si pudieran olernos incluso antes de vernos. Y para ser hombres, se movían como depredadores. Estos tipos estaban entrenados, disciplinados y sabían cómo desenvolverse.
Evidentemente, tratar de escabullirse de estos hombres y su legión habría sido un error garrafal.
El idiota calvo detrás de Bryn lo empujó al medi
