Arlett abrió los ojos lentamente, sintiendo cómo sus globos oculares dolían al tener un contacto directo con la luz que producían las bombillas blancas pegadas al techo. Ya en su mente se formaba una idea confusa de dónde podría estar, no conocía a la gente que se paseaba silenciosa de un lugar a otro con hologramas provenientes de las palmas de sus manos y sumergidos en sus propios asuntos mientras todos parecían tener que estar por regla vestidos de blanco; ella en cambio estaba enfundada en una bata del mismo color pero con puntos negros sobre toda la tela. Quiso levantarse pero sintió entonces sus brazos retenidos por algún objeto frío, del mismo modo las piernas y sus pies. > Tenía correas en casi todo el cuerpo, cuyos suaves pero resistentes objetos le imp

