Arlett maldecía repetidas veces en su mente a Silver, quien actuaba como si realmente no le interesara nada más que cumplir con lo que se proponía. Volvió a pensar en Mike, la única familia que le quedaba; era tan inocente, tan frágil que cualquier cosa podría hacerle un daño bestial. Suplicaba a la nada que Silver no ideara hacerle daño también, pues, con sus extraños poderes era capaz de cualquier cosa. En cambio Félix se mantenía pensativo, en silencio y sintiendo el efecto de la fórmula, el dolor era leve, pero estaba por todo el cuerpo. Aún permanecían de pie, tal vez habían pasado algunos minutos o solamente segundos, el tiempo se había hecho algo totalmente confuso. Suspiró dificultosamente, ignorando el malestar que causaban las heridas de combate, así que

