Capítulo 24. Otra cita a cambio de una nueva cita... Piero asintió con la cabeza, tratando de digerir la nueva información. La mujercita tenía una abuela enferma de quien cuidar. Se quedó un momento en silencio, observando el pasillo vacío. Sabia muy bien que no conseguiría más información. -- Gracias – le dijo finalmente, dando media vuelta y regresando sobre sus pasos, bajando las escaleras por donde había subido hasta ahí. De regreso en su coche, Piero golpeó el volante lleno de frustración. No podía creerlo. Había estado tan cerca, solo para encontrarse con un callejón sin salida. ¿Por qué Alicia habría desaparecido tan repentinamente? ¿Y por qué su padre le había dado una dirección que claramente no era actual? Eran esas y otras preguntas más que no obtenían respuestas, asi que sa

