Capítulo 23. Un sobre y una pista inesperada. Marcelo dejó su vaso sobre el escritorio, inclinándose hacia atrás. -- Paciencia, hijo. Todo se dará a su debido tiempo – -- No estoy de humor para tus juegos, papá – le replicó Piero, sentándose en una silla frente a él y cruzando los brazos sobre su pecho. -- He cumplido con mi parte del trato. Ahora es momento de que cumplas con la tuya – Marcelo suspiró, fingiendo una resignación que no sentía. -- Está bien, como quieras. Pero antes de darte toda la información, quiero que me escuches lo que voy a decirte – -- ¿Qué más quieres de mí? – le preguntó Piero, ahora frustrado. -- Quiero que consideres seriamente comprometerte con Paulina – le dijo Marcelo, sin rodeos, -- Ella es jovencita de buena familia, sus conexiones podrían benefic

