La película duró casi dos horas, pero eso sí las risas no faltaron. Luego de las diez, los tres fuimos a dormir; aunque Eva se quedó dormida mucho antes. Justo cuando estaba acomodándome ya en la cama, de repente recordé algo. «¡Quedé con Eda a las ocho! ¡Lo olvidé!» De un salto me puse de pie colocándome una sudadera. Me asomé a la ventana, levantando las cortinas, pero noté que las luces en la casa de al lado, ya estaban apagadas. Comprendí que quizá ya dormía. Eran más de las diez treinta de la noche. Me sobé la cabeza, sintiéndome muy apenado. «Tendré que ir mañana a verla» La ventana donde ella solía estar estaba cerrada. Volví a la cama, luego de un rato me quedé dormido. Desperté a las seis con treinta. Luego de ir al baño y asearme, decidí salir para disculparme. Leo ya habí

