Al ser mucho más alta Jade y muy propensa a que fuera la primera en iniciar un pleito y seguramente si era necesario hasta con golpes, la abracé contra mi pecho. Conocía su temperamento fuerte y agitado, una mujer que sabía enfrentarse como pocas contra tanto. Nómada era mucho menor y al recordar sus influencias el asunto podría terminar muy mal tanto para Jade como para mí. Tener problemas legales de seguro que sería serio para Leonard y su trabajo. —¡Ya basta las dos! No entiendo tanta hostilidad. Ni siquiera se conocen. ¿Qué les pasa? Por si no se habían dado cuenta estamos en un hospital. Jade seguía con el gesto irradiando toda su furia, mientras la sostenía con fuerza. Me volví a Jade seriamente. —¡Jade, por favor! Somos adultos… Nómada respiró hondo volviendo su mirada a mí.

