Capítulo 2

1969 Palabras
Yeli estaba tan emocionada que no pudo dejar de gritar – ¡aaaaaah! – se escuchó el grito dentro y fuera de la casa. James miró la casa desde la entrada y le dijo a su esposa – te dije que no la dejarás caer cuando era bebé, la pobrecita ya está muy mal. Camila miró a su esposo con ojos acusadores y le dió un golpe en las costillas. – cariño, no me puedes seguir golpeando, mi credencial en la asociación de maridos maltratados ya caducó. – Si sigues hablando vas a tener que buscar una credencial para la asociación hospitalaria del pueblo. – Lo siento cariño, no volveré a hablar sobre las caídas de la niña. Camila miró a su esposo, con ganas de darle una lección y entró a la casa. –¡ ¿quién se atrevió a molestar a la fiera?! – grito James cuando entro a la casa. Yeli bajó las escaleras corriendo con la carta que había recibido y dijo – papá , mamá ¡obtuve la beca!, ¡aprobaron la beca !. Sus padres se miraron como si entendieran los pensamientos del otro y luego le devolvieron la mirada a Yeli, su padre arrancó la carta de sus manos y comenzó a leerla. –¿ Es la universidad tan buena? O es que no tienen nada más que hacer. – Papá es la mejor universidad del país, no creo que tengan tanto tiempo libre, es solo que saben reconocer el talento cuando lo ven. – Hija tengo que admitir que eres muy buena, no, eres excelente, pero quiero creer que junto a tus logros académicos, también agregaste tus peleas escolares y capacidad para meterse en problemas. Yeli puso los ojos en blanco ante las afirmaciones de su padre – papá, cuando intentó vender mis capacidades, solo puedo hablar de las buenas y omitir ciertas conductas irrelevantes. – Ja, ¿conductas irrelevantes?, Si agregas tu historial delictivo, y tus diez sobre nombres en la escuela, creo que tus conductas irrelevantes te harían perder la beca. – Papá ya no hay vuelta atrás, la beca está aprobada y nadie se va a enterar de mi oscuro pasado. James dió una carcajada, por el tono en que su hija hablaba sobre su pasado como buscapleitos. – ¿Cuándo vas a partir? – Voy a salir pasado mañana, aún tengo que entregar unos documentos en la universidad para completar la inscripción. – es muy pronto Yeli, ni siquiera podremos hacerte una gran despedida. – Está bien Papá, espero que en mis vacaciones celebren mi regreso con una gran fiesta y una res entera. James puso los ojos en blanco – Mataré una res cuando regreses sin haberte metido en problemas en la capital. – Espero que cumplas papá, sino hablaré con mamá para que te ayude a conseguir nuevamente la credencial que perdiste. – No puedes amenazarme con tu mama, nuestro amor es tan puro como el agua mineral tratada. Padre e hija rieron por un tiempo y Yeli comenzó a organizar, los documentos y ropa que llevaría a la capital. Su padre la llevó a la estación terminal del pueblo, y la chica viajó durante dos días para poder llegar a la capital. Lo primero que notó al llegar a la capital fue que su ropa estaba fuera de contraste en comparación con la ropa que tenía la mayoría de las personas. Yeli observó la forma de vestir de muchas personas que iban y venían; miraba a las personas y luego se miraba a sí misma. El outfit de Yeli estaba tan fuera de contraste, que las personas que la veían, le daban miradas de desprecio, como si fuese un bicho raro, camisa a cuadros, pantalones anchos, botas de seguridad y su maleta era más bien un saco militar, sumándole a su atuendo una exquisita cara de perdida, logró llamar la atención de las personas y no en el buen sentido de la palabra. Yeli vio las caras de las personas a su alrededor y sintió algo de incomodidad, la niña no sabía a dónde ir y según la lógica de las películas que había visto, pensó, si vas al norte encuentras tierra. Pero al salir de la terminal lo único que vio fue una larga carretera y muchos autos, la chica comenzó a caminar hacia el norte como si su vida dependiera de ello, pero a medida que caminaba más hacia el norte, veía edificios aún más altos y rascacielos que parecían estar tocando las nubes. Yeli se paró en la acera mirando hacia todos lados, tratando de conseguir algo parecido a una casa pero solo habían edificios altos. Un minuto se perdió en sus pensamientos, cuando un grupo de hombres comenzó a salir de la entrada del edificio donde estaba parada. El primer hombre, la esquivó , el segundo tropezó con ella tan fuerte, que casi cae al suelo, la chica se estabilizó para mantener el equilibrio, pero otros cuatro hombre también tropezaron con ella y como si no hubiesen visto a nadie, no les importó hacer caer a la chica. El último hombre que salió del edificio, la miró tendida en el suelo frunciendo el ceño – torpe. Yeli se levantó en ese momento, apretando los puños " ahora sí valiste madres, no sabes con quién te metes" pensó, luego trato de controlar su ira pensando ” Yeli controlate, todo sea por la res, si llegas sin problemas, vas a comer tanta carne como quieras" El hombre que entró en el auto miro a la joven y su aspecto "que chica tan rara" pensó, luego abrió el vidrio del auto – ¡Hey torpe! – grito y le tiró un billete. "¿Que le pasa a ese idiota? ¿Toda la gente de la ciudad es así?" Pensó llena de ira y con ganas de haber tenido una piedra para lanzarla al auto que ya se e. Yeli camino hacia una banca que estaba en la calle y se sentó a descansar, mientras las personas que pasaban y se reían de ella. – señorita si está perdida utilice el Waze. – señorita si no encuentra su casa, pida un Uber. Y hubo unas cuantas personas que le tiraron algunas monedas. Yeli estaba enfadada " ¿Quién es Waze? ¿ quien rábanos es Uber? Y ¿Por qué me tiran monedas? ¿Creen que soy un habitante de calle? " Pensó para sí misma. Sacó su teléfono Nokia 1100, y cuando desbloqueo el teléfono había un mensaje de texto de su papá, " no vayas al norte, ve al sur, barrio esmeralda calle 26 casa 22-11". James parecía conocer muy bien a su hija y había previsto que haría tal cosa. Yeli Envío un mensaje a su papá " papi eres el mejor, gracias " su papá no respondió el mensaje pero la chica estaba contenta por la preocupación de su padre. – papá te amo – dijo mientras besaba su teléfono, camino hacia el sur por más de tres horas y aún no llegaba a su destino, tenía tanto peso en la maleta que por un momento pensó que su madre se había escondido en la maleta y había venido con ella. Tuvo que tomar un taxi hasta la dirección que su padre le había dado y sintió que era la mejor decisión que había tomado, porque solo después una hora y media después, por fin llegó a la casa de su tía. Pero la sensación de tomar buenas decisiones se disipó, en el momento que el taxista cobró su tarifa, fue como si los ahorros de su vida estuvieran destinados a perderse en un día. Yeli le pagó al taxista, pero el taxista dijo – Lo siento, no tengo cambio ¿Quieres dejar algo de propina?. – No, no quiero , no me pienso bajar hasta que me des lo que sobra. – Lo siento, no tengo ¿que tal si lo abonas para el siguiente servicio?. – ¿Crees que soy estúpida? , Si no me das mi cambio, te voy a dar una paliza, romperé los vidrios del auto, luego llamaré a la policía, diré que eres un violador y que intentaste abusar de mí, también memorice tu placa, nombre y número de licencia– amenazó. – ¿Sabe que? Ya conseguí el cambio, tome, también le dejé algo de propina – dijo el taxista. Después de que Yeli bajó del taxi el taxista huyó a toda velocidad, como si alguien lo estuviera siguiendo. Llegó a la dirección que su padre había enviado, tocó el timbre varias veces pero nadie salió, esperó en la puerta una hora y nadie entró. Yeli estaba a cinco segundos de colapsar, cuando dos personas se acercaron para abrir la puerta. Yeli miró a las dos personas y el hombre preguntó con voz gruesa y un rostro hosco – ¿Quién eres tú?. – so...soy Yeli. –¿Yeli? – preguntó la mujer– la chica asintió. –¡aaah! – la mujer gritó y el hombre se tapó los oídos. –Yeli , soy tu tía. Yeli miró a la mujer frunciendo el ceño, hasta ahora se enteraba que tenía una tía. – El bastardo de tu padre no te lo dijo ¿Cierto? Yeli negó con la cabeza, inocente de toda la situación. – Soy la hermana de tu padre, somos mellizos, pero el bastardo se olvidó de que tiene familia. La cara de Yeli era cada vez más graciosa ¿Mi papá tiene una hermana? Y ¿Son mellizos?¿Cómo es que no sabía?. Al ver el aturdido rostro de la chica, Yeimi soltó una carcajada – tu padre es un hipócrita, si mamá se entera de que su amado hijo ha ocultado la identidad de sus parientes, creo que va ir hasta el pueblo a jalar su orejas, hasta matarlo. Yeli está aún más confundida ,¿tengo una abuela?,Pensó. – Vamos Yeli entra a la casa, hablaremos dentro.– miró a su esposo y le recriminó– no esperarás que mi sobrina lleve ese bolso adentro, ¿Qué pasa con los caballeros en estos días? – suspirando y negando con la cabeza. – tía no es necesario, yo puedo llevarlo. – ¡Nunca!, el propósito de los hombre es complacer a las mujeres, si no carga tu maleta y tus bolsas de compras, no te merece. Yeli puso los ojos en blanco y entró con su tía a la casa, la casa era sencilla pero acogedora, todo estaba tan limpio, como una taza de porcelana. Yeimi sentó a su sobrina en el sofá y le preguntó– Yeli, ¿Has comido?. Yeli negó con la cabeza y Yeimi dió la orden – Carlos,prepararnos algo de comer.– expresó como si tratará a un sirviente. Carlos miró a su esposa mandona sin moverse del lugar, la mujer entendió la indirecta – cariño, ¿Nos preparas algo de comer? Por favor, si eres tan amable y tú corazón de guerrero romano, no te impide poner tus hermosas manos sobre la comida que vas a preparar. – dijo Yeimi en un tono sarcástico. Carlos negó con la cabeza por las ocurrencias de su esposa y pregunto – ¿Que quieren comer? Compraré comida para todos. Yeli no sabía mucho sobre la comida comprada, en el pueblo era muy extraño que la gente vendiera comida y para ella, la carne de res era lo más delicioso del mundo. Su tía no preguntó mucho simplemente dijo – hay una promoción del 2x1 en KFC, en todos los combos de hamburguesas, compra uno para cada uno. Carlos salió de la casa y media hora después llegó con cuatro bolsas de comida. En el pueblo no se acostumbra a comer comida chatarra, así que en principio estaba un poco reacia a comerse la hamburguesa.
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