Aún seguíamos riéndonos de todo lo que había pasado en la sala de juntas mientras revisábamos los documentos que me había dado el señor Flavio. —En serio, Laura, ¿no te casarías? —me pregunta Martín con una mirada curiosa. —Ni loca, no lo digo por David, es buen tipo guapo, pero tiene una mamá que está re loca y es una bruja —le contestó sacudiendo las manos sacando las malas vibras. —Bueno hablando en serio, por fin la empresa está en tus manos, ahora ¿qué piensas hacer? —pregunta Martín nuevamente poniéndose serio y sentándose recto en la silla. —Voy a tomar el mando de ella, sacarla adelante, Nora me ayudará con la galería mientras yo administraré está hasta que Natalia tenga la edad y se haga cargo —les contesto poniéndome de pie —Los invito a dar un recorrido, señores —les digo t

