El día de la reunión llegó a llegar a la textilera, suspiro al recordar todo lo que el esfuerzo de Flavio. Estamos en la sala de juntas esperando a David, don Flavio y sus abogados, ya había pasado la hora y no llegaban, veía mi reloj impaciente. Después de una hora entraron, el señor Flavio tomó asiento y sentí su mirada y se postró de en mí haciéndome sentir extraño. —Bueno, no voy a pedir ninguna disculpa por la tardanza, teníamos muchas cosas importantes que hacer, iré al grano que ya firmamos y te entrego la empresa de mi hijo. En cuanto a la propuesta que hiciste en el juzgado estuve analizando y yo te hago una propuesta mejor, así queda todo en familia —menciona, me quedo viendo con Alía y Martín levanto mi ceja enderezándome la silla. —¿cuál sé es esa propuesta que según usted

