Capítulo 3

2124 Palabras
Ha pasado mes y medio desde que fui despedido del café. Prácticamente mi vida se volvió monótona desde que me despidieron. Salía temprano a trabajar al colegio. Regresaba al medio día, almorzaba y hacia tareas de la universidad. Octubre nunca me pareció tan arraigante como ahora. Estaba cumpliendo servicio comunitario por la universidad. Prácticamente subía a San Cristóbal todos los días después del medio día o incluso antes. En ocasiones me quedaba en casa de Renata o en casa de Daniela. Ambas me dieron ese apoyo que necesitaba. El mismo día que fui despedido, cuando llegue a casa de la abuela recuerdo que la noticia había llegado antes que yo. Me acusaron de irresponsable y de mal trabajador. Por lo que decidí ignorar todo mí alrededor. Sentía la fuerte necesidad de estar en brazos de mi mamá y sentirme en casa. Cuando llegue a la casa de mis padres. Aprecie como mi cuerpo se contraía a la sensación de exponer que esta es la protección que necesitaba. Mamá me observo confundida pero no comento nada. Me refugie en sus brazos, tal cual, cuando poseía nueve años de edad. La mejor sensación del mundo: el aroma de tu hogar y los brazos de tu mamá. La perfecta combinación. Daniela ha sido ese hombro que tanto necesite para escardillar las emociones y sentimientos que abarcaron mi sistema límbico. Ella tiene la manía de decir las cosas con un eje de dureza cariñosa. Adoraba a esa mujer. Adoro en lo empoderada y en lo grande que puede ser. Su belleza es intachable y sus pasos son decididos. Es una mega mujer. En este momento estaba pasando por una etapa de transición. Estoy afrontando una de las sombras que me adhiere. Afrontar mi niño interno y compartirlo con pequeños infantes. Es rudo cuando no soy capaz de sobrellevar la idea de convivir con ellos. Los pequeños me estresan. No me veo como un padre. Es aterrador estar junto a ellos. Aunque la llegada de Allison a mi vida ha sido la más abrasadora. Mi pequeña sobrina llego a este mundo a trasformar esa sombra en una más llevable, es la reina de mi corazón, recuerdo que cuando la tuve en mis brazos por primera vez, llore como nunca, fue de euforia, de sutileza, de sublimidad. Sus diminutas manitos me tomaron del rostro y fue la regresión a mi niño interno que sentí como si volviese a nacer. En el servicio que estaba haciendo era estudiar y evaluar las emociones de los niños de un preescolar. Interactuar con ellos ha sido basto, aunque es sorprendente como todos esos niños me adoran y yo mortificándome. La primera vez, me abrazaron tan fuerte que me tense, más tarde les regrese el abrazo. Esa transición ha dado frutos. Ahora cada vez que llego los abrazo y chillan de alegría con solo verme, les he tomado cariño a todos. Estábamos a finales de octubre. Desde hace días estaba llamándome la atención de salir a una discoteca aquí en San Cristóbal, sin embargo hemos tenido tanto trabajos de la universidad que ha sido casi imposible tomar un respiro, los exámenes están pisándome los talones, estaba entregando ensayos, trabajos, diagramas, resúmenes, análisis, y el servicio comunitario estaba llevando mi tiempo a la escases. Por tanto añoraba salir un poco de aquella asfixia. ―Gordito Xavier, ¿me ayudas con este dibujo? ―poso mi atención en un pequeño de cinco años. ―¿La palabra mágica? ―cuestiono mientras me situó en cuclillas. ―¿Abracadabra? ―se sonroja. ―¿Mathias? ―riño levemente. ―Por favor ―bufa cruzando sus pequeños bracitos. ―Mucho mejor ―sonrió sin mostrar los dientes. Toma mi mano para colocarme de pie, seguidamente guiarme a la mesa donde reside varias hojas blancas con algunos creyones de distintos colores esparcidos en su alrededor. Al entorno hay varios niños no más de doce, tanto niñas como niños estaban dibujando caras, donde según estaban mostrando sus emociones. Mis compañeras de servicio son Daniela, Manny, Verónica y Paula. Son las compares de estudio de la carrera, cada una con un carácter distinto. Manny es una chica alta de cabello extenso azabache, de piel blanca casi pálida, de facciones delicadas que van acorde a sus movimientos y voz. Puede definirse como alguien fuerte-estética, porque siempre está preocupada por su apariencia y sus movimientos motrices. Verónica es la más ruda de todo el team. Tiene el cabello n***o un poco largo y denso. De piel morena clara. Su carácter es explosivo y un tanto elocuente es una chica genial y muy trabajadora. Paula es la más destacada por ser tierna y graciosa, tiene un risa tan graciosa que cualquier que este cerca de ella se le contagia, aunque es la más despistada, ella es hermosa en tanto física como emocional, puede llegar a ser la más coqueta pero insípida que puedes conocer.   …en cambio Daniela es descrita como una chica fascinante. De un metro con sesenta centímetros en estatura, de piel nívea, ojos azabaches, cabello castaño claro, casi rubio, labios finos de tono sandia, pestañas cortas tupidas y cejas asimétricas, pómulos regordetes y no puedo dejar su contextura de lado porque obtiene curvas de infarto, es esbelta y estilizada. Obtiene un título de bailarina profesional en la Academia Nacional de Danzas. Y es simplemente una chica perfecta. Ha sido una chica tímida y cerrada ante personas desconocidas, su carisma es gentil, puedo llegar a decir que es una excelente amiga, tiene unos sentimientos muy pulcros, muy sincera e incluso colaboradora pero tiene un carácter fuerte. Es una chica que con solo mostrarse en cualquier lugar llama la atención. Inspira belleza, altitud pedante Renata es un poco más alta que Daniela, de cabello abundante azabache con las puntas teñidas de un castaño mediático. Piel blanca, ojos pardos, de cejas estilitas, pestañas largas, labios gruesos en tono rojizos, contextura un poco gruesa. Nuestro grupo es conformado por Daniela, Renata y yo. Incluso tenemos un grupo de w******p que se tituló como, Pequeñas PyZ. (Hagan sus propias conclusiones). Cada una de las chicas tenia de uno a dos niños colaborándoles con los dibujos mientras que yo solo estaba con Mathias. Toda la tarde de servicio comunitario fue exitosa, pudimos realizar las actividades pautadas en el cronograma de evaluación que Manny creo junto a Paula. Cada uno cumplía con un trabajo en el servicio. Verónica, era la organizadores de los días y el orden en el aula, Manny creaba el cronograma de  planificaciones, Paula ayudaba un poco a Manny, desde luego ella se encargaba de supervisar las actividades para anotar el progreso de esta, Daniela era la que se dedicaba a conversar con cada niño mientras que yo era el encargado de dirigir cada paso, era el que explicaba a todos cada situación. Renata, Daniela y yo nos reuníamos en casa de la primera nombrada para hacer todo eso. Y es gracioso porque comenzábamos a las 18:00 y prácticamente terminábamos de hacer todo a las 5:00 de la madrugada. Hacíamos cotufas y cotilleábamos en las r************* y expresábamos nuestro punto de vista de las cosas que hacíamos. Nos matábamos en la madrugada por los trabajos, sin embargo adelantábamos todos los que teníamos a la mano y otros para que nos quedara más tiempo en hacer otras cosas. Momento como esos son los más importantes que puede reflejar mi vida. Al pasar de los días nuestra amistad se iba fortaleciendo y las inseguridades eran escasas, mantenía mi mente serena, y frente en alto por el orgullo de que las cosas comenzaban a sanar y a elevarse de manera positiva. En estos momentos estaba saliendo de dar clases en el salón de mi hermano. Estudiaba su último año de bachillerato. Me dirigía a la sala de maestros. Iba revisando mi i********:, cuando noto que tenía un nuevo seguidor. No le tomo importancia por el momento. Bloqueo la pantalla y lo guardo en el bolsillo trasero del pantalón. Relajo mis músculos y siento pesadez en mis sienes cuando tomo asiento en la silla de madera frente a la cafetera eléctrica. Reviso un poco el w******p para ponerme al en cuanto a temas universitarios. El martes se ha vuelto un poco extenso, a estas horas trataba de que no afectara la pereza de la cual últimamente estaba tomando. Rio un poco al notar lo infantiles que pueden llegar a ser los adolescentes de hoy en día en cuanto a las histories de sus r************* . Primero, comparten imágenes subliminares, segundo, suben en sus muros o histories videos liricos musicales. O crean cuentas falsas para que de forma anónima comente sobre la vida del otro, creyendo que no se darán cuenta quien lo hizo. Y algo que he aprendido en mi corta vida, es que entre cielo y tierra no hay nada oculto, la verdad siempre saldrá a la luz, de la manera menos esperada. Puede pasar días, semanas, meses, años o milenos, sin embargo llegara ese momento donde uno es consciente de que esas situaciones donde hicimos años, se nos devolverá. Una manera de la que el adolescente interactúa con el mundo es a través del celular, Tablet, Pc y no hay percance que pueda calmar esa obsesión anulativa que poseen. Y que es, el adolescente de hoy en día prefiere una conversación virtual que una presencial, donde la mesa familiar se ha vuelto una guerra de dedos electrónicos en vez de una guerra de platica interaccionar, muchas veces hemos perdido las más hermosas costumbres por la tecnología. Algo que he opinado a profundidad, es que muchas veces buscamos afuera lo que nos falta por dentro. ¿De qué manera? En el caso de que tenemos más conversación por medio del electrónico en vez de obtenerla con la persona de enfrente es porque, nuestros padres le dan mucha más necesidad a sus obligaciones que sin notarlo se olvidan de la existencia emocional de sus hijos. Otra es que si mi madre o padre no me da ese amor que había notado que otros padres les daba a sus amigos, lo buscaría tan desesperadamente en mis noviazgos que me obligaría a estar con esas personas por el simple hecho de que ellos me puedan brindar de un efímero amor. Los adolescentes, jóvenes, adultos jóvenes tienen tanta energía acumulada que sin darse cuenta desperdician sus virtudes prestándole atención al que dirán, ¿que pensara el otro sobre esto…? O, ¿qué pasaría si lo hago mal? Cuando realmente queremos algo, se lucha, no rendición no hay inhibición, solo hay búsqueda de felicidad, es una aventura llena de esperanza caótica, porque cuando se pierde se gana. ―Buenas tardes, profesor Home ―elevo un tercio de mi mirada hasta posarla en una fémina joven adulta. Me brinda una radiante sonrisa que no tardo en devolver―. Lamento distraerlo de sus quehaceres ―niego aun manteniendo mi sonrisa. ―No hay de que ―resto importancia―. ¿Para que soy bueno? Medita un poco las palabras que desea expresar. ―Es que quisiera saber cómo van mis hijos ―asiento ante sus palabras. Poso el celular en mi regazo y dejo el cuaderno a uno de los costados de mis piernas―. Es que me han conversado que había nuevos maestros, y que usted estudia psicología. En pocas palabras mis hijos te adoran. Siento fuego en mis mejillas y asiento ante todo lo que exclama. ―Agradezco lo que me dice ―respondo tranquilo―, realmente lo aprecio. La idea de estar aquí, no es solo para mandarles tarea, trabajos, exámenes, sino que de verdad haya una motivación esencial en el estudiante. Hoy en día los estudiantes en base a la crisis económica del país, sienten que es una pérdida de tiempo. Y muchas veces hay padres donde han mascullado que al fin y al cabo estudiar no les brindara el dinero necesario para poder mantenerse ―asiente melancólica ante lo dicho―. Y aunque es triste, siento que un legado para mí y dejarlo como creo hacerlo es incentivar. Luego queda la oportunidad de comenzar a desempeñarse individualmente. ―Ya entiendo porque mis hijos lo adoran ―sus ojos se cristalizan―; no existen las palabras necesarias para agradecerles la oportunidad que está brindando profesor. Mi hijo mayor Orlandito está contento porque desde que llegaste, primero no lo juzgaste por su condición intelectual, segundo porque lo has incluido ante sus compañeros de clase y tercero porque le explicas una y otra vez, lo que el no entiende. Para mi es satisfactorio que mis hijos encuentre un propósito más ameno para regresar al colegio y no vayan con desanimo. ―Me alaga ―sonrió sin mostrar los dientes―. Y su hijo es excelente, solo que no ha encontrado la oportunidad de ser autentico ante los demás. Recuerda que estamos en una sociedad donde lo diferente es nulo. ―Eres tan joven y tan estudioso, ni siquiera los demás profesores son así de diplomáticos. Bueno, tengo mis defectos y hay ocasiones que puedo decir tanta mierda que hasta existe la posibilidad del llanto o lloras tu o lloro yo. ―Gracias. De verdad gracias. Cada vez me siento más humano y menos una etiqueta. Porque nos basamos en eso, en etiqueta sociales. Sin darnos cuenta de que somos más que eso.   
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR