Quedarse con Mariel.

1213 Palabras
Jaciel trataba por todos los medios de localizar a Daniela llegó a su casa ya muy tarde al entrar ya lo esperaban sus padres en la sala de estar. —Me quieres decir ¿de donde diablos vienes?— Ernesto le gritó levantándose del sofá. — Estaba buscando a Daniela necesito hablar con ella, tengo que aclarar todo lo sucedido el día de hoy. —¿Qué quieres aclarar? Vimos claramente como tu y esa zorra de Mariel se revolcaban en la habitación. —Mamá por favor, no me lo recuerdes ya me siento pésimo por eso. —caminó al bar y se sirvió una copa de whisky se dejó caer perezosamente en el sofá masajeandose la frente. —Escúchame muy bien a mi no me importa con cual de la dos hermana te quedes me da lo mismo, lo único que quiero es que puedas emparentar con la familia De Anda, tal vez ellos no necesitan un socio comercial pero nosotros si. Ernesto estaba completamente furioso pues el veía en este matrimonio la oportunidad de escalar en la alta sociedad y hacer crecer su compañía Construcciones Lara. En los últimos años habían ascendido pero seguían por debajo de las principales constructoras de la ciudad, con el matrimonio de Jaciel harían crecer la empresa pero ahora todo estaba arruinado. —¿Qué quieres decir papá? —Si que eres idiota. Que te cases con Mariel, sigue siendo una De Anda y en este momento es tu única oportunidad. —¡Que! No papá puedo hacer lo que quieras pero no me pidas que me case con Mariel. —¡De ninguna manera! Esa cualquiera no entrará en mi familia, primero muerta. —Cleo, es la única manera, no creo que Daniela lo perdone después de la situación tan comprometedora en la que los encontró. —¡Por favor Ernesto! Piensa bien lo que dices no es justo que esa cualquiera entre en esta casa. Dani es la mejor opción. —Esa opción ya pasó y todo por culpa de tu hijo que no supo mantener su m*****o dentro de su ropa. —¡Basta! Dejen de hablar de mi como si yo no estuviera aquí. —Lo siento hijo es la única opción. Jaciel estaba más que molesto por lo que le decía su papá se levantó del sofá y se fue a su habitación, llamó a la última persona con la que imagino hablar ese día. —Mira que tienes cojones Jaciel Lara. Fue lo primero que escuchó pero se armó de valor y preguntó por Daniela. —Por favor Luis, se que me equivoque pero necesito saber donde está Dani. Tengo que explicarle lo que sucedió. —¡JA! De verdad eres un sinvergüenza, escúchame bien en tu vida vuelvas a marcar este número, no quiero saber de ti ni de tu familia, no te diré donde esta Daniela así que olvidate de ella no la busques ni te acerques cuándo la veas te lo prohibo. Con eso Luis colgó la llamada dejando a Jaciel con la palabra en la boca. —¿Quien diablos te crees Luis De Anda? No eres nadie para prohibirme buscar a Daniela. Aventó su celular a la cama y de una patada tiró una silla qué estaba en su habitación. —¿Dónde estás Daniela? Será que te fuiste al extranjero a hacer tu residencia. Cleo entró a la habitación al es luchar el ruido de la silla. — ¿Qué pasó? ¿Estas bien hijo? —Hablé con Luis, pero no me quiere decir nada de Daniela. Me prohibió acercarme a ella. —Hijo ven, siéntate aquí. Ya que estamos más calmados necesito que me digas ¿como pudiste meterte con Mariel? —Mamá, fue algo que pasó no me justifico pero... Entre Daniela y yo no había pasado nada aún y pues hace un par de meses Mariel se me insinuó insistió tanto que caí, me arrepiento de verdad mamá se que no debí hacerlo pero fui débil. —¿Y que esperabas? Daniela no es cómo muchas chicas, una fácil por eso no había pasado nada entre ustedes. —Pues demasiado tarde mamá, no se dónde más buscarla, solo me falta ir a su casa. — Búscala habla con ella, no estoy de acuerdo con tu papá que te cases con Mariel. —Ya intente todo, no tenía amigas así que no se dónde buscarla. Pienso que se fue al extranjero para hacer su residencia. —¡Listo! Búscala ahí entonces. Debió decirte donde la haría ¿no? —Eso es lo malo, el día que me llamó para platicarme... Yo estaba con Mariel y no le puse atención, así que no se en donde haría su residencia. Cleo le dio un golpe en la cabeza. —Eres un verdadero idiota, no se quien te crió. Jaciel solo rodó los ojos sin contestarle a su mamá. —Busca la manera de encontrarla ¡entendiste! Cleo salió de la habitación dejando a Jaciel sumido en sus pensamientos. Se recostó en la cama con las piernas colgando. *¿Como es que pasó todo esto? ¿Cómo llegué a este estado tan deprimente? Fui un completo imbécil en dejarme seducir por Mariel y caer en su juego. Se pasó las manos por el rostro recordando el momento en el que le pidió a Daniela qué fuera su novia. Acababa de cumplir 18 años iba saliendo de la universidad un día de verano, llevaba puesto un vestido blanco su cabello en una coleta y zapatos vans rojos, se veía muy linda. Llevaba un libro en un brazo y en el otro su bolso. Jaciel la esperaba parado fuera de su automóvil recargado ligeramente en el con un ramo de flores en la mano cuando la vio pensó que era la niña más hermosa del planeta, ella se acercó y el se hinco sobre su rodilla derecha preguntando con una sonrisa. "Dani ¿quieres ser mi novia? Por favor dime que si. Todos los alumnos que salían en ese momento vieron la propuesta y comenzaban a corear" DI QUE SI " ACEPTA“ Daniela aceptó con una gran sonrisa y sus ojos brillaban por la emoción del momento. Jaciel se levantó y la abrazo levantándole del suelo y girando con ella. En ese momento todo era perfecto la dulce sonrisa de Daniela iluminaba los días de Jaciel, pasaban tiempo juntos salían a citas el estaba completamente cautivado por la chica. Así pasaron un año de noviazgo en ese año el ya estaba casi seguro que quería formalizar su relación, pero al ver que estaba muy concentrada en sus estudios decidió esperar un poco más. Pasaron seis meses más, Mariel se comenzó a acercar a él de forma sugerente al principio se mostraba renuente a aceptar las insinuaciones de su cuñada pero con el paso de los días terminó accediendo. *¡Ja! Qué idiota, ahora tendré que recuperar a Daniela. Se levantó y se fue a tomar una ducha para poder dormir. Mientras se duchaba su celular no dejaba de sonar. Salió y al ver su celular frunció el ceño en descontento al ver que tenía más de seis llamadas de Mariel y muchos mensajes. Solo suspiró silenció el celular y lo guardó en un cajón.
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