Capitulo 12

2797 Palabras
CONFESIONES. La cabeza le daba vueltas cuando recobró el sentido, no sabía dónde   se encontraba o que había sucedido, lo último que recordaba había sido hablar con Franco... ¿luego? luego nada. Abrió los ojos y se encontró con unas piernas femeninas frente ella, a medida que subía la mirada reconocía a la persona delante de ella. -   Hasta que despiertas - Movió su cabello Rubio hacia atrás y se inclinó adelante - necesitaba hablar contigo a solas. -     Armar tal show, sólo para hablar conmigo - Serena le sonrió - ¿Por qué las cuerdas? -   Eres muy peligrosa para mí, no me arriesgare. -   Sea directa, dígame lo que quiere. La rubia se volvió acomodar en su silla, tomando una postura recta. Mientras Serena trataba de saber dónde se encontraba. Primeramente noto mucha humedad en el ambiente ya que le costaba respirar, además todo estaba oscuro a excepción del bombillo que ilumina a la mujer rubia frente a ella. -    Mis hijos - dijo mientras se levantaba - Ashley se encuentra de muy mal humor desde que regresaste por lo que decidí seguirte el paso a ver que tramas. - No tramo nada – gruño. Serena se movió y las cuerdas la lastimaron. Dio otro vistazo al lugar y las luces se encendieron mostrando a todo a su vista, parecía un garaje o un sótano, tal vez, ella no estaba segura. Las paredes estaban manchadas con moho, alrededor habían un montón de cajas y mesas llenas de polvos, el suelo bajos sus piernas era rustico y la lastimaba. Volvió la mirada a la bruja mayor de los Miller. -   Sé que estás viviendo con ese profesor de cuarta en el que Ashley está interesada - Camino dando pasos lentos acercándose a ella - y que mi nieto está contigo - Se tensó y la observo con los ojos muy abierto - Por cierto, es idéntico a Austin, podría quitártelo fácilmente. -   Inténtelo y... -   No quiero amenazas superficiales - Se peinó una ceja para luego mover el cabello hacia atrás - Te propongo un trato y no tendrás que preocuparte por ese niño. Hubo un silencio en la habitación largo y Serena espero pacientemente a que la madre y bruja mayor de los Miller hablará de nuevo. Los ojos azules de la mujer la observaban con superioridad, sí que era la misma imagen de sus hijos. -    ¡Vaya! al parecer sí que sabes permanecer con la boca cerrada - Se acomodó el chaleco blanco y se cruzó de brazos - a Ashley le conviene más Michael, así que mientras más lejos de él estés mejor, ese caprichito con el profesor debe acabar - tomo la altura de Serena y sus ojos azules la observaron con desprecio - el segundo es que te mantengas lo más alejada de Austin que puedas - jalo de cabello de la chica - no te quiero en la misma habitación con él,  me entendiste. -   Créame que no quiero nada con Austin - ella la soltó y sonrió. -   Eso es Maravilloso, nos estamos entendiendo perfectamente.  Camino de regreso a la puerta para marcharse sin embargo volteó viendo a Serena amarrada: - Querida, Mantén esto como un secreto entre tú y yo, no sabes lo que le puedo hacer al bastardo que tienes por hijo - le guiño un ojo para gritar - Robert, hijo, ya me marcho, has lo que quieras con ella. (...) El auto se detuvo frente a la casa y un auto con vidrios polarizados paso a toda velocidad por su lado, trato de ver la placa pero solo alcanzo a ver dos letras AM. Bajo rápidamente junto al policía, mientras que interiormente rogaba que ella estuviera allí, pero sobre todo que estuviera bien. ¿Qué le diría a Justin si algo le pasaba a su madre?  -   No hagas ruido - le dijo a Nathan.  Encontraron la puerta abierta y unos sollozos se escucharon desde una de las habitaciones. Eso lo volvió loco y corrió hasta ella, allí estaba Daniela, envuelta en una sábana con una posición fetal, estaba llorando, por lo poco que se podía ver, también estaba bastante golpeada. -   ¿Dani? - ella levantó la cabeza y corrió hasta él, aún envuelta en la sabana. -   Nathan - lloró- lo siento mucho - él le abrazo y acarició su cabello. -   todo está bien, ya nadie te va a dañar, pero Daniela ¿Dónde está Serena? - Ella... Ella... - lloró - ella está en el sótano, date prisa o... - cayó al suelo - date prisa -   Espérame aquí con ella y llama refuerzos. El policía comenzó a llamar por la radio y Nathan corrió escaleras abajo, escucho un ruido de algo siendo golpeado. -   Quédate quieta - era la voz de Robert. Abrió la puerta Robert estaba sobre ella y las manos de Serena amarradas a su espalda, las manos del muchacho sostenían el rostro de la chica, este intentaba besarla, mientras Serena con las piernas intentaba moverse para liberarse. Nathan lo levantó halándolo de la camiseta y separándolo de la chica. -   Que demonio...os ¿Nathan? - Robert lo observo sorprendido. -   No te golpeó porque aún eres menor de edad. La sirena de la policía y ambulancia se escucharon por el lugar, Robert intento escapar pero Nathan lo detuvo. -   Pagarás los delitos que cometiste hoy.  (...) -   Necesito ver a Justin - le dijo apenas estuvieron solo dentro del auto. -   Debe de estar durmiendo, Serena necesitas descansar - él le acarició el rostro y ella se alejó, suspiro - necesitas despejar tu mente. -   Necesito ver a mi hijo, con eso estaré tranquila. Nathan tomo el teléfono y marco el número de Michael. -   Sí, estoy con ella, ¿Dónde está Justin? -   Justin mira es tu... -   ¿Papi? -   Ey campeón, ¿cómo estás? -   Papi, mami no está, nadie la consigue. -   Tranquilo, está conmigo. Serena le arrebató el teléfono. -   Hola hijo... El teléfono en sus manos temblaba mientras respondió a todas las preguntas del niño, le prometió regresar antes de que despertara y luego colgó. -   Gracias- susurro y noto un alivio en su voz. -¿Podemos regresar al campamento? -   Si Serena se acercó hasta él para besar su mejilla tomando por sorpresa a Nathan. -     Gracias profesor Laine - Nathan le sonrió con los labios cerrados para luego acariciar su rostro, esta vez ella se dejó disfrutando de su tacto. Ahora se sentía segura, saber que Justin estaba en el campamento y lejos de los Miller. Nathan le devolvió su teléfono, tenía varias llamadas perdidas de su padre y otras tantas de su padrastro, también había un mensaje. Miro a Nathan pero este parecía también estar en su mundo. Al abrirlo se dio cuenta de quién era. La bruja Miller, este le decía que si levantaba cargos contra Robert se encargaría de que no volviera a ver al niño. Suspiro cansada, demasiado drama para un día, demasiada sube y bajas por hoy.  -   Muero por besarte – eso la trajo de vuelta al mundo real, Nathan le había susurrado muy bajo que apenas escucho pero eso no evito que ella se tensara - pensé que iba a morir cuando no aparecías – continuo – no sabes que mal la pase - Nathan se acercó a ella - me prometí que cuando te viera no preguntaría y te besaría porque se me daba la gana, me importa un bledo si te enojas. No le dio tiempo de protestar cuando sintió los labios de Nathan sobre los suyos y esta vez se permitió disfrutar, porque necesitaba borrar lo asqueroso que había sido ser besada y tocada por Robert, también necesitaba borrar lo sucedido el día, ella solamente quería eliminar de su memoria lo que había sucedido esta noche y Nathan no lo estaba haciendo nada mal. Fue un beso largo pero se detuvo cuando ella coloco una mano en el pecho para alejarlo. -   Me gustas - le acarició el rostro con delicadeza - no voy a rendirme tan fácilmente. -   Pues debería- se apartó de él lo más que pudo. -   Créeme, puedo ser muy insistente - le dijo colocando el auto en marcha. -   Lo sé... - susurro. Nathan se concentró en la carretera y ella en la bruja mayor de los Miller, porque había usado a Robert para secuestrarla, no tenía sentido, sobre todo protegerlo de la forma que los hace, también se preguntó cuál fue el precio de Robert para cometer tal delito tantas incógnitas y ella solamente le venía una respuesta a la mente. Justin. ¡Dios! Se sentía tan frustrada. Nathan se aclaró la garganta llamando su atención. -   ¿Quieres parar antes de ir al campamento? -   ¿Por qué? -   Aún sigues temblando - él tomo su mano y ella la alejó. -   Lo siento, pero no todos los días me secuestra un loco obsesionado con... Ohh... ahora entendía por qué Robert ayudo a la Bruja Miller, a él todavía le gustaba Ashley. -   ¿Con quién? -le pregunto Nathan pero ella se mantuvo en silencio. Arrugo el rostro, la madre de Ashley era horrible, ofrecer a su hija como pago, de solo pensarlo se le resolvía el estómago, su madre jamás hubiera hecho algo así de bajo. Ahora entendía el comportamiento de Ashley, ahora sentía lastima por ella. Escucho cuando Nathan apago el auto, lo cual logró traerla a la realidad ¿por qué había apagado el auto? Una vez todo en silencio pudo identificar el sonido de las olas del mar. -   ¿Qué hacemos aquí? Pero no espero respuesta, sino que se bajó del auto y camino hasta la orilla, se sentó en la arena y cerró los ojos disfrutando de la brisa, no quería pelear, es mas no tenía las fuerzas suficiente para siquiera una pequeña discusión con el testarudo profesor, por ahora lo iba a dejar ganar. Robert la había agotado física y emocionalmente, además era muchas cosas que procesar para una sola noche. -   Puedes llorar - le dijo Nathan sentándose a su lado. -   No tengo ganas de llorar. -   Llorar te libera el alma Serena - ella soltó una amargada carcajada que el viento se llevó. -   Mis lágrimas se sacaron hace mucho. Se levantó de su lado corriendo al mar disfrutando del agua bajo sus pies, fue cuándo se percató que estaba descalza. Un brazo rodeó su cintura, la cabeza de Nathan fue depositada suavemente en su hombro. Por este momento, solo este momento se permitiría disfrutar de la compañía de él, sabiendo que Nathan no era capaz de dañarla, por ahora... -   Necesito volver a lado de Justin - él le dio la vuelta colocando ambas manos en su rostro. -   Justin está bien, las chicas lo tienen en su habitación. -     En estos momentos necesito estar  con él, nunca ha  estado  tanto tiempo con desconocidos, estoy preocupada, ya estoy tranquila… mira. Le mostró sus manos, estas ya no temblaba, pero su corazón aún seguía con un ritmos anormal.  -   Esta bien.  Le tomo de la mano encaminándola al auto, una vez allí, le abrió la puerta trasera. -   Duerme hasta que lleguemos - ella tomo asiento pero no soltó su mano. -   Espera... Salió del auto y con sus brazos rodeó su cuello, se acercó a su boca para besarlo Después de lo que pasó Serena estaba segura de una cosa, ella estaría, aunque no quisiera, toda la vida unida a Austin, por ende la retorcida cabeza de la bruja mayor de los Miller seguiría armando planes incluso más loco o peor que el sucedido esta noche. Ella no tenía a nadie de su lado, su madre había muerto, su padre era alguien muy ausente en su vida y su padrastro estaba fuera del país.  Nathan le acarició el rostro con delicadeza y le dio una leve sonrisa para luego volver a besarla.  No tenía de que arrepentirse, no importa la cantidad de tiempo que llevaba conociendo al profesor, él era el sobrino de Ryan y estaba segura, en un 50%, que él no la lastimaría.  Por lo menos eso creía.  No le importaba el lugar, después de todo ya lo había decidido, se entregó a Nathan esa noche y para la sorpresa de él, Serena aún era virgen. (...) Llegó al campamento casi al amanecer, le había escrito a una de las chicas que dejara a Justin en su habitación. Miro al frente todavía seguía aturdido por lo que había sucedido, se había dejado llevar por el momento, él no esperaba que algo pasara, es más se sorprendió cuando Serena lo beso. Miro por el retrovisor encontrando a la chica profundamente dormida, su cabello castaño todo enmarañado hacía delante así que no podía ver su rostro. ¿Se estaba arrepintiendo?  No, no estaba arrepentido, todo lo contrario, pero tenía muchas dudas en su cabeza y una de ellas era el hecho de que le había mentido sobre el origen de Justin. ¿Por qué había dicho que el niño era su hijo? Cuando era obvio que no tenía experiencia s****l. Suspiro. Necesitaba muchas respuesta, respuesta que lo más probable Serena no iba a querer responder. Volteó a ver a Serena y esta levantó el rostro, acomodó su cabello aun lado y le dedicó una mirada seria, tan típico de ella, de esas miradas que dicen todo y nada a la vez. Se veía tan linda que se permitió imaginar una vida con ella.  -   Sólo quiero aclarar algo - le dijo mientras acomodaba la blusa de tiras color negro -   Justin si es mi hijo - amarró su cabello en una cola alta de caballo - sólo que la forma en que fue fecundado no es la más tradicional que digamos. -     ¿A qué te refieres? - a su mente llegó uno de esos rumores donde Serena se había fecundado artificialmente para atrapar al hermano mayor de Ashley, pero negó. Eso debía de ser mentira, o eso quería creer. -   Austin se masturbo utilizando mis partes íntimas - no era para nada cómodo hablar de eso, incluso nunca pensó en repetirlo de nuevo - la forma en que quede embarazada es de 1 en un millón, soy ese uno. Nathan estaba desconcertado tratando de procesar lo que ella le explica con mucha cautela. Estaba consciente de que Serena era una en un millón pero de allí, llevarlo literalmente era otra cosa. No sabía que pensar, no sabía si creerle, pero las pruebas estaban, era más que obvio aunque él quisiera negarlo el parecido que tenía el niño con su padre a pesar que apenas y lo había visto. -   también hay porcentajes de mujeres embarazadas por sentarse en un inodoro...  Sí en eso tenía bastante razón, pero por masturbación, que tan real era eso, que tan común era. Se mantuvo en silencio por eso lo había descolocado más de lo que pensó. Definitivamente nada con Serena Cardew era normal. -   ¿Dónde está Justin? -   En mi habitación - respondió de forma automática.  La observo bajarse del auto y perderse dentro del campamento. Apretó los puños, él había sido un idiota, estaba actuando como uno. Pero es que aún no se creía lo que había pasado. Se encontraba en un mini estado de shock, su cabeza trataba de maquinar tan rápido lo sucedido que comenzó a doler, demasiada información para un solo día. Pero…  Serena ahora le pertenecía y los protegería a ambos así fuera con su vida. No podía imaginarla regresando con el padre del niño ni con otro hombre que no fuera él y sonaría muy mal, pero ella era suya desde el primer momento que la vio y él le pertenecía aunque ella se negara. Si tan sólo la hubiera conocido antes, tal vez evitaría que ese hombre la lastimara de la forma en que la lastimo… sin embargo… Negó. Le encantaba cada parte de ella, cada mueca, cada palabra que ella le decía, así no fuera algo bueno, era su esencia, era su forma de actuar, eran esas paredes que había levantado bajo el disfraz de chica mala, pero él se encargaría de que serena bajara la guardia, así como su tío lo logro con su difunta esposa. Pensar en su tío y en Sonia lo llevaban a su niñez, los mejores recuerdos que tenía era de los momentos que había pasado con Sonia y su tío, por eso ahora más que nunca entendía por qué su tío pasó tantos años obsesionado con Sonia. Por qué él había tenido tanta paciencia como para esperar que ella le correspondiera. Esperaba que algún día el también pudiera ganar el corazón de Serena como su tío gano el corazón de Sonia.
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