Capítulo 3

903 Palabras
Es evidente que ambos emanan placer y lujuria, hasta puedo sentir como mi cuerpo empieza a sentir un calor ardiente. Ahora estoy sintiendo un poco de envidia, quiero estar ahí con el rico Lewi. No quiero acosarlo, pero mi deseo de cumpleaños es tener a Lewi envuelto en una gran caja de regalo para luego hacerme un baile sensual, mostrándome sus trucos de seducción. —Ah, eso me hará terminar, no pensé que el ruso fuese tan romántico —dejo salir un suspiro tras escuchar el resoplo de Lewi. ¿Qué? No he dicho nada malo, ¿por qué de su molestia? No me digas que no le gusta ver porno o le incomoda mi presencia. —Quítate la ropa —ordena tras alejarse de ella. Dentro de estas cuatro paredes puedo escuchar lo que en esa pieza se habla, sí. Cada vez se pone mejor y de buena calidad. Mis ojos no se quitan de la pantalla tras ponerme cómoda en uno de los sillones rojos vino. Puedo observar como ella se despoja del mini-vestido que lleva puesto para luego quedar solo en ropa interior. Ella se quita las bragas con un sensual baile y él se acerca para empezar el juego s****l. Una vez desnuda puedo ver como él la aleja al escuchar su móvil resonar, ¿quién será el inoportuno que lo estará llamando? Ja, es en un mal momento porque ahora el pájaro se le habrá bajado por completo y eso si es el tamaño de un pico de pájaro o el tamaño de un equino. Ah, y yo quería conocer si es grande o pequeña, ya que si es pequeña me podría burlar y así tenerlo de las pelotas, pero lastimosamente lo llaman y no sé quién es, ya que lo único que se escuchan son susurro y más susurros. ¡Mierda!, mi cuerpo está acalorado y solo por ver la tensión de ese par, pero, así como entraron, así mismo se irán. No… No… No… —¡Dejen de verme malditos pervertidos! —lleva su mirada a la cama, doy solo un movimiento a mi cabeza y pufff, el Lewi tuvo que terminar el show que estaba disfrutando—. Me tengo que ir —su molestia es notoria. Me levanto abruptamente porque aquí ya no hay nada que ver y menos que escuchar, ya que mi rico caramelo de chocolate me ha dejado con las ganas de seguir disfrutando. Por ahora solo los dos estamos, aparte de sus dos hombres y mi hombre tenaza, el único que falta es el ruso Louka. Llegando al bar agarro un vaso de vidrio y cuando pensaba ir por la botella de whisky una mano me detiene, posándose en mi cintura. Me saca un gemido al sentir esa mano grande y gruesa en mi delgado cuerpo, cierro mis ojos y sin poder evitarlo aspiro inhalando su esencia. —¡Me quieres! No soy tonto, te he estado observando detenidamente —masculla con voz ronca, provocando que mi piel se erice, reaccionando a sus encantos—. Hay reglas que cumplir—susurra mientras pasea su boca por mi oreja—, no te ilusiones conmigo, puedes darme el número del hijo de puta que no te deja con las ganas, puedo darle un par de tips. Me quedo boquiabierta, pasmada, alucinada. El maldito tiene toda la razón, me siento insatisfecha. Sin dejar de provocarme saca su lengua húmeda, la pasa por el lóbulo de mi oreja y, finalmente, me da un leve dulce mordisco… No me muevo. ¡No puedo respirar! Al ver que mi respiración se agita, vuelve a sacar la lengua. Siento como su mano me aprieta el trasero y deseo darle una patada en los huevos. Deseo gritar… No puedo más... No puedo más… No puedo más, ¡me he venido! Sin decir ni una sola palabra lo empujo hasta apartarlo de mi cuerpo. Doy media vuelta, quedando frente a él, penetro mi mirada sobre sus ojos azules. —No te creas el importante mi estimado Lewi, tienes lo tuyo, pero yo también tengo lo mío y disfruto cualquier… —¡Pero quien puta fue el imbécil que tuvo la idea de ver el mejor porno del mundo —me alejo de él abruptamente al escuchar el relajo del ruso—, ¡mi reina, ven que quiero llenarte de besos! —Louka —exclamo con emoción—, nene, tienes que hacerme una de tus bebidas especiales. Él viene hacia mí, como el hombre grande y robusto que es siempre me siento pequeña a su lado cuando me acuna a sus brazos. Y en susurros me dice que deje de insistir, que tenga un poco de dignidad porque el colega no quiere nada conmigo y ni lo tendrán por las reglas que ya están establecidas. Me aparto de él al escuchar lo último, ya me ha quedado claro que nada de sexo entre nosotros. Ahora me siento de mal humor porque este par de hombres no comprenden mi capricho. Al escuchar a Louka me voy hacia el sofá, nuevamente me pondré cómoda y mientras espero que los dos se pongan al día le digo a tenaza que ponga en la gran pantalla todo lo que está sucediendo en el club, quiero ver que es lo que les divierte tanto y de paso si mis invitados se sienten satisfecho por la atención que se les está dando.
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR