Alexander asustado de inmediato fue hacia donde estaba Ivanka para socorrerla. —¡Ivanka, dime ¿estás bien?! Ivanka con sus manos sobre su cabeza, agachada temblando del miedo porque, le temía mucho a la muerte por lo que le sucedió, con sus ojos cerrados exclamó: —¡Si! Asi que, el aristócrata estando agachado junto a ella, muy impresionado por lo que sucedió miró hacia atrás pero no había nadie, así que, abrazando a Ivanka enseguida le dijo: —¡Ven, vamos a protegernos en el auto, vayamos allá agachados por si, nos intentan atacar de nuevo! —¡Ok! —dijo Ivanka con sus manos temblorosas. Enseguida, los pocos trabajadores que estaban en el supermercado salieron y vieron que todo el vidrio de ese gran ventanal estaba roto. —¡Dios mío! ¿Qué pasó aquí? —¡No lo sé, parece que dispararon

