Dejó la computadora sobre la mesa mientras que con sus dedos hacía un camino en mi piel — ¡ayúdame, ayúdame a amarte! soy un bruto ayúdame a pensar que no me dejarás que ni siquiera tus pensamientos los puede ocupar otro hombre — Habla mientras besa mis piernas. — Eres solo mía amor, tu cuerpo, tus besos, toda tú, nadie te hará sentir lo que yo —.
Bajo mi short empezó a besar mis muslos con más ganas, muevo la cabeza por la excitación que siento mientras jadeo, sus palabras hicieron que colocara en un segundo plano lo sucedido hace rato. Baja una tira de mi blusa dejando expuesto mi seno, los apretó y metió a su boca uno de ellos, mi v****a palpitaba ante sus estímulos, mis quejidos se escuchaban hasta el fondo de la habitación. — dime que eres mía que no te vas a ir con otro que toda tu me perteneces — no dejaba de repetirlo, yo respondía con incoherencia, él estaba haciendo maravillas con su boca; mientras succionaba mi seno con su mano jugaba con mi monte de venus haciendo que cruzará las piernas por el roce, rompió mi camisa y la tiro al suelo, mientras devoraba sin compasión mis pezones erectos, bajo mi short y tocó mi v****a, paso su dedo por la raja en ella haciendo que esta se lubrica completamente bajo y los reemplazó con su lengua, mientras tanto, yo jugaba con mis pezones manteniendo su ritmo, abría y succionaba mis fluidos mientras se saboreaba como un manjar, me levanto y me colocó encima de él en la posición del sesenta y nueve, le encanta estar así para luego penetrarme, mientras que con lengua penetraba una y otra vez, con sus dedos frotaba mi ano haciendo que éste se contraerá por el tacto, por mi parte, yo tomé con una mano sus testículo y los movía circularmente, con la otra frotaba su pene hasta sentirlo duro, lo metí dentro de mí boca y esa sensación me fascinaba, pase mi lengua de arriba a abajo como estar chupando una paleta mientras sentía pequeños espasmos de su parte, mi cabeza se movía de arriba a abajo con un movimiento constante, arquee mis pies cuando el orgasmo se hizo presente en mi, mis piernas temblaban mientras él no despegaba su boca de mi v****a, apreté con mis manos su pene mientras el efecto de mis convulsiones pasaban, para poder continuar dándole placer. Me di la vuelta cuando sentí la flacidez de su m*****o y todo su semen salió para estar en mi boca, trague lo que más pude para dar la vuelta y quedar sobre él, cabalgaba de arriba abajo y en forma circular haciendo mayor fricción, él metía sus dedos de mi boca y yo mordía con gusto, apretaba mis nalgas causando el doble de placer, yo agarré su cabello y acelerare los movimientos hasta que volvimos a caer con espasmos al tocar el clímax nuevamente. Siempre han dicho que el sexo de reconciliación es el mejor y no tengo protesta alguna ante eso, hace mucho no me exitaba tanto con él y estoy completamente segura que a él le pasa lo mismo.
Espere que se durmiera y alcance mi computadora, aún estábamos desnudos, hace mucho no dormíamos así, últimamente la mojigatería se hizo presente en nuestra vida, comencé a escribir un documento en blanco, quiero retomar con la historia que estaba escribiendo hace años y, que más que contarla con base en mi vida. Mientras escribía el primer capítulo, basada en la noche de hoy fue inevitable no excitarme, puse mis manos en mi intimidad y la moví una y otra vez, haciendo que nuevamente se lubricaba, esta vez era yo quien me estaba dando placer y si que lo estaba haciendo, meti dos dedos y tape mi boca con mi mano libre para no despertarlo, sería muy vergonzoso que me viera en esta situación, hundí los dedos hasta el fondo mientras con movimientos circulares frotaba mi clítoris, me retorcía recordando la forma en que me tocaba, sus manos y sus besos sobre mi piel, sudo ante sus recuerdos mientras jadeos silenciosos salen de mí, busco en mi memoria la imagen de Liam, eso me excita más, por alguna razón estoy añorando tenerlo sobre mi, que mis nalgas reboten con sus testículos mientras me folla duro y profundo, se que no está bien, pero imagino sus manos sobre mi cuerpo, mis manos van haciendo todo el trabajo, suelto un Ahhh cuando pellizco mis pezones, debe sentirse tan rico que él lo haga por mí, sigo metiendo mis dedos por mi v****a mientras muerdo una almohada y apretó mis nalgas, estoy empapada, más de lo que normalmente me pongo cuando estoy teniendo sexo con mi esposo, la adrenalina de saber que es prohibido no me cohibe por el contrario me gusta, levantó mi cola para acelerar los movimientos de mi mano, intercambio mis manos y pruebo mis fluidos, añoro tenerlo dentro de mí, siento que voy llegando a la gloria así que sin parar jalo mi clítoris y muevo mi mano completa por fuera y dentro de mi v****a haciendo que me venga en mi mano. Reguló mi respiración, miro al lado y él sigue dormido, tuve un orgasmo excepcional solo con la imagen de un hombre que no voy a volver a ver, ¿ me siento mal?, claro que no. Hace mucho no me masturbaba pero con los últimos desplantes de Mark no tengo más que imaginar y, poder crear en mi mente un mundo lleno de placer. No puedo negar que la incógnita quedará, ¿Qué se sentirá que otras manos te toquen, sentir otro m*****o dentro de mí? Mark es el único hombre con el que he estado en mi vida por diez años, la curiosidad puede surgir aunque sea sólo en mi mente.
Me despierto súper agotada, mi computadora está sin batería, un alivio siento de inmediato ya que pudo haber leído algo de lo que escribí anoche, ahora que lo veo es una forma de liberarme. Me coloco una bata y, bajó allí está Mark cocinando con las niñas como ayudante hago una o con mi boca y me acercó.
— Mamá no va a hacer nada, ella hace mucho por nosotros así que hoy la vamos a consentir. — Habla Mark mientras guiña su ojo.
Me siento a esperar mi desayuno, poco a poco se incorporan cada uno de ellos, mientras desayunamos Luna cuenta cómo golpea a aquel niño y todos reímos por sus anécdotas, hace mucho no veía mi familia así, unida y feliz. Las niñas se van a arreglar para tener un domingo con su abuela.
— Creo que alguien quedó muy satisfecha por lo de anoche. — dice en tono juguetón. — debo ir a la oficina así que vendré tarde. Espero que cuando llegue me estés esperando desnuda como un manjar. — Muerde mi boca.
— Ehh quería decirte que hoy acompañaré a Emily, me envió un mensaje que le dieron un trabajo y quiere que la acompañe a su primer día, sabes que es un agüero que tiene.
— Sí, oye recuerda que esta semana es la fiesta de la empresa, así que debes comprarte un vestido que se te vea bien, trata de escoger algo que oculte un poco la barriga. — Sí comentario me saca de base.
— Ehh ok, debo decirte algo más… estoy creando un blog donde doy consejos de maternidad. — El hace un gesto y pone su mano detrás, en su nuca.
— Sí eso es lo que quieres esta bien, solo no descuides las tareas del hogar. — me da un beso y se va.
Cuando Mark se va terminó de arreglarme para llevar las niñas con mi mamá, normalmente los domingos ella se va con los tres nietos a un día de campo. Llego a su casa y ellas corren a saludar a su primo, Ian, la saludo y voy a él cuarto de Emily, la observó detrás de la puerta, está buscando un vestido para esta noche.
— Todos son perfectos, claro está si le quitamos la cabeza a la dueña. — Digo y ella rueda los ojos.
— Estoy escogiendo algo para ti. — me atraganto con mi saliva. — En mi debut no pretenderás ir con un pantalón de mezclilla y un suéter con líneas horizontales. — Mueve sus manos señalandome.
— Sabes que los vestidos no me favorecen y eso es para ir toda indispuesta… mejor así.
— No, deja la bobada, no voy a dejar que mi amuleto me acompañe así, tu obligación es acompañarme siempre que encuentre un trabajo y aquí yo tomo la decisión del outfit. — Me lanza un vestido aguamarina, con transparencia en la espalda y encaje adelante, queda más arriba de la rodilla y es realmente bello.
Me comienzo a desvestir y colocarme lo que mi loca hermana escogió y, si se ve bien. Me veo bien, me colocó unos zapatos bajos y unas medias veladas.
Y ya era hora, nos despedimos y salimos al bar.
Al llegar las enormes puertas de cristal nos reciben, todo con estilo sobrio, sus sillones amplios color marfil en cada mesa había velas dándole un toque elegante y sutil.
Me ubiqué en la primer mesa, había un show antes que él de Emily, este era con un solo de piano. Me sirvieron una copa con ginebra, ella estaba tras las cortinas esperando su llamado, la anunciaron y pasó al frente. Su vestido largo brillante, con escote pronunciado color rojo pasión hacia que tuviera la atención del público en todo momento, la melodia empezó a sonar y ella con su melodiosa voz inició interpretando "Diamonds de Rihana" todos la acompañaban con las palmas, mis ojos se nublaron de la alegría, era perfecta su voz, su porte. Al terminar todos aplaudimos y mi vista cayó sobre dos ojos, era él. Liam estaba frente a mí y no me quitaba su miraba profunda de encima.