Capítulo 5

1809 Palabras
— Isa, se me olvidó decirte que el bar donde tengo la entrevista es de alguien que tú conoces. —dice Emily mientras se sienta a mi lado. Pienso un segundo, no tengo a nadie conocido. — Seguro me estás tomando del pelo, te conozco Emily. — Me sirvo jugo. — ¡Olivia Connor! La hermana de tu antiguo amigo Liam — Escupí un poco de jugo. — Eso sí no lo esperaba, hace mucho No sé de ellos en especial de Liam. Me alegra mucho que tengas la entrevista con ella, no me vayas a nombrar aunque se que con tu talento pasaras eso de volada. — Nunca he entendido que pasó entre ustedes dos, parecían chicle, la verdad es que no comprendo que sucedió. Igual ella supone que soy tu hermana, se acordó de mí de esa navidad que pasamos juntos, igual no me iba a quedar con las ganas de preguntar por él y según lo que me dijo ella es que él vive con sus papás, no me quiso decir dónde pero sí estás interesada en saber tan pronto sepa algo te avisaré. — Comienza a reírse. — No me da curiosidad, no pasó nada solamente él desapareció, cambiemos de tema que me parece un poco harto. — Tomó en brazos a mi sobrino. — Ojalá pase porque tengo entendido que ese bar es uno de los mejores. — Levanto mi pulgar enviándole la mejor energía. — Te felicito por tu nuevo proyecto, pero espero que no cambies de parecer cuando hables con tu esposo y si necesitas mi ayuda cuenta con ello. Dale te amo ve porque se te hace tarde ahora cuando lleguen mis sobrinas. — Saludos a mi mamá, dile que esta semana vuelvo a venir. — Me despido de ella y a mi sobrino le apretó los cachetes y me voy a la casa, mientras manejo pienso lo que dice mi hermana, Mark no es tan mala persona como lo dice ella, son etapas. Llegó y estacionó el carro, enciende las luces, recuerdos de el tiempo que pase con Liam llegan a mi mente, qué habrá sido de todos estos años, la curiosidad empezó a surgir, lavo las verduras y las dejó en la estufa cocinando y abrí mi computadora, escribí su nombre en la red social > Y lo que vi me dejó bastante impactada… es un hombre muy atractivo, realmente sexi, a viajado por diferentes partes del mundo, aparece en fotos con mujeres diferentes, no hay una que se repita en dos fotos. ¡Dios es muy atractivo! mi subconsciente me traiciona > Me río por mis propios pensamientos. No voy a negar que efectivamente se ve como el hombre que físicamente cualquier mujer desea, creo que moje mis bragas solo al ver su foto en la playa. Muevo mi cabeza para despabilarme un poco ¿será que se acuerda todavía de mí? No creo, lo rechace tan feo, la amistad que tenía con él se fue al piso, por pasar los límites de ella, no fue fácil para mí pensar que me veía como algo más, mi vida sería muy diferente en esos momentos, mejor dejo de pensar bobadas amo mi vida, a mi esposo y mis hijas, mi vida es perfecta. Huelo y veo que las verduras se me quemaron, mejor dejo de pensar tantas bobadas y sigo preparando la cena, escuchó que llega la ruta escolar, así que voy a abrir la puerta para recibir las. Veo que Luna tiene la ceja rota — ¿Qué sucede, qué te pasó? — Miré a Lucía, ¿Qué le sucedió a tu hermana, por qué ninguna de las dos responde algo? — Dije enfadada. — Un niño nuevo me hizo esto, me está molestando desde que llegó, me canse y le pegue. — dice la niña llorando. — ¿Qué dicen tus profesores? Me parece una falta de ética que ellos permiten esas cosas. — Hoy estábamos con un profesor de reemplazo, nuestro profesor la otra semana. Y te enviaron una citación para el Martes debes ir con papá. Lucía empieza a reír — El otro niño quedó peor, Luna le rompió la nariz — Abro mis ojos sorprendida, nunca esperé eso. — No me decías que te estaba sucediendo hija, no pensé que te estuviera sucediendo esas cosas, disculpame. — No pensé que fuera importante má. Pero te prometo qué no volverá a pasar. No te preocupes, también es culpa nuestra por no estar pendiente de ti un poco más. Suban a cambiarse, se lavan las manos y ya les sirvo la comida. — Lucía no te quiero ver viendo televisión hasta tarde — Le advierto. Tomó mi teléfono y llamó a Mark, timbra una y otra vez, no contesta. Igual está en su trabajo ocupado, pero debo avisarle no quiero que llegue y se sorprenda. Le marcó tres veces y no contesta así optó por dejarle un mensaje > Colgué la llamada, fui serví la comida, esa noche vimos películas con las niñas mientras mi mente iba procesando toda la información para poder escribir en el blog, esta noche dormimos abrazadas como cuando mis hijas eran pequeñas. Me desperté e hice el desayuno, por momentos me puse a escribir, eran muchos los comentarios de mamás que se sentían identificadas, que les parecía que a veces las cosas eran un caos pero que al final del día después de tanto esfuerzo ver que no eran las únicas así les daba ánimos para continuar con su rutina, otras mamás hasta me pidieron consejos de cómo revivir la pasión, pero yo no sabía hacer eso, siempre he pensado que cuando uno escribe sobre su vida debe conocerla perfectamente y no estaba segura, no estaba segura si yo conocía mi parte sensual, quizá por eso no transmito deseo ante los ojos de Mark, de pronto debo sentirme sexy para que los demás me vean sexy, preparare los pancakes a las niñas y continuaré con escrito de hoy en la tarde. El de hoy era sobre la lactancia, como manejarla para que no te sientas tan abrumada y, algunos consejitos para cuidar los pezones. — ¡Mamá ya terminamos! — las dos dijeron a la vez. — Iremos al paaarque — aplaudo y doy una vuelta, ellas hacen un baile gracioso. La complicidad que hay entre las tres es innegable, amo tener momentos así con ellas. Llegamos al parque y ellas discuten por querer montar primero en una y otra atracción, al final se pusieron de acuerdo y fuimos primero a los carros Chocones, comimos un helado y así fue todo el día. Cuándo mire el reloj ya casi eran las seis de la tarde, era ya hora de irnos a casa, paramos un taxi y arrancamos, mi hija pequeña se durmió en mis brazos mientras que su hermana cantaba por la ventana, la imagen de Liam me llegó a la cabeza sería muy loco verlo después de tantos años, no tendría cara para saludarlo, el taxista nos dejó frente a la casa, descargue la niña mientras que buscaba las llaves al entrar Mark estaba muy enfadado sentado sobre el sofá mirando hacia la puerta, en su mano tenía un cerveza. — Hola papá — le dijo Lucía. — Vete a tu cuarto. — Le respondío de forma cortante, ahora voy y te doy el beso de buenas noches, lleva a tu hermana. — Le toca su cara quedando a su altura. Ella alzó a su hermana, cerré la puerta y me quité la chaqueta. — No me dijiste que vendrías hoy amor, pensé que llegarías mañana. — Me acercó para besarlo y él atraviesa su mano. — ¿Acaso debo informarte cuando llegó a mi casa o es que te pensabas demorar todo el día por allá, toda la noche quizá, dónde ibas a quedarte a dormir?, acaso estás colocando a las niñas para que solapen tu actitud. — Lo miro sorprendida. — No sé qué te está pasando estoy muy ocupado, me envías un mensaje preocupándome sobre sobre mi hija, quedó preocupado dejando allá mis negocios para encontrar la casa vacía y que tú te dignes aparecer después de tantas horas, llegas como si nada. Claro aprovechaste que yo no estaba, no me imagino lo que te la pasas haciendo cuando yo trabajo ¿verdad?, saliendo quién sabe a dónde. — Su boca expulsada rencor, mientras que yo estaba muda tratando de comprender su enojo. — Lamento mucho si te hice venir de trabajar pero no tienes que hablarme así. — Le doy la espalda. — Claro que tengo el derecho — grita. — ¡Soy tu esposo! Mi trabajo es lo más importante para mí en estos momentos, estoy en ascenso, tú no me entenderías, mis hijas y mi trabajo. Tú haces lo que se te plazca, no me imagino que estabas haciendo. — Salí de ahí, no quise escucharlo más. — Pregúntale a tus hijas que estaba haciendo, a dónde me fui y con quién me fui, seguro ellas no te dirían mentiras. Y a mí no me grites, si quieres devolverte hazlo, tengo más que claro que no quieres estar aquí, ya este no es tu lugar ¿verdad?, te repito ahí esta la puerta. — Señaló la puerta y me voy a la habitación con un nudo en la garganta. Nunca me había gritado, si había tenido desplantes conmigo pero nunca me había alzado la voz, me encerré en el baño me puse a llorar y abrí la ducha mientras me senté sobre el inodoro. La decepción iba acumulándose, mi admiración hacia el se iba extinguiendo. Abrí mi computadora y empecé a escribir sobre lo que me está pasando, como me siento lo que está haciendo, retomaré mi proyecto de escritura así le duela y no le guste. Veo que entra a la habitación con su cabeza abajo. —Disculpa solo que los celos no me dejan tranquilo, el pensar que te puedas ir con otro, no puedo imaginar ni siquiera que haya alguien más en tu pensamiento. No quise hablarte así solo… no quiero pelear eres mi vida Isa, debes entenderme, piensa un poco en mí. Me quito el computador y me beso, con su mano tocaba cada punto sensible de mí. — No te quiero perder mi amor— Dijo de un solo susurro. Y yo como siempre me entregué a él, dejando nuestros problemas como algo secundario, dicen que el amor es así, como una montaña rusa y tienes dos opciones o te subes y afrontas todo o te bajas... Yo decido subirme mientras sea con él.
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