Capítulo 4

1879 Palabras
Me desperté temprano quise prepararle un desayuno especial, que estos dos días que se va a ir los pueda utilizar para relajarse un poco, adicional no quiero que se vaya y quedemos enojados, pienso que todo esto que está pasando se puede solucionar, puede ser una crisis como las que sufren todas las parejas por el tiempo, la monotonía. Llamé a mi mamá para que trajera las niñas más temprano quiero que ellas alcancen a despedirse de su papá; todo esto lo hago antes de que él se despierte quiero darle la sorpresa y, que cuando ya esté despierto las vea. Mi mamá me aviso que me las traes en un momento, ella no entiende cuál es el afán, prefiero no generar discordia entre ellos a Mark siempre lo han tenido en un muy buen concepto y no quiero que por un malentendido cambien su perspectiva hacia él. Mi mamá se demoró diez minutos trayendo las, la ventaja de que vivimos cerca. Ellas me abrazaron y se sentaron en la cocina, llegaron con mucha hambre, mi mamá se devolvió a su casa a seguir durmiendo. — Niñas — llamó la atención de ambas. — Su papá se va a ir unos días porque tiene un viaje de negocios, entonces van a ir a llevarle el desayuno, se van a despedir y, lo van a apapachar muchísimo que él sepa que lo extrañan desde ya con todo el corazón. — Sí mamá. —responden al unísono. Mientras que las niñas me ayudan a llevar el desayuno a su papá, yo me doy un baño rápido, quiero acompañarlo al aeropuerto, me visto rápidamente y quedó lista; él termina de arreglarse y va a hacia la cocina, se queda mirándome y hace un par de muecas. — No es necesario que me acompañes tan temprano. Quédate con las niñas que debes llevarlas a estudiar. — se sirve jugo, me habla sin siquiera mirarme. — ¿Qué tal si las llevamos? — le ayudó con su corbata. Quiero que sientas que acá estamos para ti y sobre todo te esperamos con los brazos abiertos, en especial yo eres el amor de mi vida. — Isa es un viaje de negocios, no voy a durar toda la vida por allá. — Habla con sarcasmo. — Lo sé, solo quiero acompañarte o… por algún motivo no quieres que te acompañe ¿Cuál es?, si es que hay un motivo, dímelo y no me sigo haciendo la idea de que aún quieres. — Se forma un nudo en mi garganta. — Deja las cosas así Isa, amor solamente te amo, te amo, eres mi vida solo que no me gusta que estés exponiendo a las niñas por allá y que tú estés saliendo sabes que hay mucho loco por ahí suelto. No quiero discutir, no quiero indisponerme antes de los negocios de hoy. — Mark, Dime si quieres que te acompañe o no y no me pongo a eso, no me esfuerzo como lo hice ayer… me esforcé mucho para darte una sorpresa que ¡ni siquiera valoraste!. — Ya estoy indignada. — Disculpa Isa, solo que estaba muy cansado, se me olvidó por completo nuestro aniversario entiende son muchos años, es normal. Prometo que te lo compensare, no dudes que te amo Isa. Si quieres llevemos a las niñas al colegio y me acompañas al aeropuerto. — me consiente con su mano mi mejilla. Subí y arregle las niñas para llevarlas al colegio, últimamente la actitud de Mark me deja sin palabras, no quiero pensar que él me engaña, quiero pensar qué es cansancio, monotonía, quizá lo estoy presionando mucho. Debo mirar bien, ya que no puedo dejar que mi matrimonio se pierda por falta de comunicación, hasta donde yo pueda, hasta el último esfuerzo lucharé por esto que hemos construido por años. Nos montamos en el carro, maneje y llevamos a las niñas al colegio, de allí salimos al aeropuerto, todo el camino me sostuvo la mano mientras daba pequeños besos sobre ella, así como cuando éramos novios, lo sentía tan cerca. Nos estacionamos, afortunadamente el tráfico estaba a nuestro favor y llegamos con una hora de anticipación. Mark toma mi mano y hace que lo mire — ¿quieres ir a comer unas donas conmigo? sé que te encantan las de chispitas. — Levanta una ceja. — ¿Acaso me estás comprando con donas? — hago pucheros y él mueve la cabeza con una sonrisa pícara. — Déjame decirte que lo conseguiste, pero no quiero una quiero muchas donas. Lo tomé del brazo y caminamos por la plazoleta de comidas, cerca del Pequeño kiosco de donas nos sentamos y tomamos un café para acompañarlas, lo miró fijamente, siento pavor de pensar que pueda estar con otra mujer, él es un hombre muy atractivo, alto, trigueño sus ojos color celeste, sus labios delgados pero bien definidos, su cuerpo es ancho pero tonificado, siempre le ha gustado cuidarse, a parte que su personalidad es muy bonita, es muy tierno, gracioso, amoroso, creo que me saqué la lotería con él, pienso que debe estar cargado de presión últimamente, quizá lo deba ayudar porque no quiero que se canse de mí. — Isa ya es hora, es hora de irme para abordar. No olvides que eres el alma de la casa ¿ listo? Entonces vamos. — Sujeta mi mano. Me tomó de la mano, nos fuimos caminando hasta llegar a la zona de embarque, no es la primera vez que tiene viajes de negocios, pero si es la primera vez que se va y siento que no estamos bien. — Te extrañaré tanto. — Le dije abrazándolo. — Creeme que no más que yo a ti, piensame mucho mucho mucho, que cuando llegue te recompensaré por lo de nuestro aniversario. — Me dio un beso profundo, subió y siguió su camino. Ese es mi esposo, el hombre cariñoso del que me enamore. Me di media vuelta para irme a la casa, antes de irme fui hasta los baños, allí había una mujer batallando con su hijo, un pequeño de dos años aproximadamente, me acerqué y le ofrecí ayuda, ella muy aliviada permitió que le ayudará. — Esto fue todo porque es un chiquito muy obediente. — le hablé — Eso lo dices tú, una experta en estos temas de maternidad. Yo lo intento, en verdad intento hacer lo mejor posible pero a veces es super complejo, más cuando el papá del niño lo ve cada semana, él trabaja mucho y vivo sola con mi bebé, mi mamá está lejos también. ¿Hay algún problema si me das tu número y te pregunto otras cosas? Solo serían pequeños tips y cosas así, si necesitas que te pague no hay problema, mi pareja es un empresario muy exitoso. — dice la chica. — Sí no hay lío, no soy una experta pero si puedo ayudarte con mucho gusto. — Le extiendo un papel con mi número apuntado. — Muchas gracias, solo te enviaré mensajes preguntando una que otra cosa, te prometo que no te molestare de otra forma. Me voy porque estoy a punto de tomar un vuelo, mi pareja me está esperando en el área de abordaje, iremos a celebrar nuestro aniversario. No me presente que grosera, mucho gusto mi nombre es Carolina. — El mío Isabella, le respondí. — Fue todo un placer, despide te Marcos. — Mueve la mano del niño. — Igualmente, cualquier cosa no dudes en escribirme, algunos tips te puedo dar. — Aquella chica salió del baño y pude continuar haciendo mis necesidades. Qué buena persona esta mujer, me dio confianza, me dio buena espina. En el parqueadero abrí la puerta del carro y mire hacia adentro, estas son pruebas que debemos pasar, le hablo al viento. Arranqué en el carro, en el camino me puse a pensar sobre lo que pasó con Carolina, ¿qué tal si ayudó a personas como ella, mujeres, madres primerizas con lo poco que yo sé? Comienzo a aplaudir en el auto, Tengo una muy buena idea, acelere tenía el tiempo justo antes de ir por las niñas, rápidamente entre a la casa y abrí mi computadora, busqué en internet ideas de cómo crear un blog, eso es mi forma de ayudar a Mark también, si llego a generar ingresos por ello, también volver a hacer lo que tanto me gusta, escribir. Organice todo lo de la página y empecé de una vez, hoy debería escribir la bienvenida. Me siento nerviosa, hace mucho no escribo desde que nació mi hija Lucía, saber qué tanto me gustaba esto, aunque no me arrepiento de haber dejado de trabajar estoy pendiente de mis hijas, sin embargo, siento que esto para mí es retomar las cosas que me gustan, sé que Mark me apoyará; escribí toda la idea y la estructura, busque una imagen y un título atractivo y publiqué, sentí un fresquito, algo en el pecho que es difícil de explicar. Mire a todos lados, recordé que estaba sola en estos momentos, no había nadie con quien pudiera compartir mi alegría. Tomé mis cosas y salí hacia la casa de mi mamá, al llegar Emily mi hermana estaba ensayando ella es cantante, solo que esta sin trabajo. Tocó su nombre y ella gira, y me dio un abrazo. — ¿Y tú qué haces?, Ese milagro que no estás en tu casa, planchando, lavando y cocinando. — Dice de forma sarcástica. — Claro yo estoy bien, quiero que me des tu opinión. — Abrí mi computadora y le mostré. Ella comenzó a ver todo, se concentró en leerlo y me miró sorprendida. — ¿Tú estás buscando consejos, de cómo ser una buena madre y una mujer atenta con su esposo?, lo veo y no lo creo. — Ruedo los ojos. — Quiero que me digas que te parece, ya después de escuchar tu opinión te contaré todo. — Emily sube su dedo pulgar en forma de aprobación. Comienzo a dar pequeños brinquitos de alegría. Ella me mira sin entender. — ¡Eso lo escribí yo! tuve la idea hoy cuando conocí a una mujer en apuros en el aeropuerto y pienso que algo. que puede servir y así puedo ayudar a Mark con los gastos de la casa y también despejarme un poco volviendo a lo que amo, la escritura. — Wow hermanita déjame decirte que te felicito, por fin estás dejando de ser tan sumisa a las órdenes de tu esposo, tu estudio de literatura eran lo más importante para ti, ni siquiera aprovechas tu conocimiento, tu talento. Solo porque a tu esposo no le gusta que te pongas a trabajar. Mira no tengo nada en contra de Mark porque me ha parecido un buen hombre, solo que es de esos trogloditas y piensa que las mujeres no podemos hacer muchas cosas a la vez, sin descuidar el hogar. — Prefiero cambiarle el tema, no quiero discutir hoy. — ¿Ya conseguiste trabajo?, Alzó en mis brazos a mi pequeño sobrino. — Tengo una entrevista en un bar al norte de la ciudad en dos días y depende lo que vean pues me contratan. — Comienza a aplaudir se. Se que lo logrará, la apoyó igual como ella a mi. A partir de hoy renací, así me siento.
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