Capítulo 3
¿Dónde estoy?
Zero
Al despertar tengo que parpadear varias veces para acostumbrarme a la luz, me encuentro sobre un lugar cómodo, la luz proveniente de la ventana es la que lastima mi vista. No sé cómo, pero identifico todos los objetos a pesar de que es primera vez que los veo, al menos es lo que creo. Recorro con la mirada el sitio susurrando el nombre de cada objeto que veo: ropero, mesa de noche, puerta, ventana y termino con el aire este lo puedo ver como un aura azul que cuando intento tocar pasa por mis dedos como si me pasara, mientras que la luz es varios destellos brillantes estoy fascinado con lo que veo. Aquí hay más colores y olores que donde estaba, mi nariz percibe el olor a sandía de las sábanas que me encuentro. Sin embargo, en el aire no logro percibirlo, tal vez sea el olor de las sábanas. Mi cuerpo duele, sin embargo, es tolerable de repente siento como una necesidad es como si estuviera buscando algo, aunque no tengo ni idea de lo que busco. La pintura de las paredes parece comienzan a caer, este lugar está algo descuidado, aunque estoy fascinado con lo que percibo. En algunas paredes hay anotaciones y libros por doquier tirados además de algunas libretas y lápices.
Al salir del cuarto me doy cuenta de que hay varios y estos están alrededor de un elevador al que se puede llegar por dos pasillos que están en cada extremo dando forma a un cuadrado. Parece viejo por el aspecto de las puertas y rejas oxidadas estoy seguro de que soltaran un chirrido cuando se muevan, de un salto estoy en el primer piso. Escaneo el sitio a la defensiva todo lo que se escucha es el tic tac de un reloj viejo en forma de búho sobre la puerta del elevador, podría a asustar a alguien en el primer vistazo. Parece que no hay nadie. Una sombra aparece frente mío asustándome, ni siquiera lo escuche cuando se acercó. Sin siquiera pensarlo me pongo en guardia esperando el ataque y busco mi espada, pero un momento ¿Dónde está? Me encuentro con un robot, aunque puedo detectar rasgos humanos, está vestido con una playera y pantalón de mezclilla, tiene cabello de un solo lado de su cabeza, estoy curioso no parece ser un humano. Me mira y pasa de largo ignorándome como si no fuera algo relevante en su camino es lo que necesito para relajarme, sin embargo, aun así, lo sigo hasta llegar a algo parecido a una cocina donde el olor a licor es bastante fuerte. Solamente hay una mesa con dos sillas, un mueble, una estufa, un refrigerador pequeño y lo que parece un horno. De cerca puedo darme cuenta de que hay una puerta entre el refrigerador y la alacena, sin embargo, el olor a sandía no está. Es momento de deducir que era nada más el olor de las sábanas, no sé la razón, sin embargo, me molesta.
Decido ya no seguir al robot que parece también buscar algo. Recorro todo el edificio abriendo y cerrando puertas que son bastantes llevando a habitaciones con diferentes objetos, buscando una salida, aunque puedo hacer una, sin embargo, nada. Sobo mi barbilla pensando si debería esperar o irme a no sé dónde, ellos me ayudaron o él, aunque por su físico no se parece a la sombra que vi, quizá la persona que busca es a que me ayudo. El robot de hace un rato vuelve aparecer y esta vez me señala una puerta que no he abierto, lo que me hace reflexionar por qué no lo hice y que al intentar abrirla no cede así que jalo con fuerza, me sorprendo cuando la rompo. Pronto siento que no debí hacerlo y que debo disculparme, pero un fuerte brillo me ciega por instantes parpadeo varias veces antes de salir, el aire es más pesado y hay más edificios viejos la vista es increíble, el lugar es descuidado mantenido un ambiente tranquilo. Las personas pasan sin detenerse a observar. Eso me relaja es como si fuera uno más, no hay necesitada de que deba esconderme o que alguien pueda asustarse. El robot pasa por mi lado llegando a un punto donde hay enredaderas se agacha, me doy cuenta de que agarra un brazo. Me acerco a ayudarle y al acercarme el olor aumenta y ahí está Sandía con olor también a licor, sonrió. El agarro del brazo que él la agarra y me agacho para colocarla en mi hombro e impulsarme para levantarme ahora soy yo quien ayuda a subirla a su habitación tengo una sensación extraña sobre esto, tenerla cerca me provoca un cosquilleo. La piel que toco es suave y su olor me hace temblar. La dejo sobre la cama, está profundamente dormida, quito sus tenis y la dejo mientras se acomoda mejor cuando tapo su cuerpo. Camino de nuevo por el pasillo queriendo regresar al cuarto. Me obligo a moverme. Me siento extraño y necesito mi espada, no sé qué hacer en este punto, ¿Regresar?, he perdido un ala lo que haría ese punto imposible de llegar calculando la caída que tuve. Podría a acostumbrarme a esto, sin embargo, no sé si me permitan quedarme aquí. Decido dejarlo estar por unos momentos y ver que pasa sobre la marcha. Regreso al desastre de la entrada, la puerta se cayó, al menos no la rompí del centro. El robot parece darse cuenta de lo que pienso porque me señala otra puerta, me acerco a esta e intentó abrirla como las otras puertas, estoy odiando esto. Sé el nombre de los objetos, pero no sé abrir una puerta. ¿Solo la jalo hacia mí? Hago el mismo movimiento y no sede al no abrirse voy a hacer lo mismo de hace rato y algo me dice que pasara lo mismo, sin embargo, es necesario hacerlo, ¿Qué estoy pensando? Él se acercó observando porque me tardo y parece darse cuenta, le doy una sonrisa mientras el alza la ceja, puedo ver la sombra de una sonrisa.
Él se acercó observando porque me tardo y parece darse cuenta, le doy una sonrisa mientras el alza la ceja, puedo ver la sombra de una sonrisa.
—Da vuelta a la manija —su voz robótica, aunque a la vez humana me sorprende, ¿Por qué no lo dijo hace rato?
—Oh, sí claro —escuchar mi propia voz me sorprende, aunque he hablado cuando me encontré a los otros
En este momento se escucha diferente, es ronca y rasposa como si hubiese pasado mucho tiempo de que no hablara. Al abrir me encuentro con varias herramientas que parezco reconocer su uso. Aunque hay otras herramientas abandonadas de hace tiempo, por el polvo. Me señala una caja a un extremo derecho y no sé por qué sacó unos tornillos y un desarmador mientras evaluó lo que podré ocupar después él me indica lo que debo hacer y es fácil deducir lo que tengo que hacer. Me toma solo unos minutos ya está listo, al parecer solo rompí una tuerca de la manija. Lo busco de nuevo encontrándolo en la cocina donde recoge la botella rota que hay en el suelo es de donde provienen el olor a licor. Lo observo moverse en la cocina como todo un dueño, ahora lo detallo tiene rasgos que lo hacen ver joven lo que me hace pensar que lo es, aunque podría serlo. Es asombroso como se mueve, aunque por el tono diría que está oxidado o a punto de, sin embargo, se mueve con facilidad. Como los que me atacaron, ¿En este lugar será normal que los mecánicos estén de este modo? ¿Yo soy el anormal?, ahora que recuerdo, coloco mi mano en mi pecho y en efecto ahí están las tuercas a comparación de él soy como el reloj viejo en el elevador mientras él es un refrigerador, vaya forma de compararnos.
—Mi nombre es Tonner —dice, no parece molesto de que lo mire por largos minutos mientras me sirve algo raro con olor delicioso
Agarro la taza que me tiende y lo olfateó, ¿Debo confiar?, si me quisiera hacer daño ya lo habría hecho. Dudo unos instantes antes de dar el primer sorbo, esto está delicioso, es lo que llamo chocolate. Me entrega unas galletas me está midiendo como si en algún momento lo fuera a morder, creo que los dos estamos esperando que alguno ataque. Ahora la pregunta más importante ¿Cómo me llamo?, no tengo idea, pero de algo si estoy seguro así de que solo diré lo que sé con seguridad. Siento, aunque podría que si me invento un nombre estaría mal, ya que no me han tratado mal, suelto un bufido mientras extiende una sonrisa divertida.
—Soy un guardián —lo miro esperando a que se burle, pero no pasa asiente entendiendo
Solamente me mira por unos momentos para después mirar a la entrada de la cocina. Chica sandia hace su aparición con un top n***o que hace resaltar sus pechos dejando su abdomen libre y un short gris que deja expuestas sus piernas torneadas, su cabello castaño lacio está húmedo y le llega hasta los hombros. Del lado derecho del cuello tiene una especie de tatuaje algunos signos que no entiendo. Aunque ella me escanea de igual forma nada más que es más rápida.
—¿Terminaste de escanearme? —dice con egocentrismo levantó la ceja creo que la he visto de más, pero sonríe divertida —Eso es intenso —suelta una carcajada, lo es
Me siento atrapado, como si eso fuera algo que no debía hacer, sin embargo, que era inevitable. Es como si mis ojos no pudieran separarse de ella.
—Eres una especie rara —digo sin registrar de verdad lo que salió, ¿No soy yo el que cayó del cielo?
Creo que fue demasiado cómico mi comentario porque tarda unos minutos en recuperarse de la risa
—¿Disculpa?, pero yo no fui quién cayó del cielo —dice con burla, toca su estómago aun manteniéndose, pero por los gestos que hace le duele
No sé por qué razón, sin embargo, se me ocurrió mirar mi cadena del pie encontrándose ahí, pero terminaba en la chica y eso me sorprende, a eso se debe lo que siento, afirmó. ¿Esto es bueno? En estos momentos odio no saber nada. Agarró la cadena, Tonner me observa interesado.
—¿Quién eres tú? —Pregunto perdido en mis pensamientos y jalando la cadena haciéndola caer sin poder creerlo, bien esto no lo tenía previsto
Suelto la cadena como si quisiera esconder algo con lo que hice una travesura, parece no pensar mucho en el hecho de que ha caído, quizá piense que se resbaló. Ella está sorprendida, aunque después me mira y se levanta escaneando el lugar.
—Eso debería preguntar yo, ¿No crees? —se quejó por el golpe sobando si culo, pero aun así me mira divertida debe seguir con los efectos del alcohol porque yo seguía sin encontrar el chiste por más que repasaba la plática
—Solo sé que soy el guardián de una puerta, ni siquiera sé cuál es mi nombre —suelto casi molesto, frustrado parezco perdido sin saber a dónde ir, debería echarme a llorar
—Tu nombre es Zero—dice con una pequeña sonrisa
Me señala una parte de mi abdomen y ahí está algo que jamás había visto o puede que no me diera cuenta, parecían estar quemadas, sin embargo, creo que ya tiene tiempo, no recuerdo haberlo hecho. Ahora que veo mi cuerpo es diferente, mi tono de piel es morena y tengo algunos parches que reconozco como gasa. Al tocar suelto un quejido de dolor así que quito mi mano para seguir mi recorrido por mi cuerpo cuando tocó mi cara siento que estoy bastante delgado, sin embargo, al tocar mi cabello y llevarlo a mi vista es de un rubio cenizo. Mi aspecto parece normal si no fuera por lo que tengo en mi pecho y que hace un chirrido que me hace dar un salto.
—No sabía —murmuró, aun observándome
—¿Y el tuyo? —susurro aún conmocionado
—Soy Merlín —me mira conmovida, pero luego su expresión cambia a una de una persona que trama algo —Y tengo cosas que hacer —salió como un rayo en cuanto miró el reloj