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El Regreso De La Esposa Muerta Del Mafioso

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venganza
matrimonio bajo contrato
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Descripción

Cinco años después de la supuesta muerte de Sophía Moretti, el mundo del crimen ha cambiado. Miranda ha ascendido como figura pública y Leonardo Moretti sigue moviendo los hilos desde las sombras. Dante, roto por la pérdida, ha tomado el control de las operaciones familiares, pero su corazón sigue atrapado en el pasado.Mientras tanto, en una ciudad lejana, Sophía vive bajo una nueva identidad, criando a sus trillizos con la ayuda de Ayla y Gabriel. Pero los secretos no pueden permanecer enterrados para siempre. Dante segado por el dolor y la venganza decide viajar hasta Rusia, donde una pista sobre el supuesto asesino de Sophía lo lleva.Su búsqueda lo lleva directamente hasta ella y no solo ella también con la pequeña Sera, una minicopia de él y Sophía. Cuando el paradero de los hijos del mafioso más temido del continente se revela, comienza la verdadera guerra: por el poder, la verdad y la sangre. Porque estos niños no solo son la última esperanza de su madre… también son el legado más peligroso que un mafioso puede dejar.

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El Regreso Del Capo
POV SOPHÍA/ELENA La sala de emergencias estaba abarrotada de pacientes heridos. Hay accidentes de tránsito, balaceras y demás. Todos estamos corriendo de un lado a otro por el alboroto, estoy agotada. —Doctora Barinova— me llama uno de los camilleros que viene entrando con un herido, hay urgencia en su voz. El paciente que trae se ve en estado crítico. — atentado, contusión cerebral grave— me informa. —A quirofano, ya.— ordeno al ver la radiografía. Si no opero de inmediato, esta mujer morirá. La operación tardó casi ocho horas, fue la operacion más difícil de toda mi carrera como neurocirujana pero al final logramos estabilizarla, la operación fue un éxito total. —Elena, ¿Dónde carajos te metes?— me regaña Ayla. La ignoro al verla tan furiosa. Estoy muerta, ellos cuatro me harán la vida miserable esta semana. —Ayla, mi día ha sido largo. Acabo de salir de una operación, por favor dime que no los trajiste hasta aquí. — Ayla observa el lugar y suspira derrotada. —¿Tu que crees? Tus hijos son un incordio, aparte de Sera, claro.—. La vedad es que no miente, killiam y Marlon viven peleándose, cuando uno esta de acuerdo el otro no y Sera, bueno… Sera simplemente los apalea, ella es como la balanza—. Así que te tocó la gente del atentado del club nocturno “Nebula” — Ese nombre me suena. —¿De qué atentado hablas Ayla?— ambas nos dirigimos a la cafetería mientras me contaba de lo sucedido. Los niños juegan en el parque con la señora que ayuda a Ayla a cuidarlos. Ayla me relató lo del club. Reesulta que ese club había sido atacado en la madrugada de hoy por una banda de mafiosos. Solo se cree que es ajuste de cuenta entre bandas. Algo que a mí no me sorprende, pero que digan que se trata de la mafia italiana me aterra. Ayla y yo estábamos nerviosas. Salí huyendo de Madrid para alejar a mis hijos de ese maldito mundo y no quiero que eso me vuelva a encontrar. Ok, lo admito. Rusia no era el mejor lugar pero fue el lugar de nacimiento de mamá y se lo debía. Me dolió demasiado tener que alejarlos de su padre, pero el mundo de Dante Moretti, no es para mí y quiero que mis hijos crezcan lejos de mafiosos, de las amenazas de los Moretti y de esa loca de Miranda. Pero no puedo cumplir la otra voluntad de mamá, ocuparme de ese negocio turbio. Ella podría ser la dama de la mafia, pero yo solo será la madre de mi trillizos. Es el único título que me interesa tener. Ayla y yo adoptamos nuevas identidades y estudiamos nuevas carreras. No podía ser la misma abogada que se metió hasta lo profundo en ese mundo. Esa mujer murió hace cinco años, allí dejó al hombre del cual se enamoró perdidamente y nunca quiso admitirlo, allí dejó el cuerpo sin vida de su madre y allí dejó todo lo que la ataba a ese mundo tan corrosivo. Ahora soy Elena Barinova, una neurocirujano que ayuda a las personas y trata de salvarles la vida, ahora estoy haciendo lo que una vez mi padre nunca quiso. No estoy dejando de ser abogada, amé ese trabajo, e hice todo lo que una buena abogada podría por sus clientes. Ahora estoy ayudando directamente a los que tienen un pie cerca de la tumba y me gusta ayudar y pienso seguirlo haciendo. Ustedes se preguntan, pero si fueron cinco años, ¿como es que terminaste una carrera tan pronto? Eso es fácil, yo antes de empezar a estudiar derecho, estudiaba medicina y era buena. Pero por un error que al final no fue mío perdimos al paciente. Una compañera me acuso de que yo había olvidado hacer mi trabajo y se me culpo de negligencia médica. Al final cuando todo salió a la luz yo ya había renunciado y empezado la abogacía. Fue duro porque en realidad amaba la carrera de medicina y aunque, mi padre no sabía y no quería esa carrera para mí, lo hice y la ame. Nuestro semblante era un reflejo de todo lo vivido años atrás. Ayla a pesar de que no tenia que huir me siguió hasta aquí. El fiscal Sebastián sabe toda la historia, esta al tanto de que no hemos muerto en realidad. —Amiga, ¿crees que…sea él?— susurra Ayla temiendo por mí, incluso pesa decir su nombre. Supe que se había convertido en un ser totalmente transformado, más frío y letal. No tenía compasión con nadie. Si me encuentra y sabe que lo separe de sus hijos, no me lo va a perdonar. —No lo sé, pero sea lo que sea prefiero mantenerme al margen.— dije con pesar. Dante Moretti, buscaba venganza por mi supuesta muerte pero yo se que eso no lo hacía por amor, tal vez era…solo culpa. —¿Qué harás con la organización de tu madre? Ellos aún esperan a que tú…. —Que sigan esperando.— pare a Ayla, ella estaba de acuerdo conmigo pero teníamos miedo y aunque contábamos con Gabriel que también fue mi cómplice al huir de Dante, no es suficiente. —No voy a tomar el mando, fui clara con ellos y les di una salida; desintegrar la organización. —Pero no lo han hecho y creen que tu aún volverás.— dice Ayla. Ella tiene razón, la mano derecha de mamá me ha amenazado, si no tomo el bando se llevarán a mis hijos y los entrenarán para que sean los próximos jefes. Ese día perdí todo miedo cuando me lo dijo. Ella da miedo de por sí, es una loca del arte marcial y simplemente yo la abofetee sin más. Es que cuando me habló de mis hijos sentí que un fuego me consumía por dentro. No me contuve y le di su merecido y me dio más miedo cuando sonrió. Decidió dejarme en paz en ese entonces con la única condición de ser mi maestra. Fue mi peor decisión porque esa bofetada se la cobró mientras me entrenaba según ella para defenderme de cualquier amenaza. —No dejaré que se lleven a mis hijos y si tengo que darle una paliza a Dakota, lo haré. —dije con determinación. No dejaré que la mafia rusa e italiana rijan mi vida y mucho menos que me quieran amenazar. Esa tarde me reuní con los niños en el parque cerca de hospital, lamentablemente tenía guardia por veinticuatro horas y apenas llevaba doce. Los heridos seguían llegando y yo atendiendo, las horas se me fueron como agua por la regadera, y además y como siempre mi pequeña familia me visitaba y así mis horas fueron menos tediosas y mas amenas. Ayla ya se iba para la casa y yo me decidí por dormir un poco. Cuando iba de camino a la sala de descanso escuche mi nombre en el altavoz, había llegado un paciente gravemente herido. —¡Elena, es Lucas!— me dijo entre llantos Ayla que venia con el camillero, yo me tense al escuchar ese nombre. ¿Lucas? ¿Qué diablos estaba haciendo en Rusia? Olvidé todo eso por un momento y decidí hacer mi trabajo, aunque antes de ser neurocirujano fui emergenciologa éste caso no era mío, yo no podía hacerme cargo. —Dime que lo puedes salvar, por favor. — me rogó Ayla, sus lágrimas me conmovieron pero no podía realmente hacer nada. —Ayla, yo… —¡Esta muriendo, ayúdalo!— insistió desesperada. Pensé que lo había olvidado pero veo que no. —Es una herida de bala y está muy cerca del corazón, lo debe hacer alguien especializado en esa área. — intente explicarle, pero ella no entendía. —¿Dónde están los médicos?— esa voz, no. ¡Mierda! Me lleve a Ayla como pude— ¡No, tenemos que ayudarlo! Intento calmarla antes que nos vean—Ayla, necesito que te calmes. Voy a ayudarlo pero si él nos ve todo se ira al carajo. —Esta bien, pero debes salvarlo.— suspiro mas tranquila pero se que Dante nos vio, o al menos a Ayla. —Señor Moretti, el cirujano no se encuentra en la ciudad. Y esa herida es muy complicada, podría morir si lo trata otro médico— vi caer su semblante, se de sobra que quiere a Lucas demasiado y confía en él, sin saber que en realidad Lucas es su tío. —Si muere, este hospital será destruido con todo y su personal.— Los médicos estaban temblando, la frialdad en sus palabras también me helaron. Verlo nuevamente ha removido aquellos tiempos, un amor que sepulté y él ahora…¿Por qué ahora? —Solo hay una doctora, pero ella es neurocirujano ella no… —¡Que lo haga ella…es capaz de hacer todo tipo de cirugías! ¿no?— interrumpió al doctor con dureza, pero…¿como sabe de quien se trata? —Señor, tenemos una pista.—Lo llama Marco, así que están en la ciudad todos. Esto no me cuadra. ¿Qué hace Dante en Rusia? —Quiero ver a la neurocirujano, ¡ahora! — me congelo, debo evitar a toda costa verme con él, si me descubre estoy perdida. —Enseguida la haremos venir.— responde el el doctor a cargo. —Doctora Barinova se le solicita en la sala de emergencias, — repetían por el altavoz. Debo irme. —Ayla, debemos salir de aquí, si Dante… —No, no puedes. Va a morir… por favor —Suplica, ¿tanto lo ama? —Doctora Barinova, la necesitamos. Por favor venga con nosotros— es el director del hospital, trago en seco, ¿qué hago? —Director, ya voy a tomar un descanso.— le digo intentando escapar cuando me atrapada en el pasillo del al lado. —Lo sé Doctora Barinova y lamento mucho interrumpir su descanso, pero nos llegó un caso especial— me dijo apenado. La verdad es que el director Volkov siempre ha sido muy respetuoso y sobretodo considerado. Debería decir que no, pero Lucas me ayudo mucho tiempo atrás. No debería dejarlo morir. Mi deber como medico es mas fuerte, solo tengo que fingir que no lo conozco. —Bien director, ire.—tranquilizo a Ayla antes de dirigirme a mi propia muerte.— amiga, lo salvaré. Ve con los niños, yo te llamaré cualquier novedad. —No. Quiero quedarme—refuta —No, te iras. Necesito que los trillizos estén a salvo y solo tú sabes hacerlo.—explico. Ella lo sabe, soy como soy porque ella está conmigo, si no ya me habría derrumbado. Se limpia las lágrimas y asiente— lo haré. Pero esperaré tu llamada, ¿vale? —Vale. Mi corazón martilleaba dentro de mí queriendose salir. Dante parecía estar congelado, como si ya instuyera lo que estaba por descubrir, intente que no me viera al rostro. No podía enfrentarlo ahora. Si descubre que sigo con vida, me quitara a los trillizos y no solo eso, Miranda…ella cumplirá su amenaza. —Doctora— su voz me detuvo por unos segundos, si titubeo el se dará cuenta de inmediato — necesito verla antes de que toque a mi paciente.

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