#Mejores Amigas#

3015 Palabras
Mejores Amigas. NARRA SASHA. Lo que quedaba de la noche no pude dormir destrozando esas flores que misteriosamente habían enviado. Siempre pienso en ti. ¿Quien? ¿quién era?. Me dirigí a la cocina, necesitaba calmar mis nervios bebiendo así sea una cerveza, en la nevera la encontré y sin dudarlo le di un sorbo largo. ¿Que podía salir mal? Dante calentaba mi cama, me complacía al 100 %, Derex estaba lejos, Maya muerta, esta casa estaba para mi, aunque los fantasmas del día que le disparé a Dante me perseguía cada vez que miraba el bosque por medio de la ventana. —Tú —dijo Dante con su traje. —Si yo te envié todas esas notas amenazantes—Derex se nos quedó mirando con los ojos pelados. —Sasha, no le hagas daño—repuso Derex ojeando el arma que tenía en mis manos. —Si te mueves Dante, te juro que te volaré la maldita cabeza. Dante se quedó inmóvil mirando a Derex con angustia. —¿Por que Sasha, porque... eres la amiga de mi esposa? —Ni lo menciones, porque la odio, y la odio por tu culpa. ¿No me recuerdas? ¿me recuerdas Dante? Él sacudió la cabeza de un lado a otro. —Soy la chica con la que te acostaste esa noche en la fiesta de mascaras. —Sasha... yo... no significó nada, lo siento, pero amo a Maya. Sentí un vuelco en el corazón, él se había burlado de mi. —Si no te tengo yo, ella tampoco te tendrá. Disparé justo en la cabeza. Dejando a Dante desvanecido en el suelo. —¿¡Sasha, que hiciste!?—se inclinó Derex para ayudar a Dante, le puse la pistola en la cabeza a mi hermano. —Si lo ayudas, te juro que te mato aquí mismo Derex y me conoces, sabes que no me temblará el pulso. —Desgraciada de mierda, estas loca. —Ambos estamos locos. —¡Dante!—la voz de Mickey. Cerré mis ojos con fuerza para eliminar ese recuerdo tan desagradable, me partió el corazón ver a Dante tan indefenso, bañado en sangre, pero tenía que fingir, debía hacerlo delante de Maya. Seguí bebiendo la cerveza, luego, destapé otra. Siempre estaré contigo Maya, porque eres mi única familia. —¡Basta!—lancé la botella de la cerveza contra la pared y esta se volvió añicos—. Me estás torturando maldita, como te odio, como te detesto perra inmunda—ese odio me estaba consumiendo, aún estando muerta los recuerdos junto a ella se manifestaban. Necesitaba dormir, calmarme, esa nota no significaba nada, no era nada. Preparé té con una pastilla para dormir tomándomela de un solo jalón ¿Les tengo té? Borré la imagen de la madre de Maya de mi cabeza, apagué las luces, subí las escaleras regresando a la habitación donde reposaba Dante que dormía como un gatito. Me incorporé a su lado, metiéndome en sus costillas, allí es donde debería permanecer siempre. ### Desperté estirandome, tocando el otro lado de la cama más Dante no estaba, de inmediato me levanté preocupada, ¿a dónde se había ido? bajé las escaleras a toda velocidad como si fuera un corre camino y me relaje cuando lo vi tomando café en la cocina. Sonrei. —¿Dante? Él me miró con una expresión seria. —Hola... —¿Como estas? —Bien... Esa conversación era incómoda, me imaginaba algo diferente después de haber tenido acción en la noche. Me acerqué para darle un beso, sin embargo, Dante apartó su rostro, ese rechazo me dolió en el alma. —Dante. —Sasha, yo, lamento ser un imbecil contigo. Es que... tú eras amiga de Maya. Dale con Maya... —Dante, Maya no está, pero tú y yo sí. No te sientas culpable. —Si me siento culpable, siento que la estoy traicionando. Sonrio con condescendencia, me acerco a él acariciandole el rostro. —Maya estuviera feliz de que yo te tuviera cuidando. Desde el cielo estoy segura que esta bendiciendo lo que pasó entre tú y yo. No nos podemos sentir culpable Dante, ella ya no está, se fue, en cambio, tu y yo estamos vivos, y nos necesitamos. Yo... yo te quiero Dante, te amo, estoy enamorada de ti. Él abrió sus ojos como plato. —Todo este año a tu lado hicieron que sintiera cosas por ti, que me enamorara sin querer, sin buscarlo. No me arrepiento de lo que pasó porque conocí a Maya tanto que estoy segura que esta feliz por ambos. Dante se alejó de mi como un animal asustado, caminaba de un lado a otro descontrolado. —Sasha yo... yo ni se que siento, estoy confundido. Aún extraño a Maya. —Chii—le puse mi dedo índice en la boca—. Maya fue importante, lo sé, pero ya no está Dante y la superarás, estoy segura. Dame la oportunidad de ayudarte a superarla—mis labios sutiles encontraron los suyos. Lo envuelvo en mis caricias, en un beso que lo dejaría aún más confundido. Dante se encontraba vulnerable, solo, aún dolido por los acontecimientos pasados. Oh, que delicia son sus labios. Me sumergo en su hombría, lo deseo tanto que lo empujo a una silla. El cae sentado, me subo encima de él como gata en celo. Quito lo que cubre mi cuerpo desnudo, guio las manos de Dante para que me toquen, me enciende que lo haga. Ubico sus manos en mis tetas mientras sigo devorando su boca con una locura desenfrenada. Mi maldito hermano tiene razón, soy una loca. Dante me corresponde, es hombre, tiene la necesidad de tener sexo y yo estoy aquí para dárselo gratis. Quiero sacarle a Maya de su cabeza, de su piel, darle una revolcada de manera que vuelva a mi por más. Quito su ropa dejándolo desnudo. Beso cada parte de su pecho que ahora es mío, su abdomen subiéndome a él nuevamente en hojarasca para recibirlo bien abierta y mojada. Siento como me penetra. Gimo de placer, de emoción. Ahora tomo el control y soy yo la que lo bajo a mi infierno, la que lo envuelve en mi telaraña de un amor enfermizo para clavarle el veneno. Quiero que pienses en mi Dante, que sueñes conmigo, que me hagas el amor a mi, quiero ser tu mundo, tu cielo, tu universo, y tu maldito infierno. Sigo moviéndome con fuerza, mis senos suben y bajan mientras que él jadea, gime hasta venirse dejandonos exhaustos. Busco sus labios y le doy un beso apasionado. —Te amo—él no dice nada, me devuelve el beso con una expresión seria, fría. Me levanto encima de él observando su cuerpo definido, su culo bien firme, sus brazos fuertes. Lo veo sonrojarse al colocarse su ropa interior. —No me veas así. —No tienes nada de que avergonzarte, eres perfecto Dante. Siguió vistiéndose sin decir nada, hasta que se marchó al trabajo. Ruedo los ojos de un lado a otro, ese mañanero me había dejado feliz. —¿Maya debe de estar feliz?—me burlo—. Debe estar revolcandose en el infierno porque me estoy follando a su marido. Entro a la ducha, me doy un baño de agua caliente. Me visto con pantalón n***o, una camisa que combina con mis ojos y una chaqueta de cuero. Me hago una coleta en mi melena, con unos largos aretes y zapatos de tacón. Veo al lado de la casa de los Salvatore y a la distancia visualizo la casa de Mickey. El recuerdo de verlos todos muertos me llegó de inmediato, sonreí. En una guerra el que gana es el más fuerte, y una de las ventajas que tiene cada soldado para combatir es conocer las debilidades de su enemigo. Y eso yo lo conocía muy bien. Conocia tanto a Maya que supe como desequilibrarla, llevarla a la locura, a una verdadera pesadilla. Yo era una puta depredadora que no perdía la oportunidad de atacar a su cordero. Que ilusa fuiste Maya. Me subo al auto, conduzco escuchando música, estoy lo suficientemente feliz que nadie puede arruinar mi alegría. Amo a Dante, tanto que tengo que vigilarlo, saber que hace, con quien habla, que ninguna mujer se le acerque, por eso, cité a alguien para que lo siga todo el tiempo y me mantenga informada de cada paso y movimiento y lugar que vaya. Por fin eres todo mío. Miro mi reloj de pulso, es un poco tarde pero no me importa, el sexo valió la pena. La empresa de los Santana se caracterizaba por producir textileria, pues yo cambié todo y junto con la de los Salvatore ahora hacemos joyas, calzados, y otras cosas que quisiera implementar. Estas viendo papito, yo hubiera manejado esta empresa con eficacia. Lastima que tuviste que suicidarte. Mientras camino a la recepción, veo un recuerdo de niña, algo tan fugaz pero tan sentimental que me conmovió un poco. Maya corriendo, yo detrás de ella. El señor Bustamante, mi padre sonriendo. Enfócate Sasha, ellos no están. Sacudo mi cabeza con fuerza entrando a mi oficina que yo misma he remodelado para borrar todo rastro de mi padre, no quiero recordarlo. Tocan la puerta. —¡Adelante!—digo, sentadome en mi trono como dueña y señora de la empresa. —Señorita, ha llegado el señor Santa María. —Hagalo pasar...—me pongo de pies para saludar al señor Santa María, un hombre canoso, alto, vigoroso, de ojos cansados. Después de un saludo frío, finalmente pregunta: —¿En que le puedo servir señorita?—preguntó, acomodo mi espalda mientras busco una foto de Dante en mi escritorio. —Quiero que vigile a mi marido—le muestro la foto, el señor arruga las cejas confundido sin apartar su vista de la fotografía. —Quiero saber a toda hora donde esta, con quien y a donde va. Quiero saberlo todo de él. —Ya veo. Están teniendo conflictos de pareja ¿no? Le lanzo una mirada asesina al hombre. —Limitese a hacer su trabajo sin preguntas. La paga será buena mientras me informe todo, absolutamente todo. El hombre asiente. Saco una carpeta con información básica de Dante. —Esta es una hoja de vida de su trabajo, quiero saber con quién se involucra en el trabajo, y en especial si alguna mujer se pasa de cariñosa con él. ¿Entendido? —Entendido—murmuró el hombre cogiendo la foto de Dante—. ¿Puedo llevarmela? Asiento... Santa María abandona la oficina, nuevamente tocan la puerta, estoy harta de que no me dejen sola. —¡Adelante!—vuelvo a decir. —Señorita Sasha, puedo llevarme las cosas que dijo que me podía llevar—bostezo–. Por supuesto Ginger. Pasa. La muchacha de pelo castaño ondulado, de baja estatura, y pálida se acercó entusiasmada. —Gracias, usted es un Ángel del cielo, que el señor la bendiga–sonrió de medio lado. Gracias, sé que soy un Ángel pedazo de imbecil. Saco una caja que yo misma había seleccionado con libros que mi padre mantenía en la oficina, no quería nada que me recordara a él. Ginger lo toma y frente a mi comienza a ver los libros con los ojos iluminados. Eres tan patética Ginger que me das dolor de culo. La chica se queda con el ceño fruncido, mirando algo. —¿Pasa algo? —Señorita, no puedo llevarme esto, creo que es suyo—me entrega una fotografía, la cual miro curiosa. Maya y yo abrazadas, sonriendo. Arriba de la fotografía con marcador decia: Mejores Amigas. Un escalofrío recorrió mi piel. —¿Donde estaba esto? —Aquí en la caja—señaló Ginger. Asiento. —Bueno, yo me quedaré con esto. La chica abandona la oficina, y me quedo mirando otro rato más la fotografía. Ese día... ese día fue el cumpleaños número 18 de Maya. Recuerdo las risas, el pastel de chocolate. –Quiero agradecerle a Dios por Sasha, que siempre ha estado conmigo—se dirigió a mi—. Sasha, eres mi mejor amiga, la única que tengo, mi hermana del alma. —Te quiero Maya... Ese día nos abrazamos con fuerza, como si nos necesitáramos la una a la otra. Desde chicas siempre la protegía, la quise con todo mi alma hasta que supe la verdad. Su risa aún sonaba en mi mente. —Perdóname si te he fallado, pero siempre estaré cerca, a tu lado. Una lágrima estaba saliendo, esas frases Maya me la había dicho antes de iniciar el plan, antes de destruirla. ¡Callate Maya, cállate! Me tapé los oídos, sin embargo, ella seguía ahí, en mi cabeza. —Siempre estaré cerca, a tu lado. —Callate, estás muerta, estás muerta—rompí en llanto, me abrumaban los recuerdos. Juro por mis pantaletas de la suerte que esa fotografía no estaba allí, revisé personalmente esa caja y no estaba esa maldita foto que me estaba sacando de quicio para acabar con mi paz mental. Tome la foto y la arrugué con fuerza, tirandola en el suelo. —Ya no somos amigas, ni hermanas. Nunca más estorbaras mi vida maldita... Te odio Maya, te odio, vete de mi cabeza, vete de mi mente. Ahora soy feliz, estoy con Dante, tengo todo lo que quiero. Me senté en mi escritorio tratando de recobrar la compostura, tenía que pensar, aliviarme un poco. Inhala, exhala... todo está bien, todo está bajo control. Sigo en mis labores tranquilamente, trato de ser positiva Pienso un buen rato en Dante, se me ocurre sorprenderlo en la noche. ¿Una cena romántica? una velada para los dos. Sonrío como tonta al imaginarme un lugar perfecto, con el chico perfecto. Hago reservación en un restaurante bonito, alejado un poco de Camboya. ¿Que me voy a poner? ... quiero algo que sea muy provocativo, si no tengo que usar bragas mejor. Sonrío. Salgo fuera de la oficina para marcharme y así tener el tiempo suficiente para arreglarme. —¡Jefa!—me llama Ginger. Blanqueo los ojos de fastidio. Ginger era tan molesta, no sabía porque la tenía trabajando ahí. Hago lo de siempre, fingir una sonrisa. —¿Si Ginger? —Esta carta creo que es de usted. No sé quién la dejó, ya estaba aquí cuando llegué esta mañana—miro la carta con curiosidad. —Debes estar más pendiente. —Lo sé, estaré más atenta para la próxima. Recibo la carta de mala gana, solo dice: Sasha por fuera del sobre. Arrugó las cejas con desconfianza. Rompo el sombre blanco dejando al descubierto otro papel que está bien doblado. Quien coño dobla esto a la maldita sea. Abro el sobre, mi respiración se descontrola al leer el contenido: "Querida Sasha, mi dulce Sasha, la más linda de todas las chicas que he visto. Me gustas, me gustas demasiado, tanto que no dejo de pensar en ti. Te has metido en mi mente como un virus al tal punto que no hay ni un solo segundo que no te borre de mi memoria. Pienso en ti cuando me acuesto, cuando me levanto, en todo el día. Pienso en lo mucho que quiero arrancarte la ropa. Moderte, chuparte, arrancarte los picos de tus hermosos y pequeños senos. Quiero comerte, cortarte en trozos, bañarme con tu sangre, arrancarte tu boca, tus ojos para que no veas a nadie más. Solo imaginarlo me excita, me masturbo, me fascina. Estoy más cerca de ti de lo que tú crees, pronto nos veremos mi Diosa. Con amor: Tu admirador. Un sabor amargo queda en mi garganta, es la misma carta, las mismas palabras que usé para asustar a Maya. No respiro, no respiro mamá. Desde que le envié ese mensaje, comenzaron sus ataques de pánico, sus pesadillas. Recuerdo el escrito original, enviado desde un número desconocido: "Querida Maya, mi dulce Maya, la más linda de todas las chicas que he visto. Me gustas, me gustas demasiado, tanto que no dejo de pensar en ti. Te has metido en mi mente como un virus al tal punto que no hay ni un solo segundo que no te borre de mi memoria. Pienso en ti cuando me acuesto, cuando me levanto, en todo el día. Pienso en lo mucho que quiero arrancarte la ropa. Moderte, chuparte, arrancarte los picos de tus hermosos y pequeños senos. Quiero comerte, cortarte en trozos, bañarme con tu sangre, arrancarte tu boca, tus ojos para que no veas a nadie más. Solo imaginarlo me excita, me masturbo, me fascina. Estoy más cerca de ti de lo que tú crees, pronto nos veremos mi Diosa. Con amor: Tu admirador. ¿Que coño estaba sucediendo? El único que sabía de esta carta era Derex, nadie más, los que podían saberlo estában muertos. No hay dudas, Derex me está jodiendo. Maldito, te mataré si te cruzas en mi camino. ☆☆☆☆ La Maya usa sus mismas armas. hahaha. Yo creo que este es el episodio más emotivo entre Maya y Sasha, el.reencuentro de ellas dos también será emotivo. Hoy me levanté inspirada para escribir y cuando decidí: actualicé fuimos música. De verdad, lloré actualizando Fuimos música, más con el capítulo "los pájaros no cantan en Auschwitz " dejó mi corazón sufriendo por los personajes. Creo que también es la temática de la historia que me puso triste. Por eso, decidí incluir recuerdos entre Sasha y Maya sin perder la esencia de lo que realmente es nuestra antagonista de ojos verdes. Maya y Sasha fueron amigas por mucho tiempo, y antes que Sasha supiera la verdad creo fielmente que ella la amo como una amiga, sin embargo, todo se distorsionó y paso todo lo que pasó en la primera historia. Gracias a todos por todo el amor que le dan a Maya, a Mickey, A Dante y aún a nuestros malvados antagonistas de ojos diferentes. También ha los que leen fuimos musica, y le dan cariño a Juno... Les mando un beso, a partir de aquí viene venganza. Jajajaja. Un beso a todos lleno de venganza.
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