Ricardo, llego tarde a la reunión, no quiso entrar por la puerta principal, por su vestimenta así que decidió escalar por unas ramas hasta llegar a la ventana que lleva al pasillo, cuando esta a punto de entrar, sus ojos se clavaron en unos preciosos ojos gris, fue en ese instante que supo quien era, pero no se explicaba que hacia ella en su casa.
Ella lo vio y le ayudo a subir, lo guio hasta su propia habitación, ignorando quien es él, Ricardo solo la observaba hasta que supo que ella lo ha confundido con un ladrón, trato de explicarle que no es un ladrón, pero esta chiquilla es difícil de persuadir, no dejaba de dar vueltas pensando y hablando como ayudarme, trate de decirle que no estoy robando, pero ella sacó sus propias conclusiones.
Lo tomo de la mano, cuando se escuchó una voz y unos toques en la puerta, es la madre de él que viene en busca de su hijo pródigo, esta por contestar cuando ella lo empuja con fuerza por la ventana haciéndolo perder el equilibrio, se quiso sujetar de las cortinas, pero le fue imposible alcanzarlas, así que amortiguó la caída en las ramas de uno de los árboles de la propiedad.
—¡Maldición! Creo que me quebré alguna costilla, esta mujer me va a terminar matando, es un tornado en acción. —Uno de los empleados lo ayudo, llevándolo a la cocina, para que lo atendieran, se limitó a no aparecer en la fiesta— Esa chica es un imán para mi mala suerte. ¡Demonios me duelen las costillas!
—Señor la reunión terminó, ya los invitados se han ido. —Después de cuatro agobiantes horas en la cocina, por fin termino la maldita fiesta—
— ¡Gracias! Subiré a mi habitación.
—Le aconsejo que mañana vaya al doctor.
—No es para tanto solo es un rasguño
Ricardo con una mano en su costado se marchó a su dormitorio, le dolían demasiado las costillas, como pudo se quitó la ropa, se miró en el espejo realmente se ha lastimado. Esta por darse una ducha cuando su hermana entra sin pedir permiso.
—Demonios Ricardo ¿Qué te pasó? —Le dijo al verlo con los moretones en el costado— No me digas que te caíste, pero ese fue madrazo y medio que te diste.
— ¡Cállate, no hagas tanto escándalo! Mírate, mi hermanita hecha toda una señorita. —Ricardo le guiñó el ojo—
—No me cambies la plática, buscaré el botiquín para poder curarte, aunque te lo mereces por no estar en mi fiesta de bienvenida.
—¡Lo siento, mi c*****o!, Me agarro la tarde, pero te recompensaré, te llevaré donde tú quieras.
—¡Me llevarás donde yo quiera!
—No abuses.
—Jajaja sabes que no soy muy escrupulosa —Poniendo su cara de ángel—
—¡Está bien! ¿Qué quieres?
—Los chicos hablan de un club nocturno que esta de pelos.
—¡¡De pelos!! ¿Eso que significa?
—Eres tan anticuado, ósea que esta muy de moda, tuanis, masiso, nice. ¡¡¡Comprendes!!!
—¡Comprendo! Jajajaja ¿Cómo se llama?
—”El amanecer” ¿no te muevas, porque esto arderá?
—¡Ten cuidado, me duele! —Reyna no es la mejor enfermera que se diga—
—Eres un niño para llorar, aguanta, ya eres un hombre.
—Eres tan despiadada, ¡¡Aush!! Hazlo con delicadeza.
—¡Como ordene, su majestad! —Haciéndole una reverencia en forma de burla—
—Jajajaja quien te oyera pensarían que soy un ogro.
—Pero eres un niño chillón. ¡¡Entonces me vas a llevar!!
—Si, solo termina, no soporto el ardor.
—Termine, entonces tenemos una cita guapo este sábado.
—¡Este sábado! Yo te aviso, tengo compromiso.
—Cancela hermanito, tu hermana es prioridad.
—¡Carajo! Está bien quiero que estés lista a la nueve.
—Gracias hermanito. —Besándole la mejilla—
Ricardo se acostó, ya que el dolor es insoportable, sonreía al recordar como aquella chiquilla lo tiro por la ventana, si ni siquiera escucharlo.
*AZUCENA*
Estoy viendo la manera de conseguirle un empleo a mi héroe, pero para mi mala suerte no se nada de él, ojalá pronto deje esa vida delictiva y encuentre un trabajo decente, recorro con mis ojos las Universidades que me queden algo cerca, para terminar mi carrera de Administración de Empresa, solo hay dos que llaman mi atención, la Cornell y la Yeshiva.
—Señorita, es hora de la cena. —Una de las empleadas toca la puerta de mi dormitorio—
—¡Bajo en seguida!
Dejo la computadora encima de la cama y salgo de la habitación cerrándola tras de mí, en eso siento los pasos de alguien detrás de mí, volteo a ver y miro que Leticia me quiere alcanzar, trato de caminar más rápido hasta llegar al comedor.
—¿Qué desea cenar, señorita?
—Algo liviano. —En eso se sienta la estirada de mi cuñada—
—Sírvanme, que tengo que salir temprano.
—A donde iras “cuñadita” si se puede saber.
—Como siempre, tan curiosa, que acaso le quieres chismear a tu hermanito.
—No soy como tú, la verdad ni me importa.
—Aunque pensándolo bien, no es mala idea que me acompañes, te puedes divertir.
—Ya conozco tú tipos de diversiones, y la verdad no me interesan. —Termine de cenar para retirarme—
—Voy a la inauguración de un club, si quieres ir, puedo hablar con el suegro.
No esta mala la idea, además yo no conozco la ciudad no puedo ir por ahí sola, aunque viniendo de esta arpía, no sé qué pensar, tendré que arriesgarme y mantenerme en alerta.
—Está bien voy a arreglarme bajo dentro de unos minutos.
—Tomate tu tiempo aquí te espero.
Me apresuré a buscar que ponerme, hallé una faldita acampanada a medio muslo y una blusita campesina, iré toda de n***o, con mis botines de tacón alto, así me veré más ruda por si algún desgraciado se quiere sobrepasar.
Baje las escaleras y la miro teclear su celular la quedo observando y por más le busco no sé que le ve mi hermano a esta mujer, aparte del n***o corazón que se carga, trataré de mantenerme alerta toda la noche.
—Que demonios, te dije que iríamos a un club no aun entierro, pero ni modo ya vámonos que se nos hizo tarde.
—¡Le sacaste el permiso a mi padre!
—"Sí, sí" Ya vámonos, el taxi nos espera.
—¿No iremos en tu auto? —Indague un poco porque es raro, ella tiene auto—
—No, hoy quiero beber alcohol y no quiero que me quiten la licencia, apúrate deja la preguntadera.
Nos subimos al taxi, durante el trayecto no hablamos, ella no dejo en todo el camino de enviar mensajes, se reía sola, mientras lee cada mensaje que le cae, mire como las luces de la ciudad comenzaban a encenderse, y como tomaba vida la ciudad, todos los lugares nocturnos encendían sus luces llamativas para llamar la atención de las personas, en eso mire que nos detuvimos.
—Llegamos cuñadita, ahora sabrás lo que es bueno y que es divertirse.
El lugar es impresionantemente grande, unas enormes puertas para entrar, custodiadas por dos gorilas y digo gorilas porque nunca en mi vida había visto tantos músculos en una persona, Leticia les mostró una tarjeta e inmediata mente nos dejaron pasar.
—Conoces a alguien de aquí.
—Obvio —Solo eso dijo rodando los ojos—
Nos adentramos al lugar es oscuro con luces de colores, muy grande, de tres niveles, nosotras estamos en el primer nivel, la miro que se empieza a mover conforme se escucha más fuerte la música, trato de no perderla de vista, en eso alguien se me atraviesa y la pierdo de mi visión, me empiezo a sofocar cuando no la veo por ningún lado y eso que anda un vestido dorado.