El sonido del intercomunicador alerta a Violeta, se le hace extraño, pues, aún no son las siete (7) de la mañana como para recibir una visita. Levanta el auricular para responder y del otro lado escucha la voz de Rodrigo; de inmediato, presiona el interruptor que desbloquea la entrada del edificio y abre la puerta de su departamento para esperarlo, es consciente de que algo debió ocurrirle para llegar tan temprano a buscarla. En cuanto se abre la puerta del ascensor, él camina con premura hasta llegar frente a ella y rodear el cuerpo de la rubia con sus brazos. Aspira el aroma de su cabello, para tratar de calmar sus tribulaciones y con este acto confirma que ella es su remanso; de igual forma la mujer intensifica el abrazo, solo bastó verlo para saber que trae consigo un gran pesar. —Ne

