Así como el tiempo va pasando, el amor entre Rodrigo y Violeta se va consolidando cada día más, aunque todavía no han hecho público que mantienen una relación, tampoco es que oculten sus miradas cómplices, por lo que se ha convertido en un secreto a voces dentro de la empresa, dónde ya comienzan los chismes de pasillo, pero sin atreverse a cuestionar directamente al CEO, hasta el día de hoy que Ricardo llegó al consorcio, solicitando que nuevamente sea trasladado a Asunción... El hombre la ve desde lejos, Violeta está absorta en su trabajo sin darse cuenta de que se acerca su ex esposo. —Estás hermosa— dice y ella, por acto reflejo, se tensa al escuchar su voz. Su cerebro estuvo mucho tiempo en estado de alerta, lo que hace imposible no reaccionar de esa manera; sin embargo, recuerda las

