Capitulo 89

1669 Palabras

El embarazo la había vuelto más hormonal que nunca, pues era una auténtica zorra la mayor parte del tiempo. Dios no lo quiera si no cedía a todos sus caprichos. Una vez me atreví a plantarle cara cuando me interrumpió el sueño y me exigió que fuera a buscarle su helado favorito a las dos de la madrugada. Fue una mala jugada, una que no me había tomado el tiempo suficiente para concebir. Estaba siendo castigada severamente por ese error de juicio, y desde ese día, Brooke no me había oído decir "no". No me atrevería a decirle que no otra vez... a esa maldita zorra hormonal. El viernes al mediodía, mi padre me envió un mensaje diciendo que estaba en South Portland y me preguntó dónde podía encontrarme con él. Le envié la ubicación de un bar acogedor cercano donde mi hermana y yo pasábamos mu

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