«Seguro ya se quiere acostar conmigo, este loco es obvio que violará el acuerdo» —Y… ¿Por qué no me dejará dormir mi señor? —tragó grueso. —Porque no me da la gana, ahora que estás aquí, vas a limpiar este desastre que hay encima de la alfombra. —¿Pero cuál desastre? Yo limpié muy bien todo. Enseguida, Nathan tomó el cenicero y todas las cenizas que estaban allí las echó en la alfombra para que Sabrina la limpiara a esas altas horas de la noche. A su vez, el muy maldadoso, tomó el restante de un whiskey que se estaba bebiendo y con uno de sus pies, unió el líquido junto con las cenizas, ensuciando la alfombra. Sabrina al ver todo eso se enojó en gran manera porque no era necesidad que hiciera ese tipo de cosas. —¿Pero que está haciendo? —Vez, ahora está sucia. Y si te veo quejándote

