—Cariño, ¿Estás bien? —Acaricia mi mejilla —. Luces agotada y pálida. —Si mamá, no te preocupes es solo el cansancio del viaje, no estoy acostumbrada. No había que diablos me pasaba, pero desde la tarde me sentía completamente mareada y cansada. Habíamos terminado la prueba de vestido con éxito, nos encontrábamos esperando en casa a los hombres de la familia para poder cenar y es que solo pensar en cenar el estómago se me revolvía. —Nath, ¿Quieres venir? —Me pregunta Rachel —¿A dónde vas? —Iré a recoger las invitaciones de la boda para empezar a entregarlas ¿Quieres venir Vicky? —Iré a darme una ducha y a esperar a papá. —Esta bien, vamos. Dejo un beso en la mejilla de mamá y me levanto saliendo de la casa con ella, subimos a su auto y sale rápidamente seguida por una camion

