"La Pervertida"

CAPÍTULO 5. ¿PODRÍAS POR FAVOR DECIRME QUE TIENE ÉL QUE NO TENGA YO?

-¿Y cómo está mi paciente favorita?, ¿Acaso hoy amaneció mejor que ayer? -Le pregunta el doctor Dónovan a la paciente de la habitación número 69.

-Estoy un poco triste.

-¿Y esa tristeza es porque aún no has podido recuperar la memoria o porque a partir de mañana no nos verás más?

-Por ambas cosas, pero la mayor parte de mi tristeza es precisamente porque, por más que me esfuerzo en recordar algo, ni siquiera la inicial de mi nombre se asoma por mi mente y la verdad es que es muy frustrante no saber, ¿Quién soy?, ¿Dónde vivo?, ¿Si estudio?, ¿Si trabajo o si tengo algún familiar allá afuera preocupado por mí?, y lo peor de todo es que aún no sé a dónde iré, una vez que me den de alta… Usted sabe que en la calle hay mucha gente mala y que algunas de esas personas podría acercarse a mí con malas intenciones, ¿Y cómo podría yo defenderme de ellos?, si aún estoy con una de mis piernas enyesadas y con un par de costillas rotas.

-¿Si quieres te doy asilo en mi casa? Allí podrás estar más segura que en cualquier otro lugar, además, de esa manera me darías un mejor motivo para llegar temprano a mi hogar, ya que sé que una hermosa damisela estará esperando por mí.

-¡Gracias mi hermoso ángel! Tomare tus palabras muy en serio, así que espero que más adelante no te arrepientas por esa proposición que me estás haciendo.

-Daniel tenía varios minutos de haber llegado a esa habitación, pero cuando oyó que la joven conversaba con Raúl, se quedó detrás de la puerta para oír lo que ese par de dos decían y al oír que la chica estaba dispuesta a irse con él, inmediatamente entra a la habitación y dice; ¡Gracias por su ofrecimiento colega! Pero Esmeralda a la única casa que va, es a la mía, ya que ella sigue estando bajo mi protección.

-¡Esmeralda! ¿Eso quiere decir que usted ya sabe quién soy? -Preguntaba Karina muy entusiasmada.

-¡Cierto hermano! ¿Pudiste descubrir su identidad?

-Aún no, pero creo que de alguna manera debemos dirigirnos hacía ella y debido al color de sus ojos, considero que ese nombre le sienta muy bien.

-¡Guao! Si así es cómo deseas llamarme, entonces así es como me llamare de ahora en adelante, mi guapo y sexy ángel.

-¡Oye, no es justo! Soy yo el que ha estado aquí desde temprano, tratando de levantarte los ánimos, ¿Y es este recién llegado quien se lleva el mejor de tus piropos?, ¿Podrías por favor decirme que tiene él que no tenga yo? ¡Mírame! Obsérvame muy bien, soy joven, guapo y muy divertido, esto lo decía Raúl mientras le modelaba a Esmeralda.

-No seas ridículo y ve a atender a los demás pacientes, que necesitan distraerse con un payaso cómo tú.

-¿Lo ves?, ¿Dime qué cosa es lo que viste en este hombre?, que aparte de viejo, también es un amargado.

-¿Qué cosa dijiste?

-Que voy a atender a los pacientes que están aquí al lado.

-Me parece una excelente idea, así que ve de una buena vez, antes de que te suspenda por una semana.

-Y porque motivo o razón, ¿Usted haría eso?

-Por faltarle el respeto a tu superior.

-Pero que sensible amaneciste hoy.

-¿Ya te fuiste o es que acaso deseas tu suspensión de inmediato?

-Sí, sí, ya me fui, ya me fui, como se ve que no aguantas una pequeña broma.

-Jajajaja, ustedes dos sí que son un caso serio, siempre hacen que me olvide de las cosas malas que me están pasando.

-¡Disculpa a mi amigo! Pero es que algunas veces se comporta como si aún fuera un adolescente, es por eso que me toca hacerlo regresar a la época actual y eso me hace quedar como el villano del cuento.

-Tranquilo mi príncipe, además, creo que es así como se comportan todos los hermanos cuando se quieren.

MIENTRAS TANTO EN CIUDAD “S”

-Toc, Toc. -¡Adelante!

-Mariana, tu novio se encuentra allá abajo, dice que quedaron en verse aquí.

-Ah, sí mami, es que me atrase con algunos trabajos y él se ofreció para ayudarme, por favor atiéndelo mientras termino de vestirme.

-Okey, pero no tardes mucho, recuerda que ya voy de salida, ah, otra cosa, te portas bien, no quiero que me salgas con una sorpresita más adelante.

-¡Por Dios, mamá! ¿Qué clase de hija crees que tienes?

-¡Pues no sé! ¿Dime tú? Es que como últimamente te has estado comportando como toda una rebelde, ya no sé a qué atenerme contigo.

-Ser rebelde y ser promiscua son dos cosas muy diferentes, madre, sé que quizás algunas veces te he avergonzado, porque muchas veces he abierto la boca para decir las cosas sin pensar, pero te puedo asegurar que para abrir mis piernas, sí que me tomo todo el tiempo posible para pensarlo muy bien, porque quiero estar completamente segura antes de dar ese gran paso, además, desde un principio le deje muy claras las cosas a Brayan, le dije que la única manera de que tuviéramos relaciones carnales, seria cuando ya estuviéramos casados y él estuvo de acuerdo con mi petición.

-Bueno, siendo así te daré un voto de confianza, espero que nunca faltes a tus principios y si alguna vez lo haces, por favor cuídate, para que no traigas al mundo a un hijo sin antes haberlo planificado, te dejo porque ya se me hizo tarde, nos vemos en la noche.

-¡Bendición mami, cuídate mucho!

MIENTRAS TANTO EN LA CASA DE MAURICIO.

-¡Mal*ita sea! En mala hora se vino a desaparecer ese esperpento, ¿Porque no lo hizo después de haberme entregado todos los trabajos que le pedí?, por su culpa he tenido que buscar a alguien más, para que haga todas las cosas que necesito y a pesar de que me cobra un ojo de la cara, no es capaz de entregarme las cosas a tiempo, ni mucho menos de explicármelas como ella lo hacía.

-Tranquilízate amor y deja de romper las cosas, que tanto coraje afectara tu salud y tu bolsillo.

-¿Cómo quieres que me tranquilice Britany? Si esa estúpida utilizaba conmigo un método de enseñanza, en donde todo parecía ser tan fácil, que las cosas me las aprendía sin necesidad de estudiarlas mucho, mientras que con este imbécil, es mucho lo que estudio y muy poco lo que aprendo ¡AAH! Pero es que si la llego a encontrar antes que la policía, la ma*o y la hago picadillos, ya que por su culpa la estoy pasando muy mal.

-¡Está bien mi amor! Tú la ma*as y yo encuentro el sitio perfecto para ocultar el ca*áver, pero por ahora tranquilízate que no me gusta verte así de alterado.