Presley se encontró limpiándose lágrimas de frustración en el baño. El odio de Odin hacia ella comenzó antes de que ella naciera. Toda la terapia que tomó a lo largo de su vida aún no solucionaba el dolor en su corazón cada vez que él la atacaba. La hacía actuar de manera amargada, enojada y como una bruja, y estaba tan cansada de eso y de él.
Su padre y Odin, a lo largo de los años, se metieron en más peleas, algunas de ellas bastante acaloradas debido al trato de Odin hacia Scarlett y Presley, pero no parecía afectar a Odin en lo más mínimo. La peor parte era que su abuelo sentía que era algo que el tiempo sanaría y así, cuando falleció hace cinco años, puso sus herencias en fideicomisos tanto para ella como para Odin bajo el cuidado de su padre y solo podían liberarse en asignaciones mensuales después de una comida compartida al mes durante diez años. Habían pasado cinco años de eso, pero aún quedaban cinco por delante. Ella no necesitaba el dinero de su herencia, pero Odin sí, y por eso se veía obligada a soportar sus estupideces porque ambos necesitaban estar presentes.
Había hecho esto hace menos de dos semanas. No estaba mentalmente preparada para una segunda tan pronto. Tomó una respiración temblorosa y se preparó mentalmente para regresar al campo de batalla conocido como la mesa del comedor.
Saliendo del baño privado de su dormitorio de la infancia, se congeló al ver a Cruz Hawley de pie con los brazos cruzados sobre el pecho bloqueando la salida de su habitación.
Él entrecerró los ojos hacia ella.
—¿Estabas llorando?
—No. ¿Por qué estaría llorando? ¿Puedes moverte?
—No estás en posición de hacerme demandas. Me costaste un trato de cincuenta millones de dólares.
—Te salvé de una vida cargando con una mujer cuya voz suena como metal raspando un rallador de queso.
—Ella era clave para mi trato.
—¿Estás bromeando? No eres lo suficientemente hombre para cerrar un trato de negocios sin acostarte con la hija de tu socio. Aquí pensé que eras un hombre de negocios sólido y, sin embargo, tienes que depender de tu polla.
—Ella le dijo a su padre que golpeé a mi novia, le rompí el brazo y la dejé en una clínica de abortos.
—Sabes que inventé la historia en unos treinta segundos —dijo con suficiencia mientras sostenía su mirada. Su sonrisa vaciló al escuchar claramente el clic de la puerta de su habitación siendo cerrada con llave—. ¿Qué estás haciendo?
—Me debes.
—¿La venganza fue tan perra que sientes la necesidad de intimidar a una chica en su propia habitación? —se burló a pesar de lo mucho que su corazón latía con fuerza. Él era mucho más grande que ella.
—¿Te sientes intimidada?
—No realmente. Papá está justo abajo. Todo lo que necesito hacer es gritar y él vendrá corriendo. Después de todo, soy una hija de papá.
—Debería haberte golpeado más, Ladybird. Eres una amenaza.
—Lo dice el tipo que a los veintitrés años saboteó mi examen de conducir.
—Gavin le dijo a Odin que se mantuviera alejado, así que Odin pidió un favor.
—En serio, ¿Odin tiene como porno gay tuyo o algo con lo que te extorsiona? ¿Por qué eres su perrito faldero y mono de circo?
—Nah. Es mi mejor amigo. Hicimos promesas de niños. —Hizo una pausa—. ¿Marsha es realmente gay?
—No es mi lugar decirlo.
—Entre tú y yo, no le diré nada.
—Como si pudiera confiar en ti.
—Puedes confiar en mí, Presley. —Levantó dos dedos—. Honor de explorador.
—Tú no fuiste más explorador que yo.
—Cierto. Vamos, cuéntamelo.
—No es mi historia para contar —repitió ella.
—Presley —se acercó a ella lentamente—. Vamos.
—Está bien. Ella es gay. Lo supo años antes de que papá y mamá se conocieran, pero tenía demasiada vergüenza para admitirlo a nadie. Mamá la enfrentó un día después de una reunión de padres y maestros cuando Marsha estaba mirando el trasero del profesor de Odin. Mamá la invitó a tomar un café y la animó a ser auténtica. Marsha dijo que esperaría hasta que Odin se graduara porque no quería avergonzarlo.
—No lo avergonzaría.
—¿Hablamos del mismo tipo? Es un imbécil prejuicioso.
—No cuando se trata de su mamá —expresó Cruz.
—¿En serio? ¿Qué tan bien conoces a tu amigo, Cruz? Su inclinación por insultar a las mujeres no solo está dirigida a nosotras. Sabes por qué no tiene novia, ¿verdad? Porque, aunque el noventa por ciento del tiempo para cualquiera que no sea yo o mamá, es un buen tipo. —Ella sostuvo su mirada—. El otro diez por ciento es un cabrón frío y despiadado. Un día, mamá y yo estábamos de visita en casa de Marsha. Ella todavía tiene una de esas máquinas de contestador antiguas. Le dejó un mensaje que hizo llorar a mi mamá.
Cruz parecía sorprendido.
—Él ama a su mamá.
—Se enfadó cuando tuvo problemas en la empresa y papá le retuvo el cheque de pago. Llamó a Marsha una mujer débil que no podía retener a un hombre ni luchar por su familia. Estaba despotricando sobre cómo, si hubiera sido una verdadera mujer y madre, habría echado a la amante puta y se habría asegurado de que él estuviera mejor provisto.
—No te creo.
—No me importa. Para que conste, fue hace unos dos años. No era un adolescente lidiando con sus emociones. Era un hombre adulto que todavía piensa que merece algo por nada. Papá lo despidió cuando se vio involucrado en una demanda por acoso s****l de la asistente administrativa con la que se acostó en su escritorio porque la mujer proporcionó pruebas de cómo la coaccionó. Papá le pagó un montón de dinero para que desapareciera. Vive enteramente de su estipendio mensual del fondo fiduciario. La única manera de seguir recibiéndolo es asistiendo a un brunch una vez al mes. Normalmente es dulce con su madre, pero ese día estaba borracho y le rompió el corazón.
—Eres una mentirosa.
—Lo que sea, ¿puedes moverte para que pueda bajar? Necesito ser el escudo de mamá.
—¿Escudo?
—Sí, si Odin me molesta a mí, la deja en paz a ella.
Él frunció el ceño.
—No, no puedes irte. Me debes cincuenta millones.
Ella se rio en su cara.
—No, no te los debo.
—¿No lo piensas?
—No, no lo pienso. Eres un hombre hecho y derecho que me ha estado acosando desde que nací. Podría demandarte por angustia emocional, dolor y sufrimiento por todo el acoso que me hiciste pasar. Eras un hombre adulto hasta que te mudaste cuando tenías veinticuatro años, y me acosabas desde que nací. No eres mejor que el cabrón de abajo. No te debo nada.
—¿Me estás acusando de arruinar tu infancia con mi acoso? —cuestionó Cruz.
—Tuve una gran infancia, excepto cuando venías de visita. No estabas lo suficiente como para arruinar mi infancia, Cruz. Él estaba aquí cada dos fines de semana, y tú no estabas con él cada vez que venía. —Ella vio cómo sus hombros se relajaban—. Sin embargo, eres tan monstruo como el bastardo misógino al que llamas tu mejor amigo. Cada vez que tenga la oportunidad, la niña dentro de mí que vivía con miedo cada vez que él aparecía contigo, va a vengarse. Cualquier oportunidad que tenga de fastidiarte, lo haré en nombre de la niña aquí dentro. —Se tocó el pecho—. No me importa si te cuesta millones o miles de millones.
Estaba tan absorta en su discurso que no se dio cuenta de cómo él la estaba acorralando lentamente contra la pared que separaba su baño de su dormitorio. No pudo evitar sentirse intimidada. Él era un hombre enorme, y ella era pequeña. Necesitaba levantar la cabeza para mirarlo a los ojos mientras él se alzaba sobre ella, su corpulencia ocupando el espacio mientras colocaba sus manos a ambos lados de su cabeza.
—Cincuenta millones de dólares.
—Una miseria para ti. Conozco tu patrimonio neto.
—Mi empresa…
—No se irá a pique —lo interrumpió Presley.
—Mi equipo de relaciones públicas está trabajando el doble debido a tu truco. El tipo que lo transmitió en vivo fue un buen golpe para ti, ¿verdad?
—En realidad, no tuve nada que ver con él. Anderson le envió un mensaje a Sloane y le preguntó si sabía por qué me estabas maldiciendo en internet. Lo buscamos y lo encontramos. Al parecer, el tipo sabía quién eras. Investigamos un poco, y de hecho había publicado una foto tuya cuando estaba cenando en el restaurante. Al parecer, trabaja en el hospital donde estás haciendo investigación.
—Lo sé. Va a lamentar haberme tendido una trampa llamando a la policía, pero tú eres quien realmente puso la bola en movimiento. —Tenía la mandíbula apretada.
A esta distancia, ella podía ver que sus ojos eran de un color avellana, un poco más marrones que verdes con pequeñas motas doradas en ellos. Sus pestañas eran de un marrón claro o rubio oscuro, al igual que sus cejas, que estaban bien arregladas. El comienzo de patas de gallo en las esquinas de sus ojos no restaban nada a su buen aspecto. Podría ser un gran idiota, pero era un idiota atractivo.
—Aquí está la cosa, Ladybird. —Apoyó su codo en la pared sobre su cabeza—. Mi empresa está sufriendo una caída en los valores de las acciones. Perdí un gran contrato. Dirijo mi propio negocio. No estoy jugando con el dinero de mi padre. Mi equipo de relaciones públicas cree que la única manera de volver a encarrilar las cosas es que tú y yo hagamos algunas apariciones públicas para apoyar el asunto del noviazgo. Quieren hacer creer que hemos mantenido una relación a distancia durante los últimos seis años. No voy a recuperar mi contrato, pero podemos mitigar algunas pérdidas que han ocurrido en los últimos cinco días.
—¿Tú y yo haciendo apariciones públicas? ¿Juntos? ¡Ni pensarlo!
—No estoy sugiriendo que follemos. Preferiría masticar clavos. Sin embargo, vas a ir a estas citas conmigo o voy a hacer de tu vida un infierno. Vas a venir conmigo a un club b**m para terminar tu pequeño diálogo sobre nuestra supuesta vida s****l. Nos verán entrar y salir.
—Nunca llegaré contigo —lo imitó con los ojos bien abiertos.
Él inclinó la cabeza hacia un lado.
—De acuerdo, pero no me importaría llevarte a un club y darte con un látigo en el trasero.
—Eso nunca va a pasar. No voy a arriesgar mis membresías porque no sabes seguir las reglas ni respetar el consentimiento.
—¿Tu membresía?
Ella se encogió de hombros luchando por no reírse en su cara.
—Necesitas moverte antes de que mamá venga a buscarme. Siempre quiere una excusa para alejarse de Odin cuando está aquí. He estado aquí arriba veinte minutos ya.
—No lo creo.
—Cruz, sé que piensas que esta demostración de machismo se supone que debe asustarme y, honestamente, si estuviera en cualquier lugar que no fuera mi habitación de la infancia, podría ser porque eres un gran imbécil, pero este es mi hogar. Aquí no tienes poder sobre mí. Ya no más —dijo ella.
—Déjame reformular esto. Vas a portarte bien conmigo y salir en tres citas que nos mostrarán en una relación consensuada, pero alternativa, o te voy a demandar. Mis abogados están listos —añadió él.
—Adelante. —Sonrió—. Sabes que la mayoría de las cosas que me hicieron de niña están documentadas, ¿verdad? Puedo decir fácilmente que es un juego de bromas de toda la vida que ha escalado o podría contrademandar. He estado en terapia desde que tenía cinco años gracias a ustedes tres. Di nombres.
—No te he visto en años. He estado trabajando en Toronto.
—Deberías volver porque Vancouver no es lo suficientemente grande para los dos.
La sorprendió cuando la agarró por las axilas y la levantó del suelo, sosteniéndola contra la pared sin esfuerzo, sus ojos mirándola directamente a los suyos que ahora estaban a la altura de los de él.
—Escucha aquí, Ladybird, vas a cooperar o si no.
Joder, era fuerte y el lado femenino y ultra femenino de ella que gravitaba hacia los tipos musculosos con más músculo que cerebro estaba chillando como una chica de fraternidad en un concurso de camisetas mojadas. La urgencia de apretar sus bíceps y tener un orgasmo por el mero grosor de sus brazos era casi imposible de evitar. En cambio, en esta posición, su rodilla estaba exactamente a la altura correcta.
Ella cerró los puños y lo golpeó en la garganta justo cuando su rodilla conectó con su entrepierna. Cuando él la dejó caer al suelo, tambaleándose hacia atrás mientras se ahogaba y se agarraba la entrepierna, ella tuvo dos pensamientos. El primero fue correr, lo cual hizo. Nunca había desbloqueado su puerta tan rápido.
Sin embargo, el segundo pensamiento fue mucho más perturbador. Cruz Hawley estaba duro como una piedra cuando ella le dio con la rodilla en la entrepierna. ¿Qué se suponía que debía hacer con esa información?